Después de ese beso, ya no podía decirle a Rei que no quería nada con él. Estaba claro que yo tenía sentimientos por él. Rei me acariciaba por la espalda metiendo sus manos por debajo de mi ropa, y yo solo pensaba en que no quería que parase, pero, que quería que Ai hiciese lo mismo.
Ai, que nunca se dejaba llevar aunque se lo pidiera. Rei, que nunca le pedía que se dejara llevar, y lo hacía.
Dejó de oírse el agua caer. Aparté a Rei de mi y me senté en la cama, lejos de él. Me sentía culpable, pues en cierto modo, estaba traicionando a Ai. Estaba traicionando a mis propios sentimientos por Ai.
Rei se sentó frente a mi. Estaba serio otra vez y me miraba de esa forma que hacía que me encogiese en el sitio. Esquivé su mirada. Me fijé en Ai que estaba solo con una toalla a la cintura. No era la primera vez que le veía así, pero esta vez hizo que me sonrojara y bajara la vista intimidado.
- Espero que hayas aprovechado tu rato a solas con Ritsu - Le dijo a Rei mientras cogía su ropa de un armario y nos daba la espalda. Sin ningún pudor se quitó la toalla, cogió sus boxers aun de espaldas a nosotros y comenzó a vestirse.
- Lo he disfrutado Ai. Gracias - Contestó Rei serio y se sentó a mi lado. Puso una mano sobre mis ojos. - Pero tratar de seducir a Ritsu quedándote desnudo frente a él es trampa. Además, es injusto que tú puedas tener más tiempo que yo a solas con él.
Yo quité la mano de Rei de mis ojos. Moví la cabeza de un lado a otro con el ceño fruncido. Para mi no era injusto.
- No tiene porque ser justo - Contestó Ai mientras se ponía la camiseta. Ponía un tono de indiferencia creíble - No es ningún tipo de competición.
- No estoy de acuerdo con esto, Ai - Contestó Rei poniéndose en pie - Claro que es una competición, porque Ritsu nos quiere a los dos y acabará eligiendo a uno de los dos. Él que pase más tiempo de los dos tendrá más posibilidades. Así que deberíamos pasar el mismo tiempo con él en solitario.
Ai se giró aun sin ponerse los pantalones. Los dos se miraron a los ojos, mientras se retaban con la mirada, pero Ai acabó cediendo. Aún se sentía en deuda con Rei.
- Está bien. - Asintió y luego me miró a mi a los ojos- ¿Hay algún tipo de misión para hoy? Os dejaré a solas un tiempo.
Rei cogió su propio móvil del bolsillo. Se le había puesto una leve sonrisa en los labios de forma triunfal.
- Sara tiene que ir a por comida. Iba a ser yo el guardaespaldas, pero puedes sustituirme. - Le miró a los ojos durante un segundo - ¿Está bien si yo le cuido hoy?
Ai asintió y cogió de un armario su espada poniéndosela a la espalda. Se acercó a mi, que había estado callado todo el tiempo. Estaba algo molesto con la conversación, molesto porque Ai accediera a eso, preocupado porque se fuera lejos de mi.
- ¿Me dejas despedirme de Ritsu al menos? - Miró a Rei algo serio.
Rei asintió despacio y se marchó de la habitación. Ai me abrazó durante un par de segundos y luego me miró a los ojos, pero yo no era capaz de decir nada. Me limité a girar la cabeza algo molesto.
- Ritsu, no te enfades conmigo - Dijo en un tono suave y dulce apelando a mi debilidad por él.
- ¿Qué hay de nuestro trato? - Mi voz sonó más fría de lo que esperaba. Pero en mi interior estaba sintiendo un nudo. Otra vez las dudas sobre los sentimientos de Ai. No conseguía entender porque todo siempre se acababa complicando tanto.
- Todo estará bien contigo, Rei te va a proteger - Puso una de sus manos en mi mejilla y me hizo mirarle.
- ¿Crees que mi seguridad es lo qué me preocupa? ¿Aué hay de ti? - Le gruñí y presioné los labios. - Si Sara necesita que la protejan significa que es peligroso. Si es peligroso, significa que NO QUIERO QUE VAYAS SIN MI- Terminé alzando la voz más de lo que quería, pero se me había escapado.
Ai se sorprendió y puso una mano en mi barbilla. Sonrió de forma tranquila y pegó su frente a la mía.
- Que poca confianza tienes en mi como guardaespaldas. - Terminó besando mis labios - No pienso perder ante nadie. Volveré para poder besarte otra vez.
Le cogí con las manos por la camiseta mientras negaba. Tenía una mala sensación dentro, y no quería que Ai desapareciera como lo hizo Rei hace un tiempo.
- Ai, es nuestro trato. No puedes romperlo - Dije solo girando la cabeza hacia un lado. Me sentía realmente inseguro en ese momento, notaba como algunas lágrimas luchaban por salir de mis ojos.
- Solo será esta vez y te prometo que volveré - Me cogió con sus manos de las mías- Confía en mi.
Asentí resignado, sabía que cuando Ai tomaba una decisión era imposible hacerle cambiar de idea. Presionaba los labios y me abracé a su cuello suspirando. Ai se cogió a mi espalda y me besó en la mejilla con cariño. Ninguno de los dos quería que nos separásemos. Todo esto estaba siendo culpa de Rei.
Finalmente se separó de mi y salió por la puerta. Yo me puse en pie también, cogí ropa para irme al baño, no quería estar a solas con Rei, pero justo en ese momento, Rei entró en la habitación. Miró como entraba en el baño y entro tras de mí.
- Voy a tomar una ducha - Le dije señalando la puerta esperando que se fuera. El tono de mi voz estaba siendo distante, pero es que era su culpa que Ai se hubiese ido.
- No le va a pasar nada a Ai - Contestó Rei mientras me miraba apoyándose en el marco de la puerta sin intención de irse - He puesto a dos invocadores de confianza en su grupo. Tienen ordenes de volver si pasa algo malo, les he dado una piedra portal que los traería antes de entrar en combate.
Suspiré algo más aliviado. Rei también estaba cuidando de Ai a su forma, pero no debió dejar que se fuera sin alguno de nosotros dos.
Empecé a desvestirme mientras le miraba de reojo. Seguía teniendo el ceño fruncido y esperaba que pilara la indirecta de dejarme solo, aunque esto no pasaba. Al cabo de un par de minutos sin camiseta, terminé por perder la esperanza de que se fuera y le pregunté sobre lo que más me atormentaba.
- ¿Por qué querías que se fuese entonces? Podrías haber dejado que ellos se encargaran de cuidar de Sara - Le dije mientras desabrochaba mis pantalones también.
Rei cerró la puerta de la habitación con pestillo y luego cerró también la del baño. No me quitaba la vista de encima, cosa que hacía que me sintiera algo intimidado.
- Porque sé que no soportaría estar por aquí y que yo estuviera a solas contigo. Es mejor que esté ocupado - Se acercó hasta mi y me cogió de las mejillas. Iba a besarme en los labios cuando giré la cabeza en el último momento - Ritsu, ¿por qué ahora no me dejas besarte?
Otra vez en mi cabeza se hacía la confusión. El nudo volvió a mi estómago y no paraba de repetirme a mi mismo: Ai, Rei, Ai, Rei, Ai, Rei. Cuándo estaba con Ai no sentía ni la más mínima duda, pero cuándo estaba a solas con Rei, tenía que mantenerme sereno para no dejarme llevar.
- Gracias por preocuparte por Ai. Él también se preocupa mucho por ti -Fue lo único que dije aun estando casi desnudo delante de él.
Aun así, Rei era muy inteligente y no tan considerado como Ai. Estaba claro que aunque yo quisiera cambiar de tema, si Rei quería respuestas no iba a dejar que me fuera por las ramas.
- Sé que le has pedido ser tu novio a Ai. - Siguió mirando mis ojos de forma inquisitiva. - Te dije que no me voy a rendir. Ritsu, sé que tú corazón es mio. Se que tú y yo vamos a estar juntos. Si necesitas tiempo para darte cuenta de esto, está bien, pero tú eres mio.
Rei cogió mi muñeca y dibujó un tipo de círculo de invocación en esta. Mi muñeca empezó a brillar y yo empecé a sentir mucho calor por todo el cuerpo.
De pronto era como si otra vez tuviese quince años. Estaba con Rei y nada de esto había pasado. Estábamos los dos en el internado, Rei me abrazaba por la cintura y yo solo pensaba en que me iba a besar. Estaba nervioso y feliz por ese beso, deseando que por fin pasara.
Rei terminó besándome. Yo le seguía el beso de forma torpe mientras el recorría mi espalda con sus manos, y yo me sujetaba con las mías a su cuello. En ese momento solo existíamos nosotros.
- Ritsu, soy tu destino.
- Rei, te amo.
Parpadeé un par de veces y otra vez estaba en el baño de esa habitación de hospital. Rei me estaba abrazando. Yo jadeaba entre sus brazos y le miraba a los ojos.
- ¿Qué has hecho Rei? - Le dije con lágrimas en los ojos. Notaba como ahora me dolía el corazón, hasta se me escaparon algunas lágrimas de los ojos mientras miraba abajo.
- Solo he abierto tu corazón un poco. Para que te des cuenta de que aun me amas - Sonriendo me acarició la mejilla- Me acabas de decir que me amas.
Le miré mientras negaba con la cabeza llorando. Durante un segundo, reviví el dolor de ese día en el que Rei dijo que no volveríamos a vernos, y cuándo terminó mi relación con él. Recordaba como si fuera en ese instante como Ai trató de animarme ese día y yo le rechazaba una y otra vez. Podía sentir en mis muñecas como traté de suicidarme. Sentí en mi menté como pensaba que todo hubiese sido mejor si Mitsu fuese quien hubiese sobrevivido y no yo.
- Ritsu ... - Dijo Rei mirándome algo preocupado y limpió una lágrima de mi mejilla con un dedo.
Me daba cuenta de como había tratado a Ai estos años. Él lo daba todo por mi, y solo por verme feliz, como yo le mentía pensando en Rei cada vez que estaba con él, pensaba en Mitsu. Tratando siempre de ocultar mi odio por mi mismo. Ahora todo esto se había desbordado en mi interior. Quería que parase.
- Hasta he traicionado a Ai - Fue lo único que dije apartando la mano de Rei de mi mejilla.
- ¿Por qué dices eso?
- Siempre estaba pensando en ti - Sacudí la cabeza a los lados tratando de no llorar- Quiero que pare.
- Si lo has traicionado deja que sea feliz. Yo puedo ocuparme solo de ti. Ya no le harás más daño - Dijo Rei mientras me despeinaba - Has dicho que me amas.
Alcé la vista para mirarle. Tenía razón en lo que estaba diciendo. Después de todo, había traicionado a Ai, a la persona que quería que yo fuese feliz, algo que nunca iba a pasar. Era mi destino, no ser feliz.
- Tienes razón - Notaba como algo salado se acumulaba en mi boca. Era algo débil después de todo.
- Quédate a mi lado Ritsu.
- No - Le contesté y pasé una manga por mis ojos - No voy a quedarme a tu lado Rei.
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En la ciudad, Ai se había ido con Sara a los restos de un hipermercado. Buscaban entre los restos toda la comida que era posible encontrar. Ai no había dicho ni una sola palabra al respecto, Sara tampoco había hablado en todo el camino.
Habían cargado ya dos carros, y estaban dispuestos a volver.
- Creo que con esto será suficiente por un tiempo - Dijo Ai mientras se giraba a mirar a Sara.
- Creo que es así - Asintió Sara sonriendo. - ¿Cómo crees que le irá a Rei con Ritsu?
Ai no dijo nada al respecto de esa pregunta. Si había ido a la misión era precisamente para no pensar en que ellos dos estaban solos. Empezó a andar para volver a la casa. Pero Sara igualmente iba hablando de lo mismo.
- ¿Crees que conseguirá que Ritsu le entregue sus poderes? Parece que está muy preocupado en ese tema últimamente.
Ai abrió los ojos de par en par. No entendía a que se refería la enfermera con entregar sus poderes.
- ¿Los poderes de Ritsu? - Le dijo algo confuso mientras andaba.
- Claro, ¿no te lo dijo? - Preguntó Sara frunciendo el ceño de igual forma - Pensaba que en la toma de decisiones Rei y Tú siempre discutíais estas cosas.
Ai se acercó a Sara dejando el carro a un lado. La tomó de un brazo con algo de fuerza y se acercó con su cara a la de ella.
- ¿Qué decisión?
- Necesita los poderes de Ritsu para liberar a su hermana - Dijo Sara negando varías veces y tratando de soltarse de la mano de Ai - Era la condición que le pusieron para recuperar a su hermana.
- ¿Qué coño quieres decir Sara? - Dijo gritando y empezó a andar tirando del brazo de ella hacia el portal.
- En la última misión - Dijo ella quejándose mientras trataba aun de soltarse - Dijo que encontró a su hermana, pero que solo la liberarían si les daba los poderes de Ritsu. Dijo que haría todo lo que fuese para arreglar lo que estaba pasando. Pensaba que te lo había dicho.
- ¿Cómo piensa conseguir sus poderes? - Le gruño Ai que estaba a punto de perder el control.
- Eso no lo sé. Yo no entiendo mucho sobre esta magia.
- Tenemos que volver o será demasiado tarde.
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- ¿Cómo que no estarás a mi lado Ritsu? - Le dijo Rei mientras le sujetaba por las muñecas - Soy yo el único que puede cuidarte.
Dejé mi mirada clavada en los ojos de Rei, era como si todo se hubiese paralizado y ni si quiera notaba mi propia respiración. Puede que hubiese dejado de respirar unos segundos, pues notaba presión en el pecho y como algo se cerraba en mi interior, como si fuese una puerta dando un golpe. Me sentía desaparecer y tuve que mirar a mis propias manos para asegurarme de que no se estaban desvaneciendo.
<<Rei siempre tiene razón. Pero ya no quiero que este a mi lado>>.
- No quiero que estés a mi Lado Rei - Me sorprendí a mi mismo diciéndolo en voz alta. La facilidad con la que mi voz salió del cuerpo era increible. Me erguí y las heridas de mi cuerpo empezaron a sanar al momento por si solas, mi cuerpo irradiaba una energía extraña y ya no me sentía cansado o débil, solo una presión intensa en el pecho.
Rei me miraba igual sorprendido que estaba yo por dentro. Casi se podría decir que no podía creer lo que estaba viendo. Sus ojos parecían mostrar un arrepentimiento que no había visto nunca en él, pero ya daba igual. Había tomado la decisión de cumplir la misión que Mitsu me había dejado, y tenía que hacerla solo.
- Ritsu... yo... - Dijo Rei. Era la primera vez que su voz sonaba dudosa. Siempre había tenido mucha seguridad en si mismo.
- ¿Qué?
- Ritsu... Lo siento - Dijo mirándome con los ojos abiertos.
Yo no entendía a que se refería en ese momento. ¿Pedir perdón? Pero si ahora me sentía más fuerte que nunca. Sentía que era capaz de partir el mundo en dos. No recordaba haberme sentido así nunca. A pesar de que me sentía desvanecer, era como una recarga de fuerza.
- No te disculpes conmigo Rei - Le dije con una voz que sonaba realmente fría, pero no podía controlarla. Tampoco tenía la necesidad de hacerlo. - En todo caso, gracias por haberme dicho estas cosas. Ahora siento como lo que me hacía débil se está desvaneciendo.
- ¿Algo que te hacía débil?
- Si, ahora me siento muy fuerte. Creo que puedo cumplir con la misión que me ha dejado Mitsu - Le miré a los ojos respirando hondo, sin sonrisa, sin tristeza.
- ¿Qué misión?
- Aun no lo había dicho - Comencé a explicar - Estaba todo el tiempo pensando en como estabas tú, cómo estaba Ai. Cómo quería protegeros y, en las dudas que sentía cuando estaba contigo, el porqué Ai me había rechazado. Ahora, ya no está nada de eso. - Le seguí mirándo a los ojos mientras el parecía encogerse sobre si mismo - Cuándo casi muero, estuve con Mitsu. Me dijo que habían abierto la puerta del infierno y que tenía que cerrarla.
Me moví del baño, iba casi desnudo pero carecía de importancia. Cogí mi ropa cambiándome frente a Rei. En otro momento eso me habría hecho sentir vergüenza, pero ahora me era indiferente.
- Ritsu no puedes ir tal y como estás - Dijo Rei. Trató de actuar otra vez con seguridad. Se apoyó en el marco de la puerta y se cruzó de brazos.
- ¿Cómo estoy ahora? Estoy más fuerte que nunca - Le contesté y esperé frente a la puerta esperando que se apartara - Aparta Rei - Le miré suspirando - Cuándo cumpla mi misión todo habrá terminado -Me limité a decir estando frente a Rei.
- ¿Y si fallas?
- No fallaré. Nunca he sido tan fuerte, te lo estoy diciendo.
- Si tan fuerte te sientes, podrás apartame tú.
- De acuerdo - Moví una mano a un lado y Rei salió despedido por el aire hasta que chocó contra una pared.
El golpe sonó con algo de fuerza, acompañado por un pequeño grito de dolor de un Rei sorprendido de que yo hubiese podido actuar tan rápido.
Yo me acerque a la puerta sin prestarle atención.
En mi interior había una pequeña voz que decía "Le has hecho daño, ayúdale". Fuí consciente en ese momento, de que esa voz era lo que estaba desvaneciendo en mi interior. Esa voz que controlaba mis actos antes. Era mi debilidad.
Rei se trataba de poner en pie. El mismo había pedido que lo apartase, y como él dijo, todos me van a abandonar igual, así que, solo tenía que cumplir lo que me dijo mi hermano.
Abrí la puerta y vi a Ai frente a mi. Respiraba agitado y tenía la cara llena de sudor. Otra vez la voz dentro de mi "Ai nos salvará. Siempre lo hace. Estoy enamorado de Ai. No le haremos daño".
- Ritsu... - Dijo Ai mirando a Rei tirado en el interior tratando de levantarse - ¿Qué ha pasado? ¿Rei te ha hecho daño?
- No dejes que se vaya Ai - Dijo Rei con la voz entrecortada.
- Aparta Ai. Tengo que marcharme - Noté un pinchazo muy fuerte en mi pecho. En cualquier otro momento, ese dolor me habría derribado y puesto de rodillas, pero ahora no me hizo ni pestañear, aunque oí a esa voz gritar de dolor.
- Ai no le dejes salir - Rei fue hasta la puerta y se puso frente a mi otra vez.
Ai nos miraba a los dos, hasta que finalmente cogió a Ai por el cuello de la camiseta, parecía estar esforzándose en no golpearlo. Se limitó a hacerlo a un lado mientras esperaba en silencio. Esa voz no paraba de repetir "Separalos, se van a hacer daño", pero eso ya no me controlaba y cada vez hablaba más flojo.
- Ya hablaremos de lo que has hecho Rei - Le dijo Ai mientras gruñía. De sus ojos parecía que saltaban chispas, en cualquier momento iba a desgarrar su cuello con un mordisco.
- No sé lo que ha pasado - Contestó Rei mientras me miraba a mi. Trató de ponerse otra vez en mi camino - Solo trataba de enamorarlo, algo salió mal. No podemos dejar que se vaya.
- Apartad los dos - Espeté mientras mi voz sonaba fría y seria. Aunque la voz en mi interior gritaba "Ai estoy aquí".
- Ritsu, yo estoy aquí - Dijo Ai que parecía oir esa voz. Tiró a Rei a un lado otra vez, y este se quedó inmóvil en el suelo.
Otro pinchazo en el pecho, acompañado de un grito de dolor de esa voz en mi cabeza. Eso era muy molesto. Puse una mano en el pecho de Ai para apartarle.
- Espero que cuides de todo. Tengo que irme - Le dije notando otro pinchazo. No sabía muy bien de dónde venían, tampoco me importaba, pero era molesto.
- Ritsu, dime que ha pasado - Se puso en mi camino otra vez, me tomó de la mano. Me di cuenta que en sus ojos había preocupación.
"Tenemos que decirle el brillo que hemos visto. Puede arreglarnos".
- Ai - Alcé la vista hasta sus ojos - Tengo que cumplir una misión, así que apártate. Rei te lo explicará todo.
- Dime que misión es. Iré contigo - Sonrió de esa forma tranquilizadora que siempre hacía. Esa que parecía que todo iba a estar bien - ¿Recuerdas nuestro trato?
- Mitsu me dijo cuál era mi misión. Tengo que cerrar las puertas del infierno. - Le miré a los ojos. Esa voz se alteró pensando en ese trato, y sentí una descarga atravesarme. No entendía como era posible que sintiera ese dolor pero que no causara efecto en mi - En cuanto a nuestro trato, está roto. Ya no nos volveremos a ver.
"¿Qué estás diciendo? Si dañamos a Ai todo dará igual". ¿Qué todo daría igual? Todo daba igual ya. Ni si quiera me importaba fallar o no.
- Suena peligroso Ritsu - Contestó Ai sin hacer caso a lo que dije de nuestro trato- Necesitarás ayuda de un gran espadachín - Cogió la espada con una sonrisa, pero en sus ojos se notaba su tristeza. Otra vez le hacía daño, vaya, ¿y yo era el bueno de la historia?.
- ¿Tú ayuda? - Moví la cabeza a los lados. Puse una mano en su pecho y lo eché a un lado. - Lo único que necesito de ti es que desaparezcas. Me hacías débil, esa voz que tengo en mi interior trata de torturarme con que te estoy haciendo daño. Como si fuera capaz de no hacerte daño. Gracias por haber cuidado de mi este tiempo, pero ya no tienes que preocuparte por mi.
Ai me sujetó otra vez la mano, me sonrió y la acarició. Ese dolor inútil de mi pecho se hizo muy intenso, y se vio un leve reflejo de sus efectos cuándo se me cayó una lágrima por la mejilla.
Con mi mano libre limpié mi mejilla. La miré incrédulo, pues no sabia que motivos podía hacer que eso saliera.
- Si estamos juntos somos más fuertes, Ritsu yo no soy tu debilidad, soy lo que te hace más fuerte - Ai me tomó la otra mano sonriendo.
Sin embargo, no lo entendía. Era esa voz lo que me hacía ser débil. Nunca me había sentido así de fuerte. Nunca podría luchar como lo hago ahora.
- En eso estás equivocado Ai - Hice que me soltara las manos. La expresión en mi cara no cambiaba - Si vienes esa voz dentro de mi se haría más fuerte. Es lo que me hace débil. Solo hay una posibilidad de terminar esto y es yendo solo.
- Ritsu iré contigo aunque no quieras.
Suspiré e hice como con Rei. Lo tiré justo a su lado y dejé que los dos cayeran en un profundo sueño. No quería seguir perdiendo mi tiempo con discusiones inútiles.
Salí de la casa y me encaminé a través de un bosque. Era como si la fuerza negativa del infierno tirara de mí y sabía, a la perfección, por dónde tenía que llegar.
"Por favor, solo por esta vez. Deja un mensaje para Ai".
Hice caso a mi voz interior y dejé un mensaje en el suelo, con un circulo de invocación lo envié a la casa.
"Ai, esto es de parte de esa debilidad que hay en mi interior, aunque está desapareciendo.
Quiere que te pida disculpas por no haber dejado salir mis verdaderos sentimientos todo este tiempo. Sabía que te hacía daño que fingiera mi felicidad, pero no quería dejar salir todo ese odió que sentía.
Te he amado, no sentía dudas cuando estaba a tu lado.
Todo ha desaparecido, no sé lo que ha pasado o como. Pero ya no siento amor, odio, dolor, felicidad. Siento que es el momento de mi batalla final, esa voz y yo estamos de acuerdo en que ahora podrás ser feliz".
- A lo mejor no hace falta que hable en voz alta. No sé como llamarte voz, pero, supongo que somos la misma persona. Sé que voy a morir, así que, todo terminará. Era nuestro destino.
<<Lo sé, vamos a morir. Puede que yo muera antes incluso, me siento muy débil. No sé que eres tú, sé que siempre has estado en mi. Ahora soy yo el que está dentro de ti. Pero gracias por dejar ese mensaje a Ai. Sé que tienes razón y que era lo mejor, pero creo que estoy absorviendo todo el dolor que deberíamos sentir los dos. No sé cuanto más podré hacerlo, pero no pierdas>>.
- Gracias.
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Ai se despertó un tiempo después. Rei le habia curado un par de rasguños y tenía el mensaje escrito por Ritsu en la mano. Su cara mostraba preocupación y se sentía incapaz de mostrar su frío gesto de siempre.
- ¿ Qué ha pasado? - Preguntó Ai incorporándose.
- Parece que Ritsu se ha ido - Contestó Rei en voz baja - Están tratando de localizarlo. - Le tendió el mensaje que Ritsu le había dejado.
Ai se incorporó y leyó el mensaje. No pudo evitar que una lágrima saliera de sus ojos y cogió a Rei del cuello pegándole contra una pared, ya nada podría controlar su ira.
- Yo confiaba en ti. - Le puso el antebrazo en el cuello presionándole en este. Cada vez menos aire entraba en él - ¿Cómo coño has sido capaz de hacerle esto a Ritsu? ¿No decías que morirías con él?
- Traté - Tosió varías veces cerrando los ojos - Traté de abrir su corazón. Sa-sabes que siempre guarda sus sentimientos.
- Mentira. Querías robar sus poderes - Gruñó presionando con más fuerza.
- Juro que es verdad Ai - Tosió otra vez. Aunque era incapaz de respirar, al mismo tiempo, no quería oponer resistencia - Si abría sus sentimientos, se acostaría conmigo y tendría sus poderes. Pero, solo abrí sus sentimientos.
Ai soltó su agarre del cuello del contrario. Era incapaz de entender como había sido capaz de confiar en el. No le importaban los sentimientos de Ritsu, y había tratado de conseguir sus poderes.
- Eres igual que la gente que atacaba a Ritsu - Negó una sola vez y le señaló con el dedo - No, tu eres incluso peor. Porque tu has hecho que Ritsu se convierta en eso que se ha ido.
- Solo abrí sus sentimientos ocultos - Contestó Rei mientras negaba - Los dos sabemos que Ritsu estaría mucho mejor diciendo lo que siente.
- ¿Te has dado cuenta de que tiene muchos sentimientos ocultos que no se tratan de si te quiere o no? - Volvió a pegarle contra la pared - El dolor que siente por tu culpa o por la mía, por la muerte de su hermano, de sus padres, el abandono, su culpabilidad. Todo eso son sentimientos que el guarda en su interior y con los que vive día a día. ¿Cómo no has podido darte cuenta de que si liberas uno los liberas todos?
- Me dí cuenta de eso. Controlé lo que liberaba.
- ¿Qué?
Ai le dejó escapar otra vez. Rei se pasó las manos por el cuello algo adolorido. Respiró hondo mientras miraba hacia abajo. Buscaba el valor para dar las explicaciones necesarias. Estaba apunto de darse cuenta que había perdido a Ritsu.
- Bueno - Tras unos minutos empezó a hablar algo confuso - Necesitaba sus poderes. Tienen a mi hermana y al consejo encerrados y necesito liberarlos. - Miró a Ai a los ojos mientras tragaba saliva sonoramente - No iba a robarle sus poderes a Ritsu, iba a hacer que los compartiera conmigo para enfrentarme a ellos, y poder liberarlos. Era solo para abrir sus sentimientos un tiempo. Cerré la parte en la que estabas tú y abrí la que estaba yo. No puedo haberle hecho tanto daño.
Los dos se miraron a los ojos. Ai cerraba los puños con fuerza mientras se mordía el labio inferior. Rei en cambio, mantenía la mirada en la de Ai, sin salir huyendo, pero conteniendo la respiración. Sara llegó al pasillo y dió un par de golpes en una puerta para llamar la atención de los dos.
- Han localizado a Ritsu. Está andando por el bosque.
Rei giró la cabeza y respiró hondo. Miraba a Sara y se fue hacia una habitación. Sara le siguió de cerca, Ai tardó un par de segundos en seguirle también.
- Creo que lo que le pasa a Ritsu es que su corazón se deshace - Dijo Sara mientras miraba el mensaje - Lo ha dejado todo y se ha despedido. No creo que espere volver, esa voz en su interior son sus sentimientos- Mira la habitación y suspira pesadamente.
Ai miró a Rei y mostraba los dientes mientras los presionaba.
- ¿Has cerrado todos sus sentimientos?
- ¿Te crees que soy idiota? Sé lo que cierro - Dijo Rei defendiéndose mientras cogía una mochila - Voy a ir a buscarlo.
- Ritsu no necesita conjuros - Le recordó y le cogió de la camiseta pegándolo a si mismo - Sin darse cuenta pudo haber aprovechado el tuyo y cerrar todos sus sentimientos.
Rei se dio cuenta entonces, de que Ai tenía razón. No era la primera vez que había visto los poderes de Ritsu, hacía muchas veces las cosas sin ser consciente de ello. Sin sus sentimientos, Ritsu no sentiría dolor, miedo o motivos para vivir. Se habría perdido todo.
- Si le traemos de vuelta con vida - Dijo Ai mientras sujetaba a Rei por la camiseta pegado a si mismo. Le miraba a los ojos molesto- Jamás te acercarás a él a solas. No volverás a tocarlo o mirarlo de una forma especial - Le soltó respirando hondo y le dio la espalda- Si muere, morirás con él.