Hacían ya un par de días desde que habían llegado a su nueva casa. Esta no era tan amplía como el apartamento de Lucas, pero tampoco era excesivamente pequeña. Solo que compartir tanto espacio con Leo, a Lucas le parecía agobiante.
Él estaba acostumbrado a tener su propio espacio. A poder estirarse de ciertas formas en la cama, o con ciertas manías en el baño. La casa era lo suficientemente grande para vivir, tenía un salón con cocina americana de unos 20 metros cuadrados, con un sofá cama y una televisión, no muy grande porque no había suficiente espacio para que no dañara la vista, una mesa en el centro baja que era la que utilizaba Leo para estudiar, y otra mesa cuadrada con dos sillas. La cocina, que también estaba ahí separada solo por una barra donde estaba pegada la mesa, con solo dos fuegos, un fregador, la nevera, unos armarios y un horno-microhondas.
La habitación era de unos cinco metros cuadrados, lo justo para un armario, una cómoda y la cama, el baño tenía la bañera y el lavabo, y por separado el retrete. Las paredes al exterior eran de cristal y se veía todo con unas vistas maravillosas que solían cubrir con unas cortinas grandes.
Lucas se despertó a las 10 de la mañana. Se pasó una mano por el pelo echándoselo hacia atrás y se estiró en la cama. No miró si quiera la hora, pero salió de la habitación buscando con la mirada a Leo. No había nadie en la casa.
Fue hacia la parte de la cocina y vio en la barra una bandeja tapada con una nota encima.
"He tenido que ir a la academia y no quería despertarte. Te he preparado el desayuno y espero que te guste".
Lucas levanto la cubierta de la bandeja y miró la comida. Era un café con un par de croissant. Sonrió aliviado, pues normalmente cocinaba lo que era el desayuno japonés con arroz blanco sopa o algo así. La dieta que tenía que seguir Leo ahora era muy estricta, y empezaba a cansarle.
Se sentó en la silla para terminar su desayuno mientras miraba el reloj de su móvil. Terminó por escribir en su móvil un mensaje para Leo.
"El desayuno me ha hecho mucha ilusión. Me ha gustado mucho, pero espero que hoy por fin tengamos un rato para estar juntos".
Leo leyó el mensaje en el descanso de la clase y sonrió levemente.
"Me alegra, trataré de llegar pronto".
Yuki le quitó el móvil a Leo y trató de leer el mensaje, pero desistió al ver que estaba en español y se lo devolvió con una sonrisa.
Yuki era un compañero de clase de Leo, de 19 años. Tenía casi la misma estatura de Yuki, esbelto y con una piel clara y unos ojos perfectamente rasgados.
Los dos se conocieron el primer día de clase. La mayoría de las chicas que iban a la clase de Leo, se le acercaban con revistas en la mano pidiendo algún que otro autógrafo. Al principio no le importaba, pero, llegó un momento en el que le empezaba agobiar cuando ya había firmado unos 30, y no podía dar un paso sin que le siguieran. Fue entonces cuando conoció a Yuki.
Yuki se le acercó a Leo con una leve sonrisa. Sin saber quien era ni tener idea del trabajo de Leo, trató de conocerle. Así fue cuando se hicieron amigos.
- Yuki, eres muy cotilla - Le dijo Leo con el japonés que había estado aprendiendo.
- Estás mejorando con tu japonés Leo - Rió el contrario mientras le miraba.
- Gracias - Termina diciendolo mientras se mordía el labio inferior - Estoy esforzándome en intentarlo.
- ¿Quién era el del mensaje? - Le preguntó sonriendo entonces Yuki.
- Mi compañero de piso - Asintió despacio - ¿Tú no tienes pareja o algo así Yuki?
Yuki terminó riendo levemente ignorando su pregunta. No solía hablar de su vida personal nunca. Pero sin embargo, tenía una amplia curiosidad de saber sobre la vida de Leo.
- Aún no he conocido a tu compañero de piso - Inclina la cabeza hacia un lado - ¿Me lo presentarás alguna vez?
Leo se le quedó mirando y se sentó bien en su asiento. Se puso un lapiz en la boca mientras mordía el extremo. No sabría si Lucas querría conocerlo, desde que habían llegado a Japón, no había salido a penas, y no sabía si quiera si quería conocer a alguien.
- Puede ser - Cogió el movil para escribir a Lucas. No sabía porque estaba así pero empezaba a preocuparle.
"¿Vamos de compras juntos y a alguna cafetería?"
Yuki se asomó por el móvil mirando el mensaje y luego sonrió a Leo.
- ¿Le preguntas si lo puedo conocer? - Se asomó y trato de mirar la foto de perfíl de Lucas- Un momento, ese es el escritor ¿Verdad?
Leo guardó el móvil mientras miraba a Yuki alzando una ceja. No sabía el porque de tanta curiosidad por él y porque no hablar nada de si mismo. Pero le hacía tener interés en él.
- Yuki, ¿conoces a Lucas?
- Claro que si, soy un gran admirador. Además, es amigo de mi hermano mayor Yusuke. Estuvieron juntos un tiempo - Rie y saca de su carpeta un recorte de una libreta donde salía la noticia de Yusuke y Lucas en la que decía que estaban juntos- No sabía que eráis amigos.
- Si, yo conocí a tu hermano - Susurró Leo con un poco de inseguridad - Era amable - Dijo con una voz algo insegura pero acompañado de una sonrisa.
Yuki sonrió de forma confiaza y le acarició con una mano por la pierna a Leo, con algo más de seguridad en si mismo que el otro.
- Algún día presentamelo.
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