viernes, 30 de octubre de 2020

Sin Nombre CAP 15.

 Durante unos días, todo iba bien en la vida de Yuuki. Había decidido tomarse un descanso mientras las pruebas médicas llegaban, y la verdad es que no recordaba unos días mejores en toda su vida.

La primera tarde la pasó junto con Ryuu. Cómo este le había prometido, pusieron películas mientras comían palomitas en casa de este, era raro para él pero se sentía en casa incluso estando fuera de ella mientras estuviese con Ryuu, se sentía protegido. Era como si el tuviese la capacidad de hacerle olvidar todos esos momentos vergonzosos que había vivido.

Esa misma noche, cuando iba a salir de la casa de Ryuu, este le acompañó a la puerta mientras le acariciaba la mano.

- ¿Es mucho pedir si te digo que te quedes a dormir? - Le preguntó poniéndole ojitos, estaba acostumbrado a salirse siempre con la suya después de todo, aunque sabía que con Yuuki tendría que acostumbrarse a perder.

- La verdad es que me encantaría que durmieramos juntos - Sonríe y termina agachando la mirada, él tampoco quería separarse. De hecho, ese era el motivo por el que había esperado a las una de la madrugada antes de conseguir ponerse en pie para irse - Pero - Hizo una pequeña pausa en la puerta del apartamento de Ryuu y miró a la puerta de su vecino Shunta.

Ryuu entendió lo que quería decir. Después de todo Yuuki se había abierto con él y había bajado las defensas con él, eso ya le había costado un encuentro un poco duro con el vecino con quien todavía no terminaba de hacer buenas migas.

- Entiendo - Termina asintiendo y le acaricia la mejilla - Pero, ¿sabes que no voy a dejar que te vuelva a hablar mal? - Le mira sonríendole.

- Pero no quiero que me vuelva a ver esperándote en la puerta o saliendo de tu casa. Lo veo capaz de decirle a Riku o a Mitsu... -Pone una pequeña mueca suspirando.

- Si ese es el problema, me voy yo a tu casa - Le dijo y fue dentro de su casa cogiendo un neceser con sus cosas de baño y el pijama - Yo estoy ya listo para la mudanza.

Yuuki no pudo evitar soltar una pequeña risa mientras miraba abajo. Si ya le había costado levantarse y ponerse en marcha, ¿cómo se suponía que iba a negarse a que fuese él a su casa?

- Creo que eso era un vacío legal Takada-san - Susurra mientras se pone la mano en la nuca mientras asiente - ¿Sabes que me vas a complicar la vida?

- ¿Yo? -Se señala sonriendo de forma inocente mientras sale de la casa y cierra esta con llave - De hecho, creo que podríamos mudarnos, un apartamento lejos. Así no estarías preocupado.

Yuuki empezó a andar de su mano hasta la puerta de su apartamento sin decir nada. Ryuu todavía no podía aceptar la realidad de su actual vida. No había sitio en Japón dónde no le hubiesen visto algún vecino, o alguien por la calle no le reconociese.

- Además, a mi me gustaría vivir contigo - Terminó diciendo Ryuu en la puerta del contrario. 

Yuuki se limitó a sonreirle. No quería estropear sus sueños tan pronto. Pero sabía de antemano que jamás serían capaces de vivir juntos. Después de todo, ¿cómo tratarían a Ryuu si se enterasen de que vive con un actor porno? Seguramente hasta le echarían del trabajo. Podía dejar el mismo el trabajo, pero seguramente ese pasado le perseguiría siempre, iba a tener que tomar una decisión al respecto en algún momento, pero no quería oscurecer esa noche.

Abrió la puerta del apartamento y dejó pasar a Ryuu primero. Que se descalzo en la entrada y siguió esperando en esta a que el otro pasase. Se había acostumbrado a la casa de Yuuki, con una decoración simple, cómoda. Se notaba que le gustaban las cosas sencillas y prácticas. 

- Creo que tu casa me gusta más que la mía - Terminó asintiendo mientras entraba en esta y dejaba el pijama en la mesa.

- La tuya es mucho más bonita y elegante que la mía, no tienes que fingir que te gusta más la mía - Le dijo mientras iba a la nevera y cogía agua bebiendo directamente de la botella de cristal que tenía su nombre escrito.

- Pero esta muestra el como eres tú, y tú eres lo que más me gusta a mi. Es normal que tu casa me guste más que la mía propia.

Yuuki sentía que flotaba, era increíble que Ryuu le hiciese sentir así, era increíble que hubiese conseguido bajar todas sus defensas en tan poco tiempo, pero era así. 

Fue esa misma noche que la idea de tener una vida lejos a lo que había vivido se hacía presente en su vida. Por eso al día siguiente escribió a los directores para pedir unos cuantos días libres por asuntos propios. Se despertó antes que Ryuu, miró su agenda y lo reprogramó todo. Por culpa de Ryuu, volver al trabajo se le hacía una cuesta demasiado empinada para subirla, necesitaba unos días para al menos hacerse a la idea de como sería su vida ahora.

También aprovechó para ser él quien preparase algo de desayuno para el contrario. Pero, se había dado cuenta de lo poco que sabia de él, así que cogió un poco de todo lo que tenía por la casa comestible. Un zumo envasado, unas tostadas, arroz blanco, un par de huevos revueltos, incluso un par de bollos de azúcar que estaban en la cesta que le había regalado Shunta y se lo llevó en una bandeja a la cama.

- Despierta Takada-san -Le dijo mientras ponía la bandeja con el desayuno a un lado de la mesilla mientras sonreía. El contrario seguía acostado en la cama, estaba despierto, pero quería que el contrario tratase de despertarle con un beso. Pero esto no pasaba, Yuuki más inocente le acarició por el hombro con un dedo - Takada... Despierta - Susurró otra vez.

- ¿Quién es ese Takada al que llamas? - Terminó susurrando con una sonrisa- Me gusta más cuando dices Ryuu... o me llamas Ryu-kun... o - Abre los ojos y le mira a él directamente con una nueva sonrisa algo más pícara - Me puedes llamar, mi vida, mi mundo... mi existencia.

Dijo esto último cogiendole por la nuca para robarle el primer beso del día. Yuuki no era capaz de resistirse a tanto cariño, así que simplemente se dejo llevar.

Durante esos días todo era lo mismo. Ryuu parecía que se iba a instalar en la casa de Yuuki, ya dormía ahí cada día, incluso había llevado ropa a la casa del contrario. Se turnaban para cocinar o recoger. La verdad, es que para Yuuki era más cómodo estar en su casa, y Ryuu ya había empezado a convertir esa casa en el hogar de los dos.

Casi sin darse cuenta, había pasado una semana, y la relación era como si hubiesen estado toda la vida juntos. Ryuu había empezado el trabajo, mientras Yuuki aún estaba tomandose las vacaciones. Poco a poco, se había sumido en esa realidad que había creado en la que no se sentía mal por tener un novio, ni se preocupaba de causar problemas. Era feliz.


Era la noche del 30 de Octubre, al día siguiente era la fiesta de Halloween de Shunta, y este quería invitar a la pareja de vecinos que parecían estar evitándole desde su pequeño encuentro. Se había dado cuenta de que Ryuu ya no estaba apenas en su casa, y aunque le había enviado un par de mensajes, Ryuu no le había contestado.

Ese día Shunta estaba en la puerta de su casa, estaba esperando a que Ryuu llegase del trabajo y se fuese a su apartamento para poder hablar con él. Había preparado una disculpa y una invitación a su fiesta de Halloween. Sabía lo que tenía que decir,  había ensayado con Ki cada palabra para que todo sonase bien y poder recuperar a su amigo.

Era ya tarde cuando Ryuu apareció y Shunta se puso en pié. Iba a ir directo hasta él pero fue Ryuu el que caminó hasta Shunta, o eso pensaba el contrario. Pero pasó por su lado con una sonrisa y un saludo educado y fue hacia la puerta del apartamento de Yuuki.

- Oye, Ryuu-chan - Le dijo mientras le seguía a la puerta de su otro vecino - Quería hablar contigo.

- Shun-kun - Le dijo y le sonrió sin abrir la puerta del apartamento - Dime ¿De qué quieres hablar? - Le contestó un poco forzado. No es que no quisiera hacer las paces con él o no le quisiera perdonar, pero se daba cuenta de cual era la situación.

Yuuki parecía estar inmerso en esa felicidad que los rodeaba a los dos, pero no sabía si era consciente de que él no salía a la calle. Era Ryuu el que hacía la compra, y Yuuki se quedaba en casa todo el día haciendo de amo de casa y esperándo por la vuelta de Ryuu. Empezaba a pensar que Yuuki tenía miedo de que si ponía un pie fuera de la casa, todo ese mundo que habían creado se desvaneciese, y sabía que no era sano, pero, él mismo también tenía miedo de que ese mundo se desvaneciese y trataba de aferrarse a esa felicidad que era tan frágil que hasta el sonido de la voz de Shunta podría hacerla desaparecer.

- Bueno - Empezó Shunta y le hizo una reverencia con todo el cuerpo - Mi comportamiento del otro día fue horrible. ¿Podrías perdonarme?.

- ¿Era por eso? -Le contestó sonriendo y moviendo una mano a los lados - Ya está olvidado Shun-kun no te preocupes.

- ¿Eh? - Se incorporó con confusión en los ojos. - Pero, si ni si quiera me contestabas los mensajes ni las invitaciones a comer o cenar. ¿Está pasando algo Ryuu-kun?

Durante un segundo miró la puerta del apartamento de Yuuki, era posible que estuviese oyendo y tampoco estaba seguro de querer confiarle sobre la situación a Shunta. Negó con la cabeza lentamente, creyó que era lo mejor para alargar esa situación lo máximo posible.

- Bueno, la verdad es que quería daros a ti y a Juri-kun una invitación para la fiesta de Halloween que haremos mañana en mi casa. Ya sabes, esa que habíamos planeado hace un tiempo.

Shunta le entregó una tarjeta con el y Ki vestidos con un disfraz de Halloween. Shunta iba con la cara pintada como si fuese un zombi y las ropas raidas, le quedaba adorable en cierta forma, y Ki se había disfrazado de León en Resident Evil. La verdad es que los dos iban muy bien, y se notaba que era en cierta forma un disfraz de pareja. Él quería hacer lo mismo con Yuuki.

Sonreía mirándo la tarjeta mientras la sostenía con una mano. Se imaginó durante un segundo haciendo que Yuuki se disfrazase de gato negro mientras él iba de brujo, o incluso Yuuki podría ser un vampiro y él mismo Van Helsing. 

- ¿Entonces vendrás? - Rompió el silencio Shunta sacando a Ryuu de sus pensamientos.

- Lo hablaré con Juri - Terminó diciendo, aunque era un nombre que no le gustaba usar - A lo mejor tiene algún plan para Halloween.

- ¿Estáis juntos? -Le preguntó entonces Shunta con una sonrisa- Me alegraría mucho que estuvieseis juntos. Podríamos hacer planes de pareja los cuatro.

- Nos encataría hacer planes con vosotros. 

En ese momento la puerta se abrió. Yuuki salió sonriendo a Shunta que se quedó mirándole algo sorprendido.

- Buenos días Kei-san - Le dijo Yuuki con una sonrisa mientras se acercaba a Ryuu - Lo siento por interrumpir y por escucharos. Ryuu-kun siempre llega a estas horas y me preocupé porque no llegaba y al acercarme - Susurró pasándose una mano por el brazo- Pero si Ryuu-kun quiere asistir a la fiesta será genial.

- Claro que será genial - Le contestó Shunta y le sonrió por primera vez desde que habían tenido ese encuentro. Parecía que Juri había pasado por algo y no parecía el mismo, aunque si algo forzado.

- Entonces nos vemos mañana en tu casa Shunta - Se despidió Ryuu con una mano y le acarició la mano a Yuuki entrando en la casa.

Ryuu no era tonto, también se había dado cuenta de que empezaban a surgir las grietas en esa realidad que ambos habían creado. Había notado como Yuuki se había forzado para tratar de agradar a Shunta, por eso se había apresurado en volverlo a llevar dentro de su casa, tenía que hacer que se sintiera bien.

- ¿Nos bañaremos juntos hoy también? - Le sonrió Ryuu mientras le besaba en el cuello abrazándolo por la espalda.

- Está la bañera preparada - Le contestó Yuuki mientras hacía la cabeza a un lado dejándo que le besara libremente por el cuello - Pero luego, vemos una película juntos.

- Que duro eres negociando - Riendo le cogió en brazos para llevarlo hasta el baño. No era una bañera demasiado grande, lo justo para dos personas si estaban muy pegados, pero él no necesitaba más espacio para estar con su Yuuki.

Los dos se desvistieron antes de entrar al baño y dejaron la ropa en un cesto para entrar en el agua caliente. Primero entró Ryuu quedando sentado con la cabeza hacia atrás, y luego Yuuki entró colocándose de espaldas a él y sentado sobre su regazo. Ryuu pasó las manos por la cintura de su novio mientras no paraba de pensar en que le gustaría llevar disfraces a juego.

- ¿De qué quieres que nos disfracemos para la fiesta de Shunta? - Le dijo mientras le acariciaba por la cintura.

Yuuki miró al techo y soltó un suspiró que no pasó desapercibido para Ryuu. En ese momento abrió un poco los ojos sin separarse de él. Quizás iba siendo hora de afrontar la realidad, Yuuki había mejorado con él, pero no con la situación real.

- Kei-san dijo que fueras tú - Le miró sonriendo levemente - No creo que yo le caiga muy bien - Se apoyó en su pecho y cerró los ojos girándose para abrazarle.

- La invitación era para los dos. Le dejé claro que si no ibas tú yo no iba - Le dijo mirándole a los ojos y le besó en la nariz sonriéndole.

- Ryuu... Kei-san es tu amigo no mío - Arrugó la nariz y soltó una pequeña risa - No tienes porque forzarle a que esté conmigo ni tienes que decidir entre él y yo. Yo soy tu novio y él tu amigo - Cogió con las manos algo de agua y se la echó por el pelo a Ryuu - Además, sabes que los sitios donde hay mucha gente y yo - Hizo una pequeña pausa y se mordió el labio inferior preocupado - Sabes que no me gusta estar rodeado de mucha gente.

Sacudió la cabeza cuando le echó el agua por encima de la cabeza y luego le abrazó contra su cuerpo. 

- Entonces, yo tampoco voy a la fiesta. Podemos disfrazarnos y ver películas de terror. Si vienen niños les daremos golosinas y lo pasaremos bien nosotros. 

- Ryuu - Le sonrió de forma tierna - Vé a la fiesta, hazlo por mi.

Ryuu sonrió resignado. Para los dos, Yuuki había tomado el papel de amo de casa tradicional. Se había encerrado entre esas cuatro paredes. Lo que Ryuu no sabía es que Yuuki lo hacía para no avergonzarle, para que él no fuese la comidilla de nadie por salir con un actor porno. Yuuki de verdad quería ser su novio incluso aunque significase no volver a salir de su casa.

Ryuu sin embargo, solo se daba cuenta de que Yuuki quería estar aislado pegado solo a él. Sabía que eso no era sano para nadie, y que por eso Yuuki quería qué él si saliese, pero, él tenía que proteger a Yuuki, se lo había prometido.

Los dos salieron al rato de la bañera. Ryuu sacó una cerveza de la nevera mientras Yuuki traía la cena que había preparado. Lo cierto era que estar todo el día en casa le había dado la oportunidad de practicar en la cocina, y ahora esto se le daba bien. 

- ¿Tu has cenado ya? - Le miró Ryuu alzando una ceja. Se preocupaba mucho de la salud de Yuuki y si comía o no comía lo suficiente. Ya le había pillado un par de veces saltándose comidas.

- Hoy no tengo demasiada hambre Ryuu. - Pero lo cierto era que ahora que no trabajaba y que solo se ejercitaba en casa, quería mantenerse atractivo para Ryuu. Ryuu era su nueva meta y el porque de hacer las cosas - Además, ¿no te has dado cuenta de que por tu culpa he engordado? Mira mira - Se levantó la camiseta dejando ver su cuerpo con una piel tersa y suave, pálida, que incitaba al contrario a querer tocarla. Sin embargo, Yuuki cogió con dos dedos un poco de su piel y estiró simulando que era algo feo y anormal.

- ¿Estás de broma? - Le miró alzando una ceja - Lo único que veo es que eres perfecto.

- Lo dices porque soy tu novio - Rió con suavidad negando - No pasa nada porque un día no coma, al contrario, seguro que me lo agradeces - Le saca la lengua a forma de burla.

Ryuu le miraba mientras negaba. ¿Era posible que Yuuki fuese feliz tal y como estaban ahora las cosas? Le abrazó contra si mientras le besaba en el cuello.

- Yuuki... Tienes que comer. No me digas que esto lo haces por mi o es mi culpa, porque para mi jamás habrá nadie tan atractivo y al que desee tanto como a ti. Pero por eso mismo, tienes que comer y decirme lo que piensas - Ryuu se lanzó, aunque fuese el final de esa realidad alternativa, esta ya no era sana para Yuuki y tenía que hacer que él contrario se sintiese mejor. 

Yuuki se sorprendió con esa reacción. En cierta forma pensaba que Ryuu de verdad sería más feliz si él mismo se mantenía atractivo, cuando trabajaba Rikku siempre se daba cuenta cuando se esforzaba más por ser atractivo.

- So-solo - Susurra mientras le abraza y le acaricia por el pelo - Es que quiero estar atractivo para ti y gustarte más. Es de verdad - Le dice mirándole a los ojos.

- ¿Pero por qué piensas eso? ¿A caso no te demuestro siempre lo mucho que te deseo y me gustas? - Le contestó mirándole también a los ojos y le hizo sentarse en su regazo.

- Si, pero ... - Sacudió la cabeza antes de seguir hablando. En esa realidad hablar de su trabajo estaba prohibido de alguna forma.

- ¿Pero...? - Preguntó de un rato de silencio en el que Ryuu se había quedado mirando la cara de Yuuki mientras este miraba al suelo. Al ver que no reaccionaba le acarició por la mejilla y le hizo mirarle a los ojos - Yuuki, sabes que conmigo puedes hablar de lo que sea y le buscaremos solución.

- Ya sabes que hay cosas en mi vida que no la tienen Ryuu - Le dijo y se levantó de su regazo. Se dió cuenta de que esa realidad ya no tendría mucho más tiempo de vida - Aunque estoy tratando de alejar toda mi vida anterior, no puedo.

- Yo no te voy a pedir que dejes atrás tu vida Yuuki - Se puse en pie para ponerse delante de él- Eres mi novio, y te acepto tal y como eres. Con trabajo de actor porno o sin él. Como amo de casa o como desastre. Me he enamorado de ti y amo todo de ti, lo bueno y lo malo. Si queires cambiar te ayudaré a cambiar. Si quieres seguir así te apoyaré a seguir así, pero no te voy a apoyar a autodestruirte. Come lo que quieras, vistete como queiras, y sal a la calle. Yo soy el orgulloso novio de Yuuki o de Juri o de como te quieras llamar. Yo te amo y siempre estaré a tu lado. Así que, mañana vamos a ir a esa fiesta de disfraces como una pareja de novios vampiros guapos. Porque cuando nos vean solo van a sentir envidia de lo buena pareja que hacemos.


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