domingo, 10 de junio de 2018

Invocadores de Espíritus - CAP 7

No podía creer lo que estaba pasando. Seguía en pie con la espada ragna en la mano libre mientras con la otra seguía presionando mi herida, tratando de frenar la hemorragia, aunque ya no me dolía la herida. Toda mi atención estaba en la lucha.

- Ai no va a morir - Le dije a Rei que estaba poniendo una mano en mi pecho poniéndome detrás de él.

- Ritsu, quédate aquí iré yo. - Me dijo Rei mientras daba un paso fuera de la barrera.

- No, esta vez yo también voy a luchar - Dí un salto con una pierna hacia adelante empuñando la espada con fuerza.

El luchador oculto había envuelto a Ai en un circulo de fuego. Había conseguido desarmarlo y ahora en el cuerpo de Ai habían impactado algunas llamas teniendo heridas como la de mi hombro.

No iba a permitir que Ai muriese. No ahora. Nuestro atacante había lanzado otra bola de fuego a Ai, pero esta vez, yo me puse en medio y la corté con la espada. Esa bola se desvaneció al momento mientras yo respiraba jadeando.

- Largo de aquí. No lo repetiré otra vez - Le dije en un tono autoritario y serio. Jamás había pronunciado esas palabras contra alguien.

Pero mi atacante ahora solo reaccionó con una extraña risa. Volvió a invocar una bola de fuego. Yo salté en el aire y con la espada corté su circulo dorado. Con este roto, el atacante cayó al suelo sin ningún tipo de magia.

Ai también cayó de bruces contra el suelo. Lo veía de reojo pero no podía acercarme o aquel hombre extraño iba a volver a recuperar su circulo. Le puse la espada contra el cuello. Rayos oscuros de energía brotaban desde mi mano y se replegaban por toda la espada hasta hacer retorcer de dolor a mi enemigo. Esa sensación de poder era tan extraña, pero podía controlarlo en todo momento, era una prolongación de mi ser.

- Quita tu capucha. Descúbrete - Le ordene sin apartar la mirada de él. Ai debería esperar un poco antes de que pudiera acercarme a él.

- Pronto lo sabrás - Dijo una suave voz femenina. Entonces comenzó a desvanecerse delante de mi. Yo lancé mi espada contra su cuello pero esta no llegó a rozarla.

- He sido demasiado lento.

Rei se acercaba hasta mi andando. Yo hice desvanecer la espada y le miré negando. No se me había ocurrido que pudiese ser una mujer la atacante.

Me giré antes de que Rei se acercara a mi, y me puse de rodillas al lado de Ai, que estaba en el suelo incorporado sobre uan de sus manos. Lo que primero hice fue mirar sus heridas. No tenían buena pinta y su mueca de dolor, solo hacía que yo me preocupara más.

- Hay que llevarte al hospital Ai - Le puse la mano en la mejilla y le aparté el pelo de la cara. Nunca lo había visto tan herido.

- No, no hace falta - Decía con una voz quebradiza Ai. Trataba de mirarme con una sonrisa, pero podía ver el dolor que sentía a través de sus ojos azules.

Presioné los labios mientras negaba. Rei se acercó por mi espalda y se agachó al lado de Ai. Sacó un carboncillo de su muñequera y empezó a hacer un circulo en el suelo. Yo dejé los estudios antes de aprender los círculos de curación, pero este parecía uno de esos.

No reconocía la mayoría de los símbolos que hacía, pero en este momento, me hubiese gustado poder conocerlos. Me gustaría haber sido yo el que pudiese curar a Ai, pero estaba muy agradecido a Rei por hacerlo.

Cuando hubo terminado con su dibujo, me apartó de Ai y me puso fuera del circulo. Entonces cogió a Ai en brazos y lo colocó en mitad del círculo.

- Los dos te debemos la vida Ai - Dijo entonces Rei dejando a Ai en el suelo y se levantó poniéndose a mi lado.

Parecía que su expresión estaba cambiada. No me había dado cuenta hasta ese momento, pero algo en Rei era ahora diferente. Se puso a pronunciar unas palabras en voz baja mientras el circulo se iluminaba en una tonalidad verde que resplandecía. Vi como Rei cerraba los ojos y el brillo se hacía más intenso.

Yo tuve que apartar la vista hacia un lado, pues la luz era demasiado intensa. Todo se quedó en silencio durante algunos segundos, entonces el brillo empezó a bajar de intensidad. Volví a mirar al círculo y poco a poco, la silueta de Ai estaba apareciendo en el centro.

Me agaché cuando terminó el ritual de curación. El circulo había desaparecido y le pasé una mano por la mejilla a Ai, que estaba sonriendo. Miré por su cuerpo pasando mis manos por donde su ropa se había rota y tenía manchas de sangre. Pero su piel estaba impoluta. Volvía a ser suave y firme, sin rastro si quiera de que antes hubiese habido una herida ahí.

- ¿Te encuentras mejor? - Preguntó Rei desde mi espalda mirando a Ai - Esta es la invocación de curación más poderosa que conozco.

Ai se pasó una mano por el pecho y uno de sus hombros antes de dirigir su mirada a Rei. Cogió mi mano y después deposito un beso en esta. Un beso muy cálido, era muy agradable poder verlo otra vez así.

- Muchas gracias Rei por curarme - Me miró a los ojos y guiñó un ojo - Esta vez me has protegido tu a mi.

- No vuelvas a hacer una locura así - Le dije muy serio suspirando - Si hubieses esperado un segundo más te hubieses llevado una espada.

Estaba regañándolo. Quizás mi voz sonaba aun severa por la lucha que había tenido. Notaba que algo en nosotros tres estaba siendo diferente.

- Lo siento - Me sacó la lengua mientras guiñaba uno de sus ojos - Sabes que siempre tengo ese impulso de protegerte Ritsu.

- Esta vez, has sido el más fuerte de los tres Ai - Comentó Rei mirando a un lado - Sin ti, puede que no hubiésemos sobrevivido. Gracias Ai.

Me giré mirando a Rei. Sabía que era muy orgulloso, verlo dándole las gracias a Ai, era un hecho que pensaba que nunca iba a repetirse otra vez, pero me alegraba. Sonreí mirando a Rei y me puse en pie.

- Gracias a ti también Rei. Por curarle - Me abracé a su cuello cerrando los ojos mientras Rei ponía sus manos en la cintura.

Ai se levantó poco a poco. Rei me sujetó después de un par de segundos por la cintura y me separó de su cuerpo. Asintió una sola vez con la cabeza y se apartó.

- Creo que voy a regresar a la escuela para investigar quienes son los que nos están atacando. - Su tono conmigo era muy frío de repente.

Ai me puso una mano por la espalda acariciándome. No entendía muy bien que era lo que estaba pasando, estos dos parecía que habían hablado de algo que yo no sabía.

- Volveré pronto con noticias Ritsu - Hizo una pequeña pausa y luego miró a Ai - Ai, cuidaos mientras yo no estoy.

- Si pasara algo, te avisaremos - Contestó Ai asintiendo una sola vez. Había deslizado su mano hasta poder cubrirme los hombros con ella y pegarme hasta él.

- Dejé dentro unos libros de invocación. Sería bueno que los estudiaras Ritsu. - Se despidió con una mano y empezó a alejarse por la carretera poniendo sobre su cabeza la capucha de la túnica.

Lo vimos los dos alejarse. Yo no pude decir una sola palabra, pero sentía que pronto iba a volver a verlo.

Ai me giró y me miró a los ojos a la vez que sonreía. Era encantador cuando me miraba así. Me hacía sentir que solo podían pasar buenas cosas. Yo sacudí la cabeza notando que me sonrojaba.

- ¿Cómo te sientes Ritsu ? -Apartó el pelo de mi frente mientras miraba a mis ojos.

Cuando hacía ese tipo de cosas, el corazón se me aceleraba, me sentía seguro y querido. No quería que se apartara de mi.

Apoyé la mejilla sobre su pecho , poniendo las dos manos en sus hombros. Ai correspondió abrazándome por la espalda mientras apoyaba la barbilla en mi cabeza, haciendo que el tiempo se detuviese para mi. Sentía que podría quedarme ahí para siempre. Oía los latidos de su corazón pausados, notaba como sus pulmones se hinchaban y vaciaban de aire, notaba como su aroma entraba por mi nariz, era un momento perfecto.

- ¿Estás bien? - Fue solo un susurro sin apenas moverse, pero que sirvió para traerme al mundo de vuelta.

- Estaba asustado - Le contesté mientras me pegaba más a él - No quiero hacerte infeliz. No quiero que salgas herido por mi culpa. No puedo soportar el verte dañado.

- No puedo ser infeliz estando a tu lado Ritsu - Me cogió de las mejillas mirándome a los ojos - Siempre hemos estado juntos, y no quiero que eso termine.

- ¿Por qué quieres estar a mi lado Ai? - Le miré también a los ojos suspirando - No entiendo porque siempre me has protegido.

- Pensaba que era obvio Ritsu - Ai miró hacia uno de sus lados poniendo una mano en su propia nuca. Parecía estar confuso, buscando las palabras adecuadas - ¿Sabes cuándo miras a alguien y notas que harías cualquier cosa por su sonrisa?

- Creo que si - Asentí despacio sin dejar de mirarle. Los dos, apenas parpadeábamos.

- Sientes que lo darías todo por esa persona. No hay un motivo alguno, pero lo harías aun así, porque en eso consiste tu razón de existir. - Suspiró y apoyó la frente sobre la mía - Eso es lo que yo siento por ti. Si te hieren a ti sin yo haber podido defenderte, me sentiría mal.

- Ai - Suspiré respirando hondo.

Ai me cogió de la barbilla. Los dos nos estábamos mirando a los ojos. Yo contenía la respiración nervioso. Ai se estaba acercando a mis labios, sabía que iba a venir ahora, sabía que nos íbamos a besar. Empecé a cerrar los ojos mientras mis mejillas se sonrojaban. Sacaba los labios hacia afuera y entonces, noté como Ai besó en mi nariz sonriendo. Se separó de mi y me despeinó.

- No tienes porque contestar o corresponder a mis sentimientos Ritsu - Se puso a mi lado ofreciéndome la mano - Sé que soy tu mejor amigo, y sé lo que sientes por Rei. Como te dije hace tiempo, si tu eres feliz, por mi está bien.

Le tomé la mano suspirando. Miraba abajo. Quería decirle que sentía algo por él, que por mi estar con él podía ser lo mejor, que quería intentarlo, pero me callé. Asentí con levedad mientras presionaba mis labios.

- Vamos a ir a pasear y luego entrenamos. Despejarnos nos vendrá bien a los dos.

Los dos nos fuimos paseando hacia la playa. Sin saber, cuantos otros peligros estaban acechándonos. Después de todo este tiempo, me hubiese gustado decirle en ese momento lo que sentía. A lo mejor, las cosas hubiesen sido diferentes si lo hubiese hecho.

Pues aunque en ese momento no lo sabía, alguien nos estaba espiando y empezaba a darse cuenta de mis sentimientos por Ai, antes si quiera, de que yo pudiera admitirlos.





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