domingo, 3 de junio de 2018

LO MÁS COMÚN PUEDE SER PERFECTO - CAP 15. LA GRAN DECISIÓN.

Leo estaba esperando en el salón a que Lucas regresase. Después de haber dejado a Tanaka, se fue hacía el apartamento de Lucas. 

Cuándo había llegado, había revisado el contrato, que gracias a Dios estaba en su idioma y explicado todo con claridad. En el se especificaba que iría a la academia Akamonkai, de Tokio. Dejaba claro que tenía que cumplimentar ciertas horas de trabajo, cuál sería su vivienda, dejando algunas fotos de la misma adjuntas, y el curriculum vitae de los que serían mis asistentes.

Había estado estudiando a conciencia, no quería que se le escapara nada, y este era muy bueno, con muchas posibilidades, estaba deseando firmarlo, pero no podía dejar de pensar en que le diría Lucas.

Se pasaba las manos por el pelo alborotándolo. Luego se lo volvía a peinar con los dedos. Su frustración y nerviosismo se dejaba ver por cada parte de su cuerpo. Hinchaba las mejillas y resoplaba. Ni si quiera se había cambiado de ropa, aunque ya no estaba tan arreglado como cuando había salido al encuentro.

Era ya oscuro cuando sonó la llave en la puerta y esta abriéndose. Lucas entró en la casa y encendió la luz. Vió todo perfectamente ordenado, cómo lo había dejado Leo, a excepción de Leo que estaba tirado en el sofá, junto al ordenador en la mesa de enfrente y algunos papeles.

Se sintió algo mal al verle. Sabía de sobra que le había dejado plantado en el día de San Valentin, y que había sido justo después de haberle prometido que iban a estar juntos. Quería compensarle esto en un futuro.

Leo al notar la luz se había puesto un cojín sobre la cara. Aun no sabía con que cara debía mirarle. Tenía una pierna flexionada sobre el sofá y la camisa dejaba ver sus clavículas al estar e cuello entreabierto. .

Lucas se acercó a él, sin decir una sola palabra. Pensaba que ya había visto las fotos, y que con palabras no le iba a convencer de que solo tenía ojos para él.

Se arrodilló frente al sofá y empezó a besar por sus claviculas hasta su cuello mientras desabrochaba su camisa. 

Leo no se movió. El tacto de Lucas sobre su piel le resultaba hipnótico. Lucas termino con su hazaña de quitarle la camisa y besó en su pecho. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que Leo no se había puesto tan elegante para salir con él, y los celos empezaron a aparecer.

- ¿Qué has hecho hoy Leo? - Dijo mientras trataba de mantener la calma, por muy difícil que le pareciera.

Leo se incorporó, quitando el cojín de su cara y suspiró. Aun quedaban un par de horas de San Valentin y quería aprovecharlo con su novio, antes de comentarle sobre el contrato.

- Estuve en casa - Susurró y llevó una mano a la mejilla de Lucas. Tampoco quiso decirle que le molestó el plantón.

No era el momento para hablar de eso, aunque Lucas tampoco esperaba esa respuesta. Sabía que Leo no solía ponerse nucna esa ropa. Ni si quiera para estar con él. Le estaba mintiendo.

- ¿A quién has visto Leo? - Lucas se puso en pié y le miró a los ojos algo más serio.

- ¿Eh? - Por un momento Leo pensó que el ya sabía todo sobre el contrato. Tomó aire profundamente y se pasó una mano por la nuca - ¿Cómo te has enterado? - Su voz era apenas un susurró. Miró hacia la mesa dónde estaba el contrato y así evitar la mirada del mayor. Ya tenía asumido que no iban a celebrar ese día juntos.

- Si -Dijo Lucas molesto, marcándose un farol., y cómo no, pensando en lo peor. No sabía como Leo había sido capaz de estar con otro.

Leo entonces cogió el contrato ordenando lo en las manos. Se sentó en el sofá y respiró hondo. Ya que lo sabía todo, era inútil intentar evitar la conversación.

- Aún no he firmado.

- ¿Aún no has firmado el qué? - Lucas se sentó a su lado y cogió las hojas de Leo de sus manos.

- ¿No has dicho que ya lo sabías? -Dijo Leo que miraba las manos de Lucas que ahora estaba concentrado en el contrato.

Lucas guardó silencio mientras leía el contrato. Parecía estar sorprendido. Estaba asimilando la información de que alguien había descubierto a Leo. A su Leo. Tenía muchos sentimientos encontrados, le había prometido a Leo comportarse mejor, y esto era sin duda una oportunidad única para su futuro.

- Leo, ¿cómo ha pasado esto? - Miró a los ojos a Leo, tratando de poner cara de poker. Lo que menos quería era asaltarle.

Leo empezó a contarle como había ocurrido todo después de que él le dejara solo en el vestíbulo. Lucas no pudo dejar de culparse durante todo ese tiempo. Pues pensaba que si él no le hubiese dejado plantado, nada de esto hubiese pasado. Después de todo era así, era un fotógrafo el que había descubierto el aura de Leo.

- ¿Qué vas a hacer entonces? - Lucas dejó el contrato y se recostó sobre el sofá haciendo que Leo se recostara sobre él.

- Quiero firmarlo - Asintió Leo mientras ponía las manos sobre el pecho de Lucas- Si yo fuera modelo, quizás podría ser tu pareja de forma oficial. Sería modelo, nadie te diría nada porque no estás con ese idiota - Muy a pesar de Leo, su voz sonaba con cierto resentimiento. Pero esto, en el fondo, a Lucas le encantaba. Leo estaba luchando por él. ¿Cómo no le iba a gustar eso? - No quiero separarme de ti y dejarle más vía libre a Yusuke.

- Bueno - Miró el contrato  y pasó las manos por la cintura de Leo hacia su trasero - Yo puedo escribir desde cualquier sitio. Y no estarías solo. Podría estar contigo todo el tiempo y ayudarte con tu japonés - Le dio una ligera nalgada mientras le miraba a los ojos.

Leo dio un respingo al notar la nalgada. Miró a Lucas a los ojos sin poder evitar que se le dibujara una sonrisa. Estaba pasando después de todo. La oportunidad que le habían dado y Lucas. En ese momento pensó que si era posible ser feliz.

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