sábado, 27 de noviembre de 2021

Lo que no ves de mi - CAPÍTULO 4: EL FAMOSO YEON.

 Terminamos la audición entre los aplausos de Rachel y Anthony que parecían realmente satisfechos con nuestra prueba. Mientras que Yeon estaba mirándonos, mejor dicho, mirándome con bastante interés pero con un gesto crítico en su cara.

- La verdad es que esta fue la canción por la que nos interesamos. Pero, ¿tenía otras letras no? - Preguntó Anthony mientras miraba a Yeon - Tú mismo dijiste que las letras no te emocionaban, ¿qué opinas del cambio?

Yeon se puso en pie. Empezó a dar una vuelta a mi al rededor. Rud me miró alzando una ceja con curiosidad, pero yo seguía con la mirada a Yeon, que parecía estar pensativo.

- Creo que la letra ha mejorado un poco, pero sigue siendo bastante infantil - Termina diciendo y sigue mirándome de arriba abajo - Sin embargo, esta vez creo que tienen algo de talento.

- ¿Algo de talento? - Dijo entonces Kú algo ofendida - Estas letras y la canción son bastante bu...

Mitch se acercó a ella y tapó la boca mientras negaba a los lados con la cabeza. Yo contuve la respiración durante unos segundos mientras veía como los tres se habían girado hacia Kú y la miraban directamente con el ceño fruncido.

- Estamos dispuestos a cambios en nuestras canciones, siempre y cuando sean para mejor - Intervino entonces Lau - Obviamente, siguiendo con nuestro estilo.

Toda la atención se centró entonces en ella. Mitch se apartó entonces de Kú que tenía cara de pocos amigos. Yo volví a respirar otra vez, todos me miraban de vez en cuando, todavía no había intervenido en ninguna de las conversaciones. Pero, es que no podía apenas apartar la vista de los ojos de Yeon que se clavaban en los mios.

- La verdad es que queríamos ofreceros un contrato para unos seis años - Dijo entonces Anthony - Nos gustáis como artistas y empezaríamos por grabar esta canción en estudio y poneros de teloneros. Pero os explicará Rachel más adelante, de momento - Señaló la puerta por la que habíamos entrado - Tenemos el contrato ya redactado. Podéis leerlo y firmarlo. Os dejamos tiempo para que lo reviséis.

Todos pasamos uno a uno por la puerta. Mitch y yo éramos los últimos, cuando iba a pasar Yeon cogió mi muñeca y me miró a los ojos. Durante unos segundos nos quedamos mirando el uno al otro.

- Sabía que eras tú cuando te ví - Dijo entonces inclinando la cabeza a un lado - Espero que me pidas tu premio.

Soltó mi mano y se fue por otra de las puertas de la habitación. Mitch me puso las manos en los hombros y me miró inclinando la cabeza por encima de uno de mis hombros.

- ¿Os conocéis? 

- Más o menos - Le dije sacudiendo la cabeza y entonces me fuí por la puerta.

Todos nos sentamos en la mesa y entonces nos repartieron los contratos uno por uno.

- La verdad es que pensaba que el cantante era más carismático - Terminó diciendo como broma Anthony cuando Rachel ya nos había repartido todos los contratos - Espero que seas más hablador en los directos.

- Ah - Asentí con una pequeña risa y moví la cabeza a los lados - Estar aquí es como un sueño, y la verdad es que estoy un poco nervioso.

- Lo entiendo - Termina diciendo y entonces los dos se acercan a la puerta para salir - Os dejamos intimidad y si queréis algún cambio en el contrato solo tenéis que decirlo y podemos negociarlo.

La verdad es que el contrato era bastante profesional. Obviamente era beneficioso para la compañía, pues un cuarenta por ciento de las ganancias iban a ser para ellos y el sesenta restante teníamos que repartirlo entre nosotros. Otra de las clausulas era sobre tener estilistas para los conciertos, shows y posibles shows. Nada más leerlo, sabía que esa clausula sería un problema para Kú. Además, se quedaban con nuestras canciones por un periodo de tiempo y con derechos de imagen hasta la finalización del contrato.

La verdad, es que parecía un contrato bastante estándar para un grupo que está debutando. No eramos tan conocidos, ni habíamos tenido presencia como para que de la nada nos ofreciesen unas super condiciones o un contrato millonario.

- La verdad es que el contrato me parece bien. Necesitamos el empujón para empezar, y cuando termine el primer contrato podríamos negociar mejores condiciones - Terminé diciendo yo.

- Pero es que el contrato termina a los seis años - Hizo marcar Kú entonces - Y no me gusta que nos elijan la ropa.

- Siempre que dejemos claro que no es nuestro estilo llevar tutús rosas por mi no hay problema. Estoy de acuerdo con Rit - Me miró con una pequeña sonrisa Mitch.

- Yo creo que los seis años también es excesivo - Dijo Rud levantando la mano.

- Quizás podríamos rebajar lo de los seis años, ¿Quizás tres? - Preguntó entonces Lau.

Estuvimos discutiendo sobre las clausulas un tiempo, pero el acuerdo fue en rebajar el tiempo del contrato. Eso obviamente podría ser una ventaja o un inconveniente, puesto que si en tres años no habíamos conseguido algún éxito, podría ser el final del grupo, pero todos estuvimos de acuerdo en que tendríamos que correr algún riesgo.

Firmamos el contrato por tres años. La verdad que les pareció bien cambiar el tiempo de contrato así que nos dieron rápido un contrato con las mismas clausulas pero para tres años. Supuse que la mayoría de discográficas tendrían varios modelos de contratos para negociar sobre las clausulas.

Terminamos todo sobre las ocho de la tarde. Miré el reloj nada más salir de la empresa y presioné los labios. En mi mente todavía estaba Yeon, pero no sabía aún si tenía que ir o no a ese encuentro. Tampoco sabía si era lo que de verdad quería.

- Bueno, entonces ¿nos vamos ya a casa? - Dijó Kú mientras miraba a Rud - Me llevas, ¿no?

Rud asintió y le ofreció su segundo casco respirando hondo. Lau por otro lado se quedó mirándonos a nosotros.

- Yo he venido en coche. ¿Queréis que os lleve?

- Si - Se apresuró a decir Mitch - A menos que Rit quiera que nos quedemos celebrando el contrato en privado.

Todos se quedaron mirándome a mi que miré a Mitch sin saber muy bien que contestar. Pero negué con la cabeza poco a poco. Iba a ir a ver a Yeon, pero no por el premio. Quería que se disculpase por decir que mi canción era infantil y que no podía escribir algo bueno.

- La verdad es que tengo algo que hacer por aquí - Saqué de mi mochila la tarjeta con la dirección y miré por la calle. La verdad es que estaba bastante cerca de la oficina - Hablamos luego.

Mitch puso una pequeña cara de decepción, pero todos acabamos despidiéndonos y yo me encaminé hacia la dirección que me había dado Yeon. 

No tardé mucho en llegar. Eran solo un par de manzanas de diferencia con la oficina. La verdad que la zona en la que vivía tenía fama de ser bastante cara y lujosa, de hecho, el edificio que tenía en la dirección tenía un portero en la entrada. No sabía si tenía que entrar directamente o no, o pedir permiso. Jamás había estado en una zona de alto standing. 

Terminé por acercarme poco a poco a la entrada del edificio. El portero no me puso cara de buenos amigos al verme, y yo agaché la cabeza sin saber muy bien que hacer. Después de todo, era cierto que yo no pertenecía a esa clase social y que mis pintas eran algo raras de ver por ahí.

- ¿Qué se le ofrece? - Me preguntó directamente el portero.

- Venía a este piso - Le mostré la tarjeta que me había dado Yeon y el portero la tomó sacudiendo la cabeza.

Se hizo a un lado dejándome paso. Se ve que era algo común que Yeon recibiese visitas de otra clase social o algo así. Al menos eso fue lo que primero pensé.

Me dirigí al ascensor, pulsé el piso y me mordí el labio inferior. Que me hubiesen dejado el acceso libre también significaba que Yeon estaba en casa y que lo iba a ver. Traté de tranquilizarme respirando hondo, no podía mostrar otra vez debilidad ante él.

Salí del ascensor con unos pasos lentos. Trataba de retrasar ese momento en el que me cruzaría con esos ojos peligrosos. Esos ojos que eran capaz de hipnotizarme. Llegué finalmente frente a la puerta de Yeon. Estiraba una mano para llamar al timbre, y al mismo tiempo retiraba el dedo mordiéndome el labio inferior. Repetía esa acción durante un par de minutos, hasta que finalmente si que pulsé el botón del timbre.

Estuve a punto de irme corriendo después de haber llamado, pero las piernas no me respondían, aunque hubiese sido inútil, pues no pasó ni un minuto hasta que se abrió la puerta y cuando lo hizo, Yeon estaba al otro lado mirándome.

Estuvo unos segundos mirándome, yo le devolvía la mirada. Para él era como un juego, un depredador observando a su presa.  Yo era una presa temiendo que iba a ser cazado.

- ¿Viniste por tu recompensa? - Terminó diciendo. Su voz sonaba aterciopelada, dulce y tentadora. Igual que su mirada, hipnótica.


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