Los tres corrían por el bosque mientras sus enemigos invocadores les pisaban los talones, les lanzaban toda clase de hechizos tratando de dañarles y detenerles. No sabían el número de enemigos que tenían, pero eran muchos. Los ataques parecían proceder de todas partes, y se centraban sobre todo en Ritsu, querían abrir las puertas del infierno otra vez.
- Cuidado - Gritó Ai y tiró del brazo de Ritsu.
Al momento esquivó una bola de fuego justo dirigida a su espalda, pero como consecuencia los dos cayeron al suelo con un fuerte impacto. Rei se puso a la espalda de ambos cubriendoles con un escudo que salía de su antebrazo.
- ¡DAOS PRISA! - Gritó Rei que trataba de bloquear todos los ataques que les dirigían.
Ai reaccionó rápido y cogió a Ritsu en brazos. Otra vez empezó a correr alejándose de los ataques. Ritsu se abrazó al cuello de Ai mientras este le llevaba corriendo y esquivando los ataques. Rei no pudo evitar mirarles, incluso en una situación tan peligrosa, se notaba que estaban enamorados. Suspiró con una sonrisa, los dos se merecían ser felices juntos.
- Te quiero - Susurró Ritsu mientras Ai le sonreía mirando a sus ojos.
Rei seguía corriendo tras de ellos esquivando los impactos lo más rápido que podía. Ai, frenado un poco por Ritsu acabó recibiendo uno en el hombro, trayendo a la pareja otra vez a la realidad.
- A los árboles - Les dijo Rei que con un salto se subió a la rama de un árbol.
Ritsu se bajó de los hombros de Ai y le cubrió con otro escudo mientras este, dolorido, trataba de subir al árbol. Ai se estaba dejando proteger y obedecía a Ritsu, se notaba que se estaban compenetrando más. Cuando era Rei ahora el que paraba los ataques Ritsu subió de un salto. Se acercó sin decir nada y examinó la herida que tenía Ai en el hombro, no era grave, pero aún así decidió curarla.
- Date prisa Ritsu, nos están rodeando - Dijo Rei que hacía más grande el escudo para que cubriese también los ataques dirigidos a sus compañeros.
Ritsu terminó de curar a Ai y se puso al lado de Rei ayudandole con el escudo.
- ¿Qué hacemos ahora? - Dijo Ai para que se oyera por encima de los impactos contra el escudo mientras se examinaba el hombro herido que se había regenerado por completo.
- REzar para que su energía se acabe antes que la nuestra - Contestó Rei que seguía parando los golpes con su escudo.
- No suena muy alentador - COntestó Ai y se miró el hombro, pensando que quizás Ritsu no debería haberle cuidado.
Ritsu miró de reojo a Ai y sacudió la cabeza. No era el momento para dejarse vencer, no ahora que justo era la primera vez que empezaba a querer tener un futuro con Ai.
- Tranquilos - Ritsu dejó su escudo y con posó una mano en el tronco del árbol donde estaban subidos. La mano empezó a brillar y los árboles empezaron a moverse, primer o despacio, luego de forma serpenteante mientras una ráfaga de aire les acariciaba, y luego sonaron unos cuantos golpes. Los árboles se agitaron con fuerza y al poco todos los ataques contra ellos cesaron.
Ai y Rei se quedaron callados mientras observaban a Ritsu. No sabían que había pasado, pero estaba claro que algo había hecho. Unos golpes contra el suelo los sacaron de sus pensamientos, y tenían a unos treinta invocadores tirados a sus pies inconscientes.
- ¿Cómo lo has hecho? - Dijo entonces Rei boquiabierto - Ni si quiera sabías donde estaban.
- El espíritu del bosque me ha ayudado. Está agradecido por cerrar la puerta la infierno.
Ai se acercó a Ritsu, le abrazó por la cintura elevándolo sobre su cuerpo y los dos se dieron un corto beso.
- Eres el más fuerte, ya no me vas a necesitar - Le dijo entonces Ai al separarse.
Ritsu apoyó su frente contra la de Ai. La verdad es que los dos estaban volviendo a su estado de ánimo cariñoso, olvidando todo el peligro que corrían y que hacía unos segundos treinta personas trataban de matarlos.
- Nunca dejaré de necesitarte.
Rei se acercó a los inconscientes, todos encapuchados, sin embargo, supo reconocerlos. Todos habían estado en sus clases, todos eran compañeros e incluso amigos suyos. Todos habían intentado matarlos, seguramente, hasta habrían capturado a su hermana.
Ese último pensamiento le hizo sentir inseguridad. Si todos ellos, eran personas en las que había confiado y habían tratado de matarle, ¿podía seguir confiando en su hermana? Se mordía el labio inferior y cerraba los puños con fuerza, no sabía en quién podía confiar ahora.
Ritsu notó ese cambio en las emociones de Rei. Se apartó de Ai y fue hasta él. Le puso una mano en el hombro negando.
- ¿Pasa algo?
Ai también imitó a Ritsu, se puso al otro lado mientras le acariciaba el hombro, después de todo, también era su amigo.
- Eran mis amigos, mis compañeros - Susurró Rei- ¿Cuánto tiempo han pasado engañándonos?
Ritsu le puso la mano en la nuca. Entendía ese sentimiento de traición y abandono.
- A veces estas cosas pasan - Le susurró y le despeinó - Pero tú eres fuerte. Tenemos que salvar a Sasha.
- Tú hermana es más importante ahora Rei.
Rei solo asintió y emitió una pequeña sonrisa curvando solo un lado de su boca hacia arriba. Los tres se pusieron en marcha. Sin embargo, lo que Rei no confeso, era ese miedo interno a haber sido traicionado también por su hermana.
Los tres volvieron hacia su camino original por el bosque. Rei les guiaba hacia la base de una montaña que se veía a lo lejos, Ai y Ritsu le seguían los talones a un ritmo bastante rápido.
Ai se animo a coger la mano de Ritsu por el camino. Al principio solo la había rozado tímidamente, incluso se había sonrojado al hacerlo, pero finalmente, haciendo acopio de valor le sujetó la mano y entrelazó los dedos con los de él.
Ritsu, en ese momento se pegó un poco a él, haciendo que su brazo se rozara con el del contrario. Los dos seguían en silencio, nerviosos a pesar de que no era la primera vez que habían hecho eso. Los dos habían dormido juntos, habían cogido sus manos y rozado sus cuerpos durante años, incluso se habían besado y abrazado. Pero, ahora que por fin se cogían de la mano siendo novios, era una nueva sensación que les hacia sentir vulnerables.
Conforme avanzaba el día, los dos seguían caminando el uno al lado del otro y siguiendo los pasos de Rei, hasta que finalmente llegaron a la base de la montaña.
- Es aquí - Dijo Rei que aprovechó para descansar. Los hombros le pesaban y empezaba a sentirse de forma extrañamente cansada. Pero lo achacó a que durante todo el camino había estado pensando en su hermana, y eso se había apoderado de su mente por completo.
Ritsu soltó la mano de Ai, que sintió el vacio al momento y se miró la mano como si le hubiesen amputado algo importante. Ritsu se acercó a Rei y le volvió a acariciar el hombro para tranquilizarlo.
- Seguro que Sasha está bien - Le sonrió de forma cariñosa.
Rei sacudió la cabeza a uno y otro lado. El bienestar de Sasha no era lo que más preocupaba al joven. Solo la misma pregunta que a la vez era incapaz de confesar a sus amigos.
- Seguro - Susurró notando como su conciencia se hacía algo más pequeña.
- Pasa algo - Dijo Ai acercándose a ellos y mirando a Rei.
Ritsu soltó el hombro de Rei y cogió una mano a Ai, le tiró hasta dejarlo frente a si mismo. No tardó ni un segundo en alzar un muro de rocas a su propia espalda, justo a tiempo de parar una lanza oscura que impactó en este.
- Nos han rodeado - Dijo Ritsu que al momento elevó varios muros de piedra rodeándolos a los tres.
Ai cogió a un Rei inmóvil y lo tiró a su lado contra el muro de rocas que había levantado Ritsu.
- Algo le pasa a Rei - Le gritó Ai a Ritsu.
- Cuida tú de él - Miró Ritsu algo preocupado - Voy a intentar algo.
Ritsu pasó las manos por las rocas en el suelo que brillaban bajo él y lanzaron una honda expansiva. A los pocos segundos se empezaron a oír quejidos y chasquidos rocosos a su alrededor.
- ¿ Ritsu...? - Preguntó AI mirándole. Era cierto que se había vuelto muy muy fuerte en muy poco tiempo.
Ritsu puso las manos ahora en los muros que volvieron a Hundirse, se puso en pie y miró a los árboles. Estos se abrían bajo la mirada de Ritsu y dejaban a la vista a sus nuevos atacantes, no incoscientes, pero si atrapados inmóviles en muros de piedra.
- Ai, cuida de Rei mientras voy a ver quienes son los que nos atacan.
Ritsu se acercó a uno de ellos poco a poco. Seguía vigilando los alrededores, no podía permitirse el lujo de bajar la guardia ni un solo segundo.
- El joven príncipe desertor... - Dijo la voz de uno de ellos que se entrecortaba por el dolor de la presión que ejercía las rocas en él.
- No soy ningún príncipe - Contestó Ritsu que se acercaba a él lentamente.
- Ni lo volverás a ser nunca.
Ritsu se acercó y le quitó la capucha. Era uno de sus antiguos compañeros. El contrario respiraba agitado y de sus ojos goteaban lágrimas de sangre. Ritsu retrocedió, eso no era lo que debería estar pasando. Pasó la mirada por todos a los que tenía presos, y su situación era la misa. Era imposible que él les hubiera hecho tanto daño.
De pronto, todos empezaron a explotar de dentro hacia afuera, manchando el suelo con la poca sangre que quedaba de muestra de su existencia.
- Esto es lo que les pasa a los inútiles - Sonó la voz de Rei a su espalda.
Ritsu se giró y abrió los ojos inquieto. Rei estaba sujetando una daga contra el cuello de Ai que estaba inmóvil en sus brazos. Al momento, Ritsu se agachó tocando el suelo, justo iba a lanzar su honda expansiva cuando Rei pegó más la daga al cuello de Ai.
- Mira lo que les he hecho a mis aliados, ¿qué crees que le pasará a tu novio?
La voz de Rei no era normal, tenía un doble eco malvado, algo femenino. Ritsu se puso otra vez en pie, no podía salvar a Ai estando a tanta distancia, ninguno de sus ataques era tan rápido, y no podía correr ese riesgo.
- Rei, no lo hagas.
-Rei no puede oirte.
- ¿Quién eres ? Suelta a Ai. -- La voz de Ritsu sonaba quebradiza pero con un tono de amenaza-
- ¿A caso me vas a matar ?
Ritsu miró a Ai, no podía hacer nada por él. Sin embargo, Ai no sentía miedo, seguía mirando a Ritsu con cariño que era el que realmente estaba asustado.
- ¿Qué es lo que qué quieres? - Terminó por pregutnar Ritsu.
- Buen chico - Dijo entonces una única voz.
De la sombra de Rei salió entonces otra sombra, cogiendo cuerpo y volumen hasta formar la figura de su hermana Sasha.
- ¿Eras tú todo el tiempo? - Preguntó Ritsu sacudiendo la cabeza - MATASTE A MI HERMANO, A TODOS NUESTROS COMPAÑEROS.
- ¿Te crees que eso me importa?
- ¿QUÉ ES ENTONCES LO QUE TE IMPORTA? - Terminó gritando Ritsu.
- Tú poder. El poder de tú familia era lo único que siempre me ha importado. Ahora lo tienes tú, así que tienes que morir y entregármelo.
Ritsu abrió los ojos indefenso. Tenía que dar el poder a la asesina de su hermano, o iba a matar a Ai, a la única persona que no tenía nada que ver en todo eso y que se había visto envuelta por él.
- ¡NI SE TE OCURRA RITSU! - Gritó Ai.
Al momento, Rei reaccionó y clavo un poco la daga en su cuello, lo suficiente para hacerle un pequeño rasguño y que de este cayeran un par de gotas de sangre. Ritsu reaccionó abriendo los ojos y dando un paso hacia ellos.
- Para o morirá.
- Si muere nunca tendrás mis poderes - Amenazó Ritsu mientras miraba a Ai - Dejalo libre... Podrás matarme.
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