miércoles, 27 de noviembre de 2019

SIN NOMBRE - CAP 3

Yuuki se había sumergido en el juego para evitar pensar en que finalmente había vuelto a ver a Ryuu, quién aun estaba esperando en la puerta. Había cogido los bombones del suelo y había estado llamando con el puño a la puerta de forma suave. Le había llamado unas cuantas veces pero Yuuki no le había contestado.

Finalmente apoyó la frente en la puerta cansado. No se podía creer que lo había vuelto a encontrar, pero que ahora, parecía que lo que los separaba era una abismo. Tampoco entendía como era posible que su dulce e inocente Yuuki hubiese terminado así. Tenía que recuperarlo, tenía que devolverle su antiguo yo, el que nunca debió cambiar.

Se acabó sentando al lado de la puerta, esperando por si Yuuki tenía que salir a algún lado, poder hablar si quiera con él. Cuándo fue Shunta el que salió de su casa. Le vio ahí sentado en el suelo, serio, mirando al frente. Le confundió ver así a su nuevo amigo, pues parecía de los que siempre estaba sonriendo y alegre de una forma u otra.

- Ryuu-kun - Se acercó a él hablando algo flojo, pues no sabía si Juri estaba dentro de la casa, o si le haría gracia que se acercara tanto a su puerta - ¿Qué haces ahí?

Ryuu alzó la vista hacia Shunta. Estaba triste, de pronto, no era el tipo risueño que solía ser. Solo estaba pensando en como traer a su Yuuki de vuelta.

- ¿Estás bien Ryuu-kun? - Se agachó para ponerse a su altura y le acarició con una mano por su pelo castaño y liso.

Ryuu solo negó con la cabeza y apoyó la cabeza en su brazo comenzando a llorar. No le salían si quiera las palabras. Se sentía culpable por algo, no sabía aun el qué, pero sentía una gran culpa sobre sí mismo.

Shunta le ayudó a levantarse, a pesar de la negativa de Ryuu a levantarse. Pues pensaba que tenía que esperar a que Yuuki saliera de la casa y no moverse de allí hasta que eso pasara, o perdería la oportunidad de verle. Pero su lucha fue en vano, Shunta le llevó a su propia casa y le dejó sentado frente a la mesa. Le preparó un té y se sentó frente a él suspirando.

- No logro entender que te ha pasado Ryuu-kun... ¿A caso fuiste a ver al actor porno?

Ryuu solo asintió afligido. Puso las dos manos sujetando la taza donde le había servido el té. Notaba algo de quemazón pero en ese momento no le importaba.

- ¿Tan maleducado fue que te ha dejado así de triste?

Ryuu entonces sacudió la cabeza. Su tristeza había sido ver esos ojos así de dolidos, llenarse de lágrimas. En su imaginación cuando le encontraba, Yuuki se abrazaba a él, le echaba tanto de menos como él. En su imaginación, hasta hablaban de casarse de verdad. Si que había habido un par de veces, en el que trataba de ser más realista y Yuuki tenía pareja, y no iba a interferir en su vida. Pero, jamás se le había ocurrido que Yuuki fuese actor porno, que viviera de forma tan solitaria o que le fuese a cerrar la puerta en las narices cuando supiera que era él.

- No fue maleducado. -Susurró y soltó una pequeña risa de tristeza - Si que fue algo cortante. No lo recordaba así de frío.

- ¿Lo conocías de antes? - Preguntó Shunta muy sorprendido - ¿No me digas que él era el chico con el que te habías prometido?

- Así es - Asintió Ryuu un par de veces echando la cabeza hacia atrás. El destino era cruel, haberle hecho tan fácil el encontrarle, pero tan difícil el poder acercarse a él - Está muy cambiado, no entiendo como es posible que Yuuki haya cambiado tanto.

Shunta estaba asimilando la información. Ryuu estaba buscando a un famoso actor porno gay, del cual se enamoró siendo niño y que, por casualidad de la vida, ahora eran vecinos. Sacudió la cabeza tratando de unir piezas del puzle, al mismo tiempo que trataba de buscar una lógica a la deducción de Ryuu.

- Han pasado muchos años Ryuu-kun... Quizás tu vida ha sido sencilla, la única dificultad que has tenido era encontrar a tu amigo. Pero la vida de tu amigo, puede que haya sido un poco más oscura. Al fin y al cabo, el último recuerdo que tienes de él ¿cuál es?

- ¿Lo último que recuerdo de él? - Susurró Ryuu y entonces revivió en su mente esa última vez que lo había visto - Él corría tras del coche mientras me marchaba. Estaba llorando mientras trataba de alcanzarnos, yo me despedía con una mano a través del cristal.

- Guau, parece una despedida de serie de televisión - Susurra Shunta algo distraído imaginando la escena - ¿Pero no dijiste que sus padres murieron? Han sido unos años en que, quizás el no ha sido feliz. Pensándolo así, hasta creo que tengo cierta lástima por él.

- Pero, soy Ryuu. Prometimos que nos casaríamos. ¿Por qué iba a cerrarme la puerta al descubrir que era yo?

- Bueno, un actor porno no siempre está orgulloso de su trabajo. Menos si tiene que tener cerca a la persona a la que ama. Quizás piensa que te puedes enterar de eso y se ha avergonzado.

- Bueno, es verdad que me ha dicho directamente que trabajaba de eso, antes de saber que era yo - Susurró. Entonces cayó en algo, si él fuese el actor porno y se encontrase con Yuuki. Le daría mucha vergüenza que supiera eso. - Claro, sigue enamorado de mi, y haberme dicho eso tiene que ser muy doloroso para él - Dijo llegando a esa conclusión y dando un golpe en la mano - Pero no pasa nada, yo haré que deje ese trabajo y buscaremos un trabajo juntos. Él era muy inteligente, seguro que está estudiando o algo así.

- Ryuu-kun - Susurró Shunta algo suave, tratando de explicar otro punto de vista de la situación - ¿Y si él no quiere dejar el trabajo? ¿Y si no ha seguido estudiando? O... incluso, ¿y si no puede superar la vergüenza que le causa el que tú te hayas enterado de eso?

La verdad, es que había cosas que no tenía a favor del todo. No sabía que estaba pasando por la mente de su Yuuki, ahora era un completo desconocido para si mismo, y tampoco sabía como llegar hasta él.


Yuuki pasó un par de horas jugando a la play station 4. Pero es que cada vez que paraba, incluso cuando simplemente estaba cambiando de pantalla o estaba cargando la siguiente, llegaban los recuerdos de Ryuu, de sus padres, de él en la puerta.

No entendía como le había podido encontrar. Ahora que casi tenía superado su recuerdo, aparecía de la nada. Tenía que alejarse de él y cuánto antes. Cogió él móvil y se puso a buscar un piso cercano, o al menos, un lugar donde pasar la noche. No quería despilfarrar dinero, porque le costaría reponer lo que se gastara aceptar películas. Tampoco era cuestión de tirarlo. Aún le quedaban cuatro meses de contrato de alquiler.

- Bueno, con pasar una noche fuera de aquí creo que bastaría - Se puso en pie sin estar muy seguro de lo que dijo y cogió una mochila con una manta y su móvil. - Iré a un cibercafé y mañana volveré - Se dijo a si mismo tomando la decisión.

Pasó cerca de la cómoda y miró la pulsera. "Ryuu Takada". Terminó suspirando a la par que cogía la pulsera.

- Seguramente haya venido para recuperar su pulsera. Si se la doy, antes se irá, y antes podré seguir con mi vida. Ha dicho que vive en la esquina - Se dij oa si mismo y guardó la pulsera en el bolsillo para después salir de la casa con su mochila.

Pasó por la puerta de Ryuu, al menos la que creía que era su casa. Cogió un papel y una un lápiz. Se apoyó en la puerta escribiendo una nota, y luego coló la pulsera y la nota por el buzón para irse hasta el cibercafé más cercano.

Iba andando por la ciudad cuando se encontró con Riku. Uno de sus "compañeros" en la última película. Chico de metro setenta y mucho, de gimnasio, pelo teñido de gris y unos 26 años, que por supuesto, le reconoció.

- Hombre Juri-chan - Se le acercó y le despeinó algo juguetón.

Yuuki le sonrió de forma dulce y amable. Esta vez si era trabajo. Se arrepintió de haber salido de su casa.

- Ri-kun. No esperaba verte por aquí - Dijo con completa sinceridad y su voz dulce. Como era bajito a su lado, el otro chico parecía mucho más grande de lo que en verdad era.

- Pasaba por la zona. Iba a tomar unas copas con unos amigos ¿quieres venirte? Nunca te he visto borracho - Le sonrió con cierta picardía y le pasó un dedo por el menton haciendo que elevara su vista hacía sus ojos de depredador.

- La verdad es que tengo un compromiso por aquí cerca. Ya sabes, temas de trabajo y no lo puedo omitir - Sonrió sin apartarse de su dedo, haciendo caso omiso a su insinuación con esa inocencia fingida que tan bien le salía.

- ¿Quizás la próxima vez? Espero poder trabajar pronto contigo - Llevó la mano a su trasero acariciándolo con cierto descaro. Ese tipo de gestos que le hacían sentir tanto asco a Yuuki.

- Seguro que pronto nos volveremos a ver - Asintió y se despidió con una mano.

Se alejó lo más rápido que pudo de la presencia de ese ser tan repulsivo. Asco. Asco. Asco. Sin poder remediarlo emprendió el camino de regreso. Ese tipo de cosas era por lo que no le gustaba salir de su casa tan a la ligera. Era su espacio, el único sitio dónde nadie iba a ir a tocarle.

Aceleró el paso todo lo que pudo, hasta el punto de que casi iba corriendo, o iba a empezar a gritar en mitad de la calle.


Ryuu terminó saliendo de la casa de Shunta. Miró a la puerta de Yuuki y se acercó llamando a esta con un par de toques, aunque sabía que no le iba a responder. Fue hasta su casa suspirando y al abrir la puerta notó que algo hacía ruido en el buzón. Abrió este y vio allí la pulsera con una nota.

"Aquí tienes tu pulsera. Si es lo único que querías ya no tienes que volver a acercarte a mi. Yuuki".

Suspiró y cogió la pulsera. No iba a dejar que le tratase así después de tanto tiempo pensando en él, ni se iba a dar por vencido. Si con notas era la única forma en la que podría comunicarse con él. Con notas sería.

Escribió otra nota y salió de la casa para ponerla junto con la pulsera en el buzón de Yuuki. Después de haberlo metido, se giró para volver a su casa, pero se cruzó con Yuuki que volvía de algún sitio. Parecía algo alterado y andaba muy rápido.

- Yuuki tenemos que hablar.

Pero el menor pasó por su lado como si fuese invisible y fue a la puerta de su casa. Cogió las llaves en su mano algo temblorosa.

" Lo que me faltaba. No tendría que haber salido de mi casa bajo ningún concepto, me va a pasar lo peor que me podia pasar en cada momento".

Pensaba para si mismo el joven. Lo que le hacía estar más alterado, y le costaba no temblar para abrir la puerta de su casa.

- Yuuki estoy hablando contigo - Se acercó a él y le cogió la muñeca con la que sostenía las llaves.

Otra vez alguien tocándole. Gruñó y le empujó para que se alejase de él. Se echó algo hacia atrás conteniendo las ganas de gritar. Asco. Asco. Asco. No entendía como la gente podía tomarse esas confianzas con él, no entendía porque no era capaz de quejarse cuando le tocaban. Ya podían verle desnudo en las pantallas, ya podían hacerle lo que quisieran cuando estaba trabajando. Quería que no le tocasen simplemente cuando estaba en su tiempo libre. No era difícil de entender, norma social, no tocar a un desconocido.

- Y yo estoy ignorándote - Le miró serio con lágrimas también en los ojos. Hacía mucho que no lloraba, y por culpa de Ryuu en un mismo día había estado apunto de llorar ya dos veces.

- He venido a Japón buscándote Yuuki.

- Ya te he devuelto tu pulsera, ya no tengo nada más tuyo para que andes buscándome.

- ¿De qué estás hablando Yuuki? -Elevó algo la voz mientras le mira a los ojos - Yo no he venido por esa pulsera. Yo he venido porque te di mi corazón, porque me enamoré de ti y porque prometí que nos casaríamos.

- Se lo prometiste a un niño de 6 años teniendo 7. ¿Tan utópica es tu vida como para tener que ir de salvador de causas perdidas? - Le miró alzando las dos cejas sonriendo- Entonces te libero de tu promesa, no me debes nada. Y como te he devuelto la pulsera, yo tampoco te debo nada a ti.

Ryuu cerró las manos en puños y le volvió a sujetar de la muñeca a Yuuki mirándole a los ojos.

- No está bien que pisotees los sentimientos de la gente a la ligera Yuuki, tu no eras así. ¿Qué te ha pasado?

- Me ha pasado que tuve la desgracia de conocerte a ti. Niño rico sin problemas. Por tu culpa murieron mis padres, por tu culpa yo estuve en un orfanato y por tu culpa, tengo que aguantar como tíos enfermos me follan y me manosean dentro y fuera del trabajo. ¿Todo por qué? Porque hice caso a una estúpida promesa que me hiciste.

- ¿Cómo puedo tener yo la culpa de todo eso si no estaba si quiera cerca de ti Yuuki?

- Porque hiciste que me enamorara de ti, y que te esperara para que me rescatases. Nunca llegaste.

- Ahora estoy aquí.

- Ahora ya es tarde - Zanjó la conversación Yuuki volviendo a empujar hacia atrás. Abrió la puerta de su casa frente a la mirada atónita de Ryuu, que se había quedado en Shock.

Yuuki entró en la casa. Cerró la puerta y volvió a apoyarse contra esta sentado en el suelo. No iba a llorar, no pensaba volver a llorar por él.

Ryuu volvió a apoyar la cabeza en la puerta suspirando.

- Yuuki, quizás tu piensas que es demasiado tarde. Pero yo no pienso rendirme. Yuuki es la persona con los ojos más bonitos que vi nunca, su voz es la más dulce y su piel es la más suave. Yuuki sonríe y llena mi corazón. Yuuki es capaz de comer todos los bombones de chocolate de fresa que siempre compramos, y con Yuuki siento que todo va a salir bien. Es por eso, que cuando sea mayor voy a casarme con Yuuki. Lo prometo.

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