Sasha miraba a Ritsu de forma triunfal. Había por fin vencido a la familia Kentaro.
- Realizamos el juramento mortal, di que Ai va a estar a salvo y que jamás le harás daño. Entonces, podrás hacer lo que quieras conmigo.
- Claro, lo juro.
Los cuerpos de Sasha y Ritsu se iluminaron. La invocación del juramento mortal se había realizado. Ahora Sasha tendría que cuidar de que Ai estuviera bien o moriría, pero Ritsu, no podría defenderse de Sasha.
- ¿ qué estás haciendo ritsu? - Ai se liberó del agarre de Rei y fue corriendo hasta Ritsu - No lo permitiré. No te va a matar. no.
Ritsu se abrazó a Ai y le pasó la mano por el cuello, donde momentos antes Rei le había herido, para así curarlo. En un momento se sintió muy feliz de poder abrazarlo de nuevo, pero Ai no tenía consuelo ni abrazandole, no podía perderle.
-Ai, promete que si pasa algo malo te olvidarás de mi - puso las manos en las mejillas de Ai para limpiar sus lágrimas.
-Ni hablar - Negaba una y otra vez Ai con la cabeza - Huye y la distraigo, no puedes morir aquí.
Ritsu contestó negando con una pequeña sonrisa.
- No voy a ponerte en peligro nunca más.
- NO PUEDO PERDERTE.
Las lágrimas de Ai no cesaban, los dos se aferraban el uno al otro con una gran fuerza, mientras Sasha seguía sus acciones con una sonrisa triunfal, disfrutando del dolor de la joven pareja.
Los dos se iluminaron en un segundo y salió de ellos una pequeña honda expansiva cálida que envolvió todo el bosque acariciando a Rei y a Sasha, no de forma agresiva.
Rei parpadeó varias veces. Había salido de su trance y ahora se miraba la mano que sujetaba la daga. Aunque no podía controlar su cuerpo, había sido consciente de todo lo que había pasado y ahora se sentía culpable de lo que estaba pasando. Miró a su hermana desconcertado. Pues no podía aceptar que la persona que había querido salvar era la que lo había estaba manipulando y generando tanto dolor a la persona que amaba.
- Sasha - Empezó a decir con la voz rota - ¿Cómo has podido? - Sacudió la cabeza a los lados - No te voy a dejar que le hagas daño.
- Vamos, nunca has sido rival para mi Rei.
Ai se separó de Ritsu al oírla. La odiaba. Su cuerpo se sentía lleno de energía y fuerza. Escuchaba voces que parecían venir de todos lados, quejas y llantos por el destino del príncipe Ritsu. Todos lamentaban ese destino, todos querían que se acabase la tortura de esa mujer.
Ai no lograba identificar de dónde venían todas esas voces. Se giraba a uno y otro lado, pero parecían venir de la nada. Ritsu se tambaleó un poco al separarse y con pocas fuerzas se apoyó en su hombro.
- Ritsu - Se adelantó Ai y lo sujetó por la cintura - ¿Qué ha pasado?
Ritsu alzo un poco la cabeza y miró a Sasha con una amplia sonrisa. Nunca iba a ganar ella.
- ¿Cómo te atreves a reirte de mi? - Gruñó Sasha.
- Prometí que estaría indefenso, y ahora lo estoy. Ha sido culpa tuya, y ahora jamás vas a conseguir lo que querías aunque me mates.
Ai miraba a Ritsu sin entender lo que estaba pasando. Simplemente notaba que Risu estaba más débil y que tenía que sujetar a Ritsu o parecía que se iba a caer.
- Te he dado todo mi poder Ai - Apoyó la mejilla en su hombro con los ojos entrecerrados - Confío en que tú sabrás protegerlos mejor que yo.
Ai se quedó callado. Se giró para los lados y se dió cuenta de que las voces provenían del os espíritus de la naturaleza. Todos le estaban ahora hablando a él.
"Tiene el poder el caballero del príncipe".
"Ahora será más fácil que venzan a la oscura".
"Te daremos nuestro poder. Protegeremos al príncipe a tu lado"
"Viva Ai, viva el Príncipe".
Ai miró a Ritsu, estaba muy pálido, temblaba, pero estaba vivo. Miró a Sasha frunciendo el ceño. La energía se arremolinaba sobre la cabeza de Ai. Sasha era la causante de todo el dolor que había sufrido Ritsu durante años. Las pesadillas, su malestar, todo era culpa de Sasha. Risu había estado a punto de perderse tantas veces por su culpa.
Sasha se dió cuenta de la mirada amenazante de Ai, e incluso Rei no pudo evitar dar un paso atrás al ver el gesto de Ai, que empezaba a andar con Ritsu en sus brazos.
- MERECES MORIR - Gruñía entonces Ai por lo bajo - Todo el daño que le has hecho a Ritsu. No te pienso perdonar.
Sasha sacudió la cabeza y se echó adelante lanzando un ataque hacia Ritsu, pero antes de que pudiera hacerlo su mano empezó a arder. Había prometido no dañar a Ai, y era él que lo estaba protegiendo. Era ella la que estaba completamente indefensa.
- No puedes matarme, serías como yo. - Terminó sonriendo Sasha mientras volvía a retroceder - Ritsu no te querría si lo hicieras.
Rei miró a Sasha. Notaba el miedo de su hermana. De pronto las raíces de los árboles ataron los brazos de Sasha y sus piernas quedaron atrapadas entre las rocas.
- SUELTAME -Gritó Sasha.
Ai se acercaba cada vez más y más amenazador a Sasha. Rei, lentamente se puso en el camino de Ai mirando hacia abajo.
- No lo hagas Ai...
- Aparta - Le terminó gruñendo.
- Es mi hermana...
- ¡LE HA DESTROZADO LA VIDA A RITSU! ¡PRETENDÍA MATARLE!
- Lo sé.... Me encargaré de que no pueda volver a hacer nada malo nunca. La vigilaré toda la vida...
- No es suficiente.
Ritsu abrió un poco los ojos y se sujetó al cuello de Ai cerrando los ojos.
- No lo hagas Ai -Le pidió entonces Ritsu - Anula sus poderes... y vayamonos a casa.
Ai abrió los ojos y abrazó muy fuerte a Ritsu. No podía negarse a nada de lo que le pidiera Ritsu. No después de todo lo que hacían el uno por el otro.
- ¿Estás seguro?
- Solo quiero estar feliz junto a ti. No quiero que hagas algo de lo que te puedas arrepentir Ai - Le miró a los ojos. Quitalé sus poderes y no tendremos que preocuparnos más. Podremos volver a casa, entrar en la universidad y estar juntos.
Ai suspiró y besó la frente de Ritsu.
- Está bien.
Ritsu miró a Rei. Este lo entendió con solo un parpadeo. Se acercó a su hermana y dibujó en su brazo un circulo con el carboncillo. Entonces Ai solo tuvo que acercarse, poner una mano sobre esta y sus poderes quedaron anulados en ese momento.
- Yo me encargaré de que nada de esto vuelva a pasar - Dijo Rei mientras miraba a su Hermana - Reorganizaré la escuela y...
- No creo que volvamos a vernos - Terminó su frase Ritsu - Espero que todo te vaya bien Rei.
- Hasta siempre Ritsu... Ai. Os deseo lo mejor.
Ai emprendió el camino a casa. A su casa en la ciudad. Dónde estaban los dos al príncipio.
Meses después. Los dos estaban en la ciudad. Habían arreglado la casa de nuevo. Los poderes de Ritsu volvieron a él, pero ahora los dos compartían esos mismos poderes de la familia Kentaro.
- Hoy cocino yo - Le decía Ai a Ritsu que estaba tirado en la cama solo tapado con una sabana. Su piel palida resplandecia con las primeras luces de la mañana, su cabello se había aclarado y ahora era de un rubio ceniza y sus ojos volvían a brillar llenos de esperanza.
- Cómo casi siempre - Se incorporó Ritsu de la cama con la sábana cubriendole por la cintura y miró a Ai.
Ai seguía igual. Parecía que el tiempo no había pasado para él en todos esos meses. Los dos vivían de la fortuna que había heredado Ritsu y que ahora no le importaba utilizar. Preparaban su ingreso en la universidad para el año siguiente.
- No puedo evitar cuidarte - Se apoyó Ai en la cama y le robó un beso a Ritsu, que le correspondió con una sonrisa.
- No me voy a quejar de que me cuides - Se abrazó a su cuello mientras se reían los dos.
Habían empezado una vida, ahora si juntos. Ahora si eran una pareja, y ahora si estarían juntos para siempre.
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