Había terminado por dormirme sobre el torso de Ai. Él me transmitía demasiada paz, era imposible no estar tranquilo cuando estaba cerca.
Desperté por segunda vez y me senté en la cama. Ai estaba recostado y dormido aún. Parecía muy descansado cuando dormía. Siempre ponía esa sonrisa tierna cuando estaba dormido.
Pasé un dedo por sus labios y luego pasé el mismo dedo por los míos. No podía dejar de pensar en ese beso que nos habíamos dado.
Rei apareció por detrás de mi y me acarició por el hombro. No sabía cuanto tiempo había estado ahí o si había visto lo que había hecho con mi dedo. Me ponía nervioso que hubiese visto eso. Era como haberle dado un beso indirecto, y él podría haberlo visto.
Mi cara se puso roja casi al instante y me puse una mano en la mejilla para intentar disimularlo. Rei pasó una mano por mi pelo y soltó una de sus risas. Eso bastó para confirmarme que si lo había visto. Rei siempre tenía ese tipo de humor. Le gustaba medio burlarse de mi cuando hacía algo vergonzoso. Antes yo me picaba y siempre acabábamos jugando, pero en ese momento, no sabía como reaccionar del todo.
- Menos mal que no le has besado - Dijo Rei tratando de burlarse de mi. Pero a la vez, dejó entre ver en su voz una nota de celos que pude captar.
- ¿Cómo le iba a besar ? - Reí tratando de seguir su broma - Ai es mi mejor amigo. Rei no digas cosas raras.
Rei se puso a mi lado y me cogió de la barbilla. Tenía los ojos clavados en los míos y sus labios ya no mostraban su sonrisa juguetona.
Yo trataba de respirar de forma pausada para no ponerme nervioso, sin apartar la mirada de la suya. Era como si intentara leer el interior de mi alma. Se me escapó un suspiró y terminé mirando hacia un lado.
- Antes eras diferente Ritsu - Terminó por confesar mientras alejaba las manos de mí.
- He crecido, supongo - Susurré, pero terminó siendo un suspiro también.
- No es eso Ritsu - Negaba con la cabeza mientras se pasaba una mano por la siente- Tengo que preguntarte esto. - Se arrodilló frente a mi y trató otra vez de buscar mi mirada con la suya - ¿Qué es lo que sientes?
Contuve la respiración por un momento. En verdad ni yo mismo sabía lo que sentía ya. Nunca me había parado a pensar en lo que sentía. Desde que tuve que alejarme de Rei, siempre pensé que si me enamoraba de alguien, que si quería a alguien demasiado se acabaría marchando. Mis padres, mi hermano, Rei. Solo tenía a Ai.
En verdad, sabía que yo le hacía mal a Ai. Sabía que yo era una carga para él, aunque él no lo dijese nunca. Lo estaba aceptando ahora, Ai tenía que alejarse de mi. Yo tenía que alejarme de Ai. Miré a Ai por un segundo y suspiré.
En el fondo, siempre he sabido que acabaría por alejarme de Ai también. Sabía que yo tenía que estar solo. Por mucho que me aferrara a Ai, yo sabía que en algún momento iba a tener que dejarle ir.
- ¿Ritsu? - Dijo Rei algo preocupado sujetando mi muñeca - ¿Por qué no contestas? ¿Está pasando algo?
Miré hacia Rei y me encogí de hombros. Tenía que tomar una decisión, y para eso tenía que estar solo.
- No sé lo que siento Rei - Le terminé confesando y respiré hondo.
Reí tomo mi muñeca con más fuerza y la alzó en el aire con su brazo. Mi mirada se posó directamente en la suya que se había puesto de pie.
- Tus ojos Ritsu - Dijo preocupado y me llevó hasta un espejo - Se están oscureciendo.
Me miré en el espejo y era cierto. Hasta hace poco siempre había tenido un ojo de cada color, y ahora, se oscurecían. Me seguí mirando pero, en verdad no me importaba. Mi interior se agitaba con la idea de alejarme de Ai.
Ni si quiera le prestaba verdadera atención a mis ojos. Solo pensaba en Ai. En si me echaría de menos, en si lucharía por estar a mi lado. No sabía como pedirle que se alejara de mi, ni si querría ver yo como él era feliz al alejarme.
- Ritsu, ¿qué estás pensando? - Dijo Rei que me cogió de la mejilla- Para de hacerlo. Para.
- No estoy pensando en nada - Contesté. Traté de sonar convincente pero mi voz, junto con todo mi cuerpo, tembló. Sentía que me desvanecía otra vez y dejaba de ver.
Otra vez me fallaba el cuerpo. Mis piernas temblaban y perdían la fuerza hasta postrarme de rodillas. La vista se me empezaba a nublar, y se oscurecía mi visión lateral.
- Ritsu, tienes que dejar de pensar en lo que estés pensando - Rei se arrodillo justo enfrente de mi. Parecía estar dando ordenes, pero yo no quería obedecer.
Esta vez solo quería dejarme ir. No sentía miedo, ni sentía que tenía que aferrarme a la vida. Me daba igual si todo terminaba, porque Ai estaría mucho mejor sin tener que cargar conmigo a todos lados.
- Ritsu - Siguió insistiendo Rei que acabó dejándome recostado en el suelo yendo hasta la cama y golpeando en la cara a Ai para despertarlo - Joder Ai tienes que levantarte.
La voz de Rei apenas era un susurro para mi. Mi vista ya se había terminado de oscurecer, y solo notaba, como desde mi interior algo crecía por mi garganta y salía por mi boca. Me cubría por la piel mientras se expandía , haciendo que mi respiración fuese más débil.
- ¿Qué está pasando? -Dijo Ai recién despierto mirándome.
Yo solo seguía tirado en el suelo. Notaba como la vida se iba de mi cuerpo sin tratar de retenerla.
- Ai tienes que abrazarle otra vez - Contestó Rei mientras me señalaba.
Ai se tiró de rodillas y me estrechó entre sus brazos. Yo notaba su calor. Una parte de mi quería seguir notando ese calor, pero el resto, solo quería dejarse ir.
- ¿Qué le está pasando Rei? - Gritó Ai descontrolado. Se notaba el miedo en su voz mientras me aferraba.
- Es su corazón - Rei negaba y daba vueltas de un lado al otro. Parecía estar pensando pero sin terminar de concentrarse. De vez en cuando echaba una mirada hacia mi, lo que le hacía ponerse más nervioso.
- ¿Cómo que su corazón? - Ai posaba su frente sobre la mira negando - Está ardiendo Rei. ¿Qué ha pasado? Hace un momento estaba bien.
- ¡¡JODER!! - Gritó Rei mientras se agachaba hasta arrodillarse - Solo estábamos hablando. No sabía que esto iba a pasar.
Ai le miró. Los ojos los tenía entrecerrados, la mandíbula presionada y sus dedos se clavaron en mi espalda con fuerza. Si yo hubiese estado más consciente, seguramente ese agarre me hubiese dolido.
Parecía que en cualquier momento se iba a lanzar contra Rei, pero no lo hizo. Siguió sujetándome y besó mi frente. Fue rápido y suave. Me hizo reaccionar levemente y por un segundo pude verle. Lo suficiente como para sonreír al verle, antes de que mi vista volviese a oscurecerse.
Pensé, antes de volver a caer en la nada, "Ojalá y no te hubiese despertado Ai".
Quedé completamente inconsciente. Me parecía que en estos días había pasado más tiempo así que con los ojos abiertos.
- No sabía que el veneno había afectado a su corazón - Dijo Rei mientras Ai me colocaba en la cama otra vez.
Mi cuerpo parecía inerte, nada lo hacía reaccionar. Sin embargo, mi corazón seguía haciendo que la sangre circulara y mis pulmones se llenaban y vaciaban de oxígeno.
- ¿Qué quieres decir? - Ai se sentó a mi lado en la cama y acariciaba mi mano.
- Lo que hicieron, fue envenenar el ambiente con energía negativa en un mal recuerdo - Dijo Rei mientras me miraba en la cama tratando de explicar lo que había sucedido - Los recuerdos afectan a la mente. Habían envenenado su mente con un recuerdo. Y yo limpié su mente, por eso despertó.
Rei se acercó hasta una mesa dónde había un libro que empezó a ojear por encima. Pasaba rápido por las hojas mientras Ai lo miraba atento, esperando que siguiera con la explicación.
- Ese veneno ha llegado hasta su corazón. He hecho que ese veneno detonase y ahora lo estamos perdiendo.
Ai se levantó de la cama y se aparto de mi cuerpo. De pronto, cogió por el cuello de la ropa a Rei y le empujó contra una pared con bastante fuerza. Reí ni si quiera tuvo tiempo de reaccionar. Ai le puso la mano en el cuello y lo levantó contra la pared.
Sus ojos estaban inyectados en sangre, tenía el ceño fruncido y las venas de sus brazos palpitaban marcadas por la fuerza que estaba haciendo. Rei abrió los ojos algo asustado. Jamás había visto a Ai así.
- ¿Cómo lo arreglamos? -Dijo mientras apretaba el cuello de Rei.
- N-no lo sé - Contestó Rei con dificultad por el agarre. Llevó las manos a la de Ai tratando de soltarse, pero su fuerza no disminuía - Tengo que buscar por el libro, pero hay que darse prisa.
Ai miró el libro y le dejó otra vez en el suelo mirando hacia dónde estaba en la cama. Rei se pasaba una mano por el cuello, mientras con la otra seguía mirando por el libro.
Ninguno de los dos volvió a decir nada. Ai se acercó hasta la cama en la que estaba mi cuerpo. Mi respiración cada vez era más débil, la temperatura me estaba bajando. Ai sabía que a este paso no me iba a quedar demasiado tiempo. Rei también lo sabía, pero no podía hacer nada.
- ¿Sabes si está enamorado? - Preguntó Rei mientras miraba una página - ¿Está enamorado de ti?
Ai le miró de reojo cerrando los puños. Aun no sabía como tratar a Rei, pensaba a partes iguales en matarlo y dejarlo vivo, al menos hasta que yo me recuperara.
- ¿Tratas de recrearte por que está enamorado de ti? - Le dijo alzando una ceja.
- ¿Vosotros no sois pareja? - Pregunto Rei que alzó la mirada - Vivís juntos, dormís juntos y tú no permites que se aleje de ti.
- No soy yo el que no permite que se aleje - Le gruñó mirándole de reojo- Ritsu es libre de hacer cuanto quiera, el otro día os dejé a solas a los dos.
- ¿No crees que puede estar enamorado de ti? - Se levantó y le enseñó en el libro - Creo que he encontrado el tipo de veneno que tiene. Pero necesita beber la sangre de la persona que ama.
Ai miraba las páginas del libro intentando entender lo que ponía, cuando la verdad es que no entendía nada de lo que había en esas páginas. El no había tratado de aprender nunca nada de eso. Pero si Rei creía que esa era la solución lo aceptaba.
- Tú fuiste su primer amor Rei.
Se hizo a un lado dejando que se acercara a mi. Pero Rei estaba dudoso. Él no tenía tan claro que fuese él a quién yo amaba.
- Yo le provoqué que detonara el veneno - Negó varias veces mirando hacia mi - Su corazón es débil, si hay alguien a quién el quiera, no es quien le hace daño.
Ai sonrió levemente mientras me miraba y apartaba el pelo de mi frente. Podía notar como su cariño traspasaba mi piel dónde me tocaba. Era como fuego inyectándose a través de mis poros y mi cuerpo se estremeció.
- ¿Qué tengo que hacer? - Preguntó sin dejar de mirarme.
Rei cogió una navaja de su bolsillo y se acercó hasta Ai. Le tomó la mano y le cortó de forma horizontal en la muñeca. Luego cogió la propia haciendo también un corte.
- Probemos con la sangre de los dos para que no haya ningún fallo. -Le miró suspirando y acercó su muñeca hasta mis labios tirando de mi barbilla.
Ai hizo lo mismo acercando su muñeca a mis labios. La sangre de los dos empezó a caer en mi boca. Yo aun no podía reaccionar, así que las gotas continuaron llegando a mi pasando por mi garganta.
A los pocos segundos mi piel recobró un poco de color y mi pulso se estabilizó. Volvía a estar más templado y algo en mi empezó a funcionar bien.
De pronto, podía notar el sabor a hierro y azúcar en mi boca. Llevé sin abrir los ojos una mano hasta mi boca, y ahí me topé con las manos de ellos dos. Abrí los ojos sin decir una sola palabra y me aparté lentamente de sus manos con los labios aun manchados por la sangre.
- ¿Qu-qué ha pasado? -Pregunté algo confuso mientras pasaba una mano por mi frente.
Los dos entonces me contaron lo que había pasado. Yo solo recordaba ese deseo de marcharme para que Ai fuese libre.
- Menos mal que ya estás bien - Dijo Rei mientras se apartaba con el libro en las manos. Lo dejó encima de la mesa y cogió un pañuelo presionando en su corte.
Ai no decía nada. Solo estaba mirando a mis ojos, con una expresión seria. Yo no lograba entender nada. Cogí mi camiseta por la parte de abajo y presioné con esta en el corte de Ai. No sabía en que momento se cortaría la sangre o cuanta sangre había dejado salir, pero no quería que se pusiera mal por mi culpa.
- ¿Me explicas tú que ha pasado? - Dijo entonces Ai - Porque Rei no ha dicho ni una palabra de lo que te afecto para que te pusieras así.
Suspiré mientras negaba. Había desviado la mirada hasta su muñeca. La verdad, que ahora mismo esa conversación no me afectaba tanto como lo había hecho antes, pero seguía haciendo que me sintiera triste.
- ¿Ritsu? -Insistió.
- No ha sido nada en particular Ai - Le contesté negando. La verdad, quería dejar ese tema de lado. Tenía miedo de que si aceptaba lo que sentía por Ai, él acabara desapareciendo también. Jamás debía decirle que sentía algo por él. - Creo que ahora que está Rei, tu puedes tener más tiempo para ti. Salir y eso.
Respiré hondo y me levanté de la cama estirándome un poco dándole la espalda. Sabía que no era sano nada de nuestra relación. El estar pegado a él, el dormir con él. Después de todo, solo era mi mejor amigo. No quería presionarle hasta perderle.
Ai se quedó en silencio y después desvió la mirada Rei que estaba cabizbajo. No entendía muy bien que era lo que acababa de pasar. Después de que era uno de los dos al que yo amaba, supuso que seguía siendo Rei el dueño de mi corazón y no dijo nada.
- Está bien Ritsu - Terminó por levantarse de la cama y yendo hacia la puerta- Volveré en un rato. Voy a dar un paseo.
Salió de la habitación y al poco oí como se cerraba la puerta de la casa. Yo me senté en la cama suspirando y después terminé dejando caer mi cuerpo hacia atrás cerrando los ojos. Solamente quería dormir.
Rei se acercó hasta mi y se sentó a mi lado en la cama. Cruzó una pierna sobre la otra mientras soltaba una de sus risas, con las que hacía notar que sabía más que el resto.
- ¿Por qué haces eso Ritsu? - Dijo entonces dando con un dedo en mi nariz.
- ¿El qué? - Reí mientras me ponía la mano en la nariz. Ya volvía a tener un ojo de cada color y mi piel se había puesto como de costumbre.
- Alejarle de ti - Volvió a decir Rei mientras se recostaba a mi lado - Creo que siempre he sido capaz de ver el interior de tu corazón. Ahora no puedo verlo porque lo has encerrado dentro de ti - Miraba a mis ojos sonriendo.
- No se puede encerrar un corazón.
- Al igual que no se puede envenenar un recuerdo - Dijo con sarcasmo - Cuando te pregunto por tus sentimientos, es porque no los puedo adivinar. No sé si amas a Ai, no sé si me amas a mi, si te sientes triste o feliz. No sé si estas cansado o con energía. Te has vuelto todo un misterio para todos, y no muestras lo que de verdad sientes. Supongo, que es lo que pasa cuando te sientes solo.
Le miré tratando de poner mi misma sonrisa de siempre. Con un ligero suspiro me incorporé estirando los brazos. Este tipo de conversaciones eran las que no me gustaban y siempre tenía una forma para evitarlas.
- No estoy solo. Nunca estoy solo - Terminé riendo y me puse en pie- Estar inconsciente da hambre. ¿Comemos algo?
- Precisamente estar inconsciente no da hambre Ritsu - Se incorporó a mi espalda mientras negaba - No soy Ai, a mi no es fácil engañarme.
Chiste para mi mientras le miraba de reojo. Normalmente con Ai es muy fácil cambiar el tema. Giré la cabeza y le miré de forma más seria mientras sacudía la cabeza a los lados.
- Rei, no quiero hablar de esto - Me encogí de hombros y salí de la habitación.
Fui hasta el salón tratando de huir de Rei. Después de negarme a hacer algo, sentía que la situación era incomoda para mi y quería evitarlo. Pero Rei me siguió de cerca.
- Ritsu, si te sientes solo eres más vulnerable.
Me senté en el sofá y abracé a un cojín mirando a un lado. Era increíble la habilidad que tenía Rei para entrar en mi mente. Cuándo eramos pequeños también lo hacía, pero ahora no me gustaba.
- Entiendo que no quieras hablar de esto conmigo. Te he fallado y te he hecho daño - Se sentó a mi lado y paso una mano sobre mis hombros. Yo solo seguía mirando al lado opuesto dónde estaba él. Deseaba que se callara e hiciera como si no hubiese pasado nada. - ¿Por qué no quieres hablar con Ai? Siempre ha estado a tu lado, más que yo y te ha protegido.
Seguí callado presionando los labios. De vez en cuando soltaba algún suspiro tratando de que entendiera que quería que se callara, aunque no surtiera efecto. No sabía ni yo mismo como abordar el tema con Ai. Después de todo solo le ponía en peligro, igual que a Rei. Ese sentimiento volvía a estar ahí. No era tan negativo como hace un rato, pero era algo con lo que yo vivía siempre. Solo que se me olvidaba y trataba de fingir ser feliz.
- Jamás has vuelto a sonreír como cuando nos conocimos - Dijo Rei mientras acariciaba por mi espalda - Si no hubiese desaparecido yo, quizás no tendrías esa armadura.
- Rei en serio - Le terminé mirando mientras mis ojos se inundaban de lágrimas que yo me esforzaba por contener - No quiero hablar de esto.
- ¿Por qué? - Llevó la mano hasta mi mejilla y con el dedo pulgar limpió una lágrima que se derramaba por ésta. Yo solo presionaba los labios y miraba hacia un lado.
- No me siento solo. Ai siempre ha estado cerca de mi - Susurré mientras parpadeaba un par de veces. Notaba como un nudo se había formado en mi garganta. Como si mi cuerpo reaccionara de forma negativa a lo que estaba contando.
- Ritsu, Ai no sabe lo que sientes - Fue lo que me contestó él - Después de dos años juntos, pensaba que él te conocería como te conocía yo en ese entonces. Tus partes sensibles y tus partes que te hacían cosquillas - Terminó sonriendo y acarició con un dedo tras de mi oreja. Ese sitio siempre me había hecho sentir extraño. Yo cerré los ojos y me aparté negando.
- Ai es solo mi amigo - Le aparté la mano y respiré hondo.
- ¿Y los amigos no tienen que saber cuando estas triste o contento? - Respiró hondo pero sonreía. Estaba consiguiendo que yo hablara y eso le hacía sentir bien. - A mi me contabas siempre como te sentías, y a Ai también se lo contabas. ¿Qué cambió?
- Ai sabe cuando estoy triste o contento - Miré a un lado y me hice hacia atrás apartándome de Rei.
- Ai no sabe nada. ¿A caso eres feliz? - Me cogió de la barbilla y me miró a los ojos directamente- ¿A caso no quieres alejar a Ai de ti ahora mismo?
- ¡¡SI!! - Le grité y le aparté la mano de un golpe. Comencé a llorar desconsoladamente mientras cerraba los puños. Me había puesto en pie mientras le miraba - Alejaos todos de mi. No quiero que os acerquéis ninguno de los dos a donde estoy yo. - Mi voz salía con más fuerza de la que pretendía. De mi al rededor empezó a circular algo que no entendía qué.
La casa pareció temblar mientras yo me echaba hacia atrás y Rei miraba a todos los lados. Parecía que no esperaba lo que estaba pasando. Rei se elevó en el aire y empezó a flotar hasta que salió de la casa y se cerró la puerta al echarle fuera.
Yo me quedé en el interior. Me senté en el sofá abrazando al cojín. No sabía que había pasado, pero tampoco me importaba. Ahora cada uno podría hacer su vida sin que yo, fuese una carga para ellos.
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Ai fue el que vio como Rei era expulsado de la casa. Esta le lanzó contra el suelo y cayó sentado de una forma algo brusca. Ai no pudo evitar reírse al verlo pero al mismo tiempo miró para la casa.
- ¿Qué ha pasado? - Dijo Ai mientras se acercaba a la puerta pasando al lado de Rei.
Puso la mano en el pomo de la puerta pero este no cedía. Era como si la casa entera se hubiese vuelto un muro de piedra. No se veía nada a través del cristal. La puerta no se movía aunque la golpeara y el pomo ni si quiera temblaba.
- Ritsu, ha encontrado la conexión con el alma de la casa - Dijo Rei mientras se incorporaba pasándose una mano por la nuca.
- Eso es genial ¿no? - Dijo Ai sonriendo y alzó la voz tratando de llamarme - Ritsu abre, tenemos que celebrarlo.
- No te esfuerces, no te va a oír - Corto Rei mientras negaba - Jamás pensé que sus sentimientos se hubiesen vuelto tan oscuros. Suspiró mirando hacia la casa. ¿Cómo no te has dado cuenta en todo este tiempo de lo solo que se sentía?
Ai se giró para mirarle y después volvió a golpear en la puerta con el puño tratando de llamarme.
- ¡Vamos Ritsu! - Trataba de reír aunque estaba preocupado - ¡Cocinaré Curry para ti!
- ¿No me estás oyendo? No te puede oír - Dijo Rei mirándole frunciendo el ceño- Tú sabías que algo estaba mal en su interior.
- Claro que lo sabía - Le miró Ai poniéndose serio al momento - ¿No me doy cuenta de como no quiere relacionarse con nadie? Le invitan a salir, me invitan a mi. Incluso evita comer junto con mi familia y llevo dos años tratando de que se abra sin lograrlo. ¿A quién se le ocurre presionarlo? - Volvió a golpear en la puerta con más fuerza. El puño se le estaba poniendo rojo por los golpes y trataba de sonreír otra vez - ¡¡Ritsu no seas malo!! ¡¡Que hace algo de frio!!
- ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Por qué él no me dijo nada?
- ¿Por qué crees tú que se bloquea? - Susurraba poniendo la frente contra la puerta- Sé que piensa que si me alejo de él seré más feliz. Quizás sea verdad, que si pasaran varios años, por fin lograría olvidarle. Pero yo no quiero hacerlo. Estoy enamorado de él, y lo único por lo que me esfuerzo es para tratar de hacerle feliz. - Terminó con un suspiro mirando hacia la casa - ¿Qué pasará si no se abre él solo?
Rei se quedo mirando a la casa y negó despacio.
- No creo que podamos hacer nada, pero si conseguimos entrar. Me apartaré de él, está claro que no es la persona que yo conocía.
- Es lo que queda después de que tu le partieras lo que le quedaba de corazón.
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