lunes, 9 de diciembre de 2019

SIN NOMBRE - CAP 5.

Yuuki siguió corriendo durante unos minutos. No sabía ni hacia donde iba, solo que quería correr y alejarse de aquel sitio.

Durante la carrera terminó por relajarse y miró por las calles para saber dónde estaba. Pensó que tenía que buscar un metro y volver a casa. Igualmente ya había perdido la esperanza de conseguir el juego.

Suspiró y comenzó a andar algo cabizbajo en busca del metro. No iba a encender el móvil. Simplemente quería volver a su casa.

Al cabo de un par de calles dio con un metro. Así era fácil volver a casa. Solo tardó 30 minutos en llegar a casa. Abrió la puerta y entró dentro. Solo le quedaban unos 3 días libres del trabajo. Mejor no salir de casa en esos días.

No quería ver a Ryuu, ni a Riku, ni a nadie. Ni si quiera pretendía encender el móvil esos días. Volvió a encender su Play Station 4 y se puso a jugar.


Ryuu estuvo buscando por los alrededores. Visitó un par de tiendas en busca de Yuuki, por si acaso había pensado en ir a conseguir el juego a otro sitio. Pero no hubo suerte. Después de pasar un par de horas buscándolo sin éxito, pensó en volver a casa.

El juego se había agotado en todas las tiendas a las que había ido. Se sintió mal por Yuuki. Había madrugado, había ido con ilusión, y al final se había quedado sin juego por su culpa.

- Será mejor que vaya a verle. - Miró su propio móvil un segundo. Ni si quiera tenía su número, aunque no creía que fuese importante, después de todo, había visto como lo apagaba para no recibir mensajes.

Volvió a la casa después de comprar unos dulces para disculparse. Aunque sabía que eso no iba ser suficiente.

Llegó ante la puerta de Yuuki y llamó con el puño en esta sin mucha fuerza. Esperaba alguna reacción. Aunque en el interior, Yuuki, sin sus auriculares siguió sin contestar.

"Seguro que es Ryuu"

Al pensar en ello, otra vez las lágrimas volvieron a sus ojos. Se sentía mal, le había avergonzado delante de todo el mundo, pero, lo peor es que sitió el asco que Ryuu sentía por él. En cierta forma, pensaba que eso no sucedería. Sin embargo, se daba cuenta de lo absurdo que era ese pensamiento. Claro que le iba a tener asco, había visto sus películas después de todo.

Miró a la puerta para asegurarse de que estaba bien cerrada con llave y pestillo y se recostó en la cama. No quería volver a ver esa mirada en los ojos de Ryuu nunca más.

Ryuu volvió a llamar a la puerta con el puño. Suspiraba mirándola. Pensaba que quizás era posible que Yuuki no hubiese vuelto todavía y por eso no le contestaba.

De la puerta contigua salió Shunta con su alegre sonrisa de siempre, que vio a Ryuu y se acercó a él saludando de esa forma despreocupada.

- Ryuu-kun - Sonríe tratando de relajar un ambiente que parecía tenso - ¿Estás tratando de hablar con Juri-kun otra vez?

- Más o menos Shun-kun - Le correspondía al saludo con una sonrisa forzada y luego muestra la bolsa con dulces.

Shunta se quedó mirando los dulces. La verdad que el joven parecía que quería reconciliarse con Juri. Miró la bolsa llena de todo tipo de dulces y luego soltó una pequeña risa.

- Con todo eso le dará diabetes sin se lo come. Hay todo tipo de dulces Ryuu-kun.

- Creo que se los dejaré colgados en la puerta. No creo que hoy quiera verme - Dejó la bolsa colgada del picaporte - ¿Ibas a algún sitio?

- Pues iba a ir a comprar un regalo para mi novio, dentro de poco será su cumpleaños y quiero darle algo especial. ¿Quieres venir conmigo? Luego volveremos y tratamos de ver a Juri-kun.

Ryuu asintió y los dos comenzaron a andar dirección al metro. Shunta había pensado en pasarse pro alguna joyería y comprar un par de collares a juego, pero quería cosas muy concretas. Su novio era florista. Tenía una floristería, por lo que quería buscar dos collares que tuviesen el grabado de dos rosas juntas.

La verdad que se lo estaba pasando bien con Shunta. Las gracias infantiles y la insistente búsqueda de Shunta le había contagiado el buen humor. Al menos, ya no pensaba tanto en como la había cagado con Yuuki, y también se había animado a buscarle un regalo. Le contó todo lo que había pasado entre ellos la tarde anterior y esa misma mañana.

- Ryuu-kun, no sabía que eras tan torpe para relacionarte - Le regañó con una pequeña sonrisa - No conozco a Juri-kun, pero, por lo que yo mismo vi y lo que me estás contando - Hizo una pequeña pausa y suspiró - No parece de esas personas que se relacionan con otras personas. Parece que tiene una forma de actuar en el trabajo, y otra fuera de él. Si quieres relacionarte con él, tendrás que aceptar su trabajo y aceptar sus comportamientos - Trató de explicarle con una sonrisa- La paciencia será muy importante, es como domesticar un zorro salvaje. Cada día te dejará acercarte un paso más.

Ryuu asintió despacio. No se había parado a pensar en que Yuuki no le gustase su trabajo después de todo. ¿Por qué no buscaría otro trabajo? En verdad, aunque aceptó que tendría que ir poco a poco, había cada vez más preguntas que quería hacerle a Yuuki.

- Pero en la calle no estaba en el trabajo - Sacudió la cabeza de un lado a otro - ¿Por qué fue tan amable con ese tipo? Él empezó todo y por eso se empezaron a fijar en él.

- No puedes comportarte con tus compañeros de trabajo de forma distinta si te los cruzas por la calle. Generaría confusión - Le dio con un dedo en la frente como si le explicara la situación a un niño pequeño- No creo que Juri-kun tenga mucha autoestima o amor propio. Quizás ha pasado por ciertas cosas que ni tu ni yo podemos entender.

Terminó suspirando no muy convencido de lo que decía Shunta. Tenía cierto sentido, pero tendría que hablar con Yuuki para poder confirmarlo. Algún día, pues, no podría vivir siempre de suposiciones y teorías propias.

Después de unas cuantas joyerías sin encontrar lo que Shunta buscaba, y que tampoco nada convenciera a Ryuu para regalarle a Yuuki, terminaron sentándose en la terraza de una cafetería por un merecido café.

- Faltan un par de semanas para Halloween. ¿Vas a hacer algo? -Preguntó entonces Shunta después de dar un trago a su café.

- La verdad es que no tengo planes. Acabo de llegar y aun no tengo ni trabajo ni amigos - Le confesó con una gran sonrisa - ¿Vas a hacer algo con tu novio?

Movió la cabeza de arriba abajo con una amplia sonrisa.

- Tenemos un bajo alquilado. Vamos a decorarlo y dar una gran fiesta - Le miró con ojos de cómplice - ¿ Querrás venir y ayudar verdad?

- Claro - Le miró un segundo y luego sonrió, sabía que había caído en la trampa - Pero tendrás que invitar a Juri. - Le señaló con un dedo. - Además, no puedes aceptar un no como respuesta.

- De acuerdo. Déjamelo a mi.

Shunta pasó el resto de la tarde y la vuelta a casa hablando de como tenía pensada la decoración de la fiesta, las bebidas que tendrían que comprar y su disfraz. Obviamente iba a ir de vampiro a juego con su novio. Ryuu habló de que le gustaría llevar un disfraz con temática egipcia, faraón o algo así. Quería aprovechar para mostrar su cuerpo trabajado de gimnasio con algo exótico.

Mientras la conversación se alargaba entre bromas y planes, llegaron a sus apartamentos. Ryuu no pudo evitar echar un vistazo a la puerta del apartamento de Yuuki, que seguía con la bolsa colgando. Se acercó y volvió a llamar a la puerta teniendo a Shunta a su lado.

- Estoy algo preocupado. ¿Crees que habrá vuelto?

- No lo sé - Contestó Shunta mirando la bolsa - Cuándo yo le dejé mi regalo de bienvenida si lo recogió, y me dio las gracias.

Ryuu llamó otra vez a la puerta con algo más de fuerza. No podía evitar sentirse responsable y preocupado.

Yuuki estaba en el interior, había pasado el día acostado en la cama cubierto con una manta. No le apetecía hacer nada, y al final se había quedado dormido hasta que Ryuu aporreando la puerta le despertó.

Se levantó algo atontado después de haber dormido tanto tiempo. Tenía algo de frío. Así que cogió la manta y se la echó por los hombros para ir a la puerta, sin si quiera, pensar que se podía tratar de Ryuu.

- ¿Quién es? - Preguntó mientras iba hacia la puerta, pero con casi un susurro. Carraspeó un poco y terminó abriendo.

Al otro lado de la puerta estaban Shunta y Ryuu. Los dos le miraron una sonrisa, pero el simplemente aparto la mirada. Ryuu enseguida cogió la bolsa de la puerta y se la ofreció con una reverencia.

- Perdona por lo de esta mañana Yuuki. No debí comportarme de esa forma. - Dijo muy apresurado ofreciendole la bolsa- Siento que no pudieras conseguir el juego, prometo que lo conseguiré para ti, y te he traído estos dulces a forma de disculpa.

Shunta se quedó a un lado sin decir nada. Solo saludando con una mano de un lado a otro con esa sonrisa. Yuuki, sin embargo, miraba hacia un lado sin muchas ganas de hablar. No se veía demasiado bien, quería volver a dormir y olvidarse de todo durante unos días.

- Por favor Yuuki... acepta mis disculpas. Todos los dulce son de fresa, se qué te gustan estos dulces. -Terminó por incorporarse y abrió la bolsa frente a él para que lo viera.

Yuuki no giró la cabeza. Solo suspiró asintiendo. Alargó la mano para coger la bolsa.

- Los acepto, pero no vuelvas a molestarme hasta dentro de unos días - Volvió a carraspear la voz y gruñó con algo de suavidad. Aunque su tono ahora era frío y distante.

- Hola Juri-kun - Terminó diciendo Shunta tratando de llamar su atención - A mi también me gustaría disculparme si te ofendí o hice algo inapropiado.

- No te preocupes. - Susurró y sujetó la puerta sin mirarlos. - ¿Queréis algo más?

Shunta negaba de un lado a otro. La respuesta y el poco acercamiento que tenía con su nuevo vecino era una derrota para él, que era tan sociable. Ryuu presionaba los labios pensando en alguna excusa para poder alargar un poco más la visita.

- ¿Nos invitas a una cerveza como el otro día? - Dijo rápido mientras daba un paso hacia Yuuki - Sería genial si conocieras a Shunta-kun. Es muy amable, te caería muy bien. Así podríamos estar un rato los tres juntos.

Shunta le cogió del brazo a Ryuu negando, la actitud del contrario era muy negativa para hacer eso, no pensaba que fuese a salir nada bien. Yuuki respiró hondo, para nada quería dejarles pasar, ni quería estar con ellos.

- Ahora estoy ocupado. Voy a salir con un compañero de trabajo - Dijo inventando una excusa.

- ¿No podemos ir nosotros también ? -Se apresuró a contraatacar Ryuu.

- No - Dijo tajante y le miró a los ojos, aun sabiendo que vería ese asco que sentía por él. - Porque mi trabajo consiste en dejar que me follen y me magreen, y parece que eso no causa buena impresión en ti.

Cerró la puerta tras decir eso. No iba a ir a ningún sitio, pero necesitaba que se alejara de él. Ese chico siempre traería problemas.

Ryuu cerró el puño con fuerza y terminó suspirando cabreado. Era verdad que había reaccionado muy mal al ver eso, pero quería estar con él. Su trabajo no era tan importante como para no poder acercarse a su Yuuki.

Shunta tiró del brazo de Ryuu para llevarlo a su casa, tratando de alejarlo de la puerta de Yuuki. Al principio se resistió, pero acabó por ceder y fue hasta su propia casa. Abrió la puerta y se quedó parado en la entrada.

- Trata de ir poco a poco Ryuu-kun - Le dijo Shunta en un tono tranquilizador y le pone una mano en el hombro.

Ryuu sacudió la cabeza a los lados. Estaba pensando en Yuuki quedando con el tipo que había visto ese mismo día. Ni si quiera sabía su nombre, pero su presencia y su forma de hablar le llenaba de rabia.

- Lo peor, es que... - Hizo una pequeña pausa tomando aire- Tiene razón. No me gusta verle en su trabajo.

- Si quieres ser su amigo, deberías ignorar ese trabajo.

Shunta entró en la casa de Ryuu tras de él y le acarició en la espalda. Cerró la puerta tras de si y los dos fueron hasta la cocina. Cogieron unas cervezas y se fueron al salón para tomarlas mientras hablaban.

No hay comentarios:

Publicar un comentario