Yuuki se despertó temprano. Era de esos días que sentía mucha energía dentro y salía a correr. No había comido la noche anterior y aun así, seguía con el estomago cerrado. Se puso ropa de deporte y a las 6 de la mañana, con sus auriculares salió a correr.
No era algo que estuviese dentro de su rutina, pero hacerlo a veces le ayudaba a tener su cinturita estrecha y su trasero redondo. Son características buenas para su trabajo, después de todo.
Ryuu había pasado parte de la noche eligiendo la ropa que se iba a poner, eligiendo la comida que encargar, pensando en que adornos poner... Era muy detallista con todo. Era su primera "cita encubierta" con Yuuki, quizás no tuviera otra oportunidad para agradar le, y aunque la casa no era la suya, todo tenía que ser perfecto.
- Shun-kun, luego voy a ir a comprar la decoración. Me gustaría poner flores de Sakura aunque sean de plástico, me fui en primavera y creo que es nuestra estación juntos. Me gustaría que en tu casa se oliese a eso. También tenemos que comprar una tarta de fresas y nata, ¿sería posible comprar champang rosado? Seguro que le encanta a Juri - Envió un audio. Le molestaba tener que llamarle Juri delante de otros, pero era un precio bajo a cambio de la recompensa que iba a tener ese mismo día. Quizás hasta le viese sonreír.
Shunta escuchó el audio riendo y fue hasta la casa de Ryuu entrando sin llamar a la puerta.
- ¿Te das cuenta que soy tu vecino y que puedes hablarme sin audios verdad?
Shunta se quedó sin palabras al ver todo lo que había preparado Ryuu. Había notas de restaurantes, pastelerías, floristerías y hasta licorerías. Más que la preparación para una fiesta de celebración parecía una boda.
- ¿No crees que estás exagerando un poco Ryuu?
Le preguntó mientras miraba por las hojas que tenía preparadas. Había muchos números de teléfono y varias notas de lo que había visto por internet. Ryuu se giró. Tenía el pelo recogido en una coleta y llevaba gafas de vista.
- Es una cita doble con Juri -Le mira con una sonrisa algo boba- Pero me he dado cuenta de que solo sé de él lo que hay en mis recuerdos. Quizás sushi sea demasiado arriesgado, no parece que sea de las personas que toman lujos - Se giró y le dio varias hojas mostrando así los restaurantes que había revisado- ¿Qué crees que le gustará más?
Shunta se quedó mirando los restaurantes. La verdad es que era un chico muy hermético y no sabía que le haría más ilusión. Carne, pescado, verdura... Las opciones eran muy amplías.
- Si que es verdad que no parece de gustos caros... - Terminó susurrando mientras revisaba las hojas escritas para los restaurantes - ¿Y si cogemos este que es combinado un poco? Así no fallarás.
Le mostró el menú que había elegido a Ryuu que lo cogió para leerlo en voz alta.
- Takoyaki, Gyozas.... - Asintió lentamente para mostrarle una sonrisa - Seguro que así no fallamos y comerá. Creo que le gustan mucho las cervezas, tenía en casa un montón, y pude ver que le gusta el rosa. Sus sabanas eran rosas y su pijama también.
- Eres muy observador al nivel stalker - Le dijo Shunta bromeando.
Ryuu solo asintió y siguió mostrandole sus preparativos. Todo debía estar perfecto para cuando Yuuki llegase del trabajo.
Yuuki volvió de su carrera. Estaba más tranquilo, y hasta se había olvidado de que su trabajo era tan terrible o del asco que estaba sintiendo desde que Ryuu volvió a su vida.
Se dio una ducha rápida, se arregló con su sudadera y sus vaqueros, se ajustó la mochila y otra vez al trabajo. Al menos, el sol brillaba y no quería pensar demasiado en lo demás.
A las cuatro de la tarde Ryuu ya estaba terminando de decorar la casa de Shunta. Había puesto los pétalos de Sakura de plástico con ese aroma, habían colgado guirnaldas de las paredes en forma de hojas de árbol e incluso la iluminación era a base de velas a base de pilas que daba un toque más romántico. La comida estaba ya en la mesa preparada, tenía bebidas, los cojines a juego con la decoración rosada, la tarta en la nevera esperando y solo faltaba arreglarse él.
- ¿Estás seguro de que Ki-chan va a venir a tiempo? - Le preguntó Ryuu a Shunta mientras se calzaba en la entrada.
- Me ha enviado un mensaje, está llegando ya. Corre a cambiarte - Le dio con una mano en la espalda mientras reía- Seguro que Juri-kun vendrá dentro de poco.
Ryuu sonrió levantando los dos pulgares y se fue corriendo hacia su propia casa. Quería ponerse atractivo pero informal. Miró la ropa que había elegido la noche de antes. Se había fijado que Yuuki siempre llevaba sudaderas, así que había elegido una algo ancha de color girs que tenía un cerezo bordado, unos vaqueros negros, y se iba a poner un perfume que había comprado esa misma mañana.
Ki, el novio de Shunta, llegó poco después de la salida de Ryuu hacia su propia casa. Llevaba un montón de caramelos y regalices en una bolsa y llamó a la puerta de Shunta, que abrió al poco tiempo.
- Ki -Le abrazó por el cuello y le dio un rápido beso en los labios. El cual, fue correspondido con una pequeña sonrisa.
- Perdona que me haya retrasado. Se me olvidaron las golosinas en casa - Rió levemente y subió la bolsa un poco para que la viese el contrario.
- No te preocupes, Ryuu-kun ha ido ahora mismo a arreglarse a su casa - Se hizo a un lado dejandole paso a su novio.
Cuando entró se quedo algo boquiabierto por la decoración. Realmente parecía de película de fantasía, algo como si fuese un picnic nocturno.
- ¿Tan importante es ese Juri para él? - Le mira alzando una ceja y le da con un dedo en la nariz- ¿Cuándo vas a hacer algo así para mi?
- Ah vamos - Le dice el otro mientras ríe - Esto también lo hicimos para ti - Le sacó la lengua.
Los dos se quedaron bromeando y riendo. Eran muy cariñosos el uno con el otro que generaban el aura perfecta de armonía. Aunque, a Shunta le preocupaba algo el como reaccionaría su pareja cuando viese a Juri. No lo había dicho en ningún momento, pero era un gran admirador de él.
Yuuki había terminado el trabajo y se había duchado. Ese día había sido terrible para él. Siempre sonreía y siempre lo aceptaba todo. Nunca había dicho que no a ningún tipo de escena y por eso le pagaban tanto dinero pero, al mismo tiempo, le hacía hacer cosas tan desagradables. Incluso le habían pedido repetir una de las escenas, y había sido Riku el que se había negado a hacerlo, cosa que Yuuki agradeció de todo corazón.
Ahora, simplemente tendría que llegar a su casa. Volver a ducharse, cambiarse, e ir a una fiesta.
"Es uno de los días más duros de mi vida".
Había comprado unos pasteles de fresa y unas cervezas. Sabía que no era gran cosa, también había comprado un regalo para Ryuu que llevaba en la mochila. No estaba seguro de si le gustaría, tampoco le importaba demasiado, simplemente creyó que Ryuu se había esforzado por él, y solo le había contestado con algo de desprecio.
Ya en casa se volvió a duchar. Era tan desagradable pensar en el trabajo de ese día, que decidió en cierta forma no recordarlo. Se puso una sudadera rosa y unos vaqueros. Se miró al espejo, pero no le gustó como iba. Se cambió la sudadera por una camisa blanca. Pensó que quizás, sería algo más formal, pero volvió a quitarla.
Esa noche, no le convencía nada para ponerse. Miró los pasteles y las cervezas, había dicho que iría, pero realmente en ese momento solo quería dormir.
Sacudió la cabeza un par de veces. No iba a ser algo agradable, pero tendría que ir, darle el regalo y luego volver. No tenía que quedarse más de media hora allí.
Cogió la sudadera rosa otra vez y suspiró. Se puso un cubre-bocas y luego cogió el regalo, las bebidas y los pasteles. Lo miró todo un segundo, sin estar muy seguro de si sería suficiente. Volvió a suspirar maldiciendose a si mismo por haber aceptado ir a aquella estúpida fiesta.
Salió de la puerta de su casa y se cruzó con Ryuu que también llegaba a la puerta de Shunta. Por un momento pensó en volver a entrar en su casa nada más verlo. Se quedó parado en la puerta y la miró de reojo.
Ryuu se dio cuenta del gesto y se quedó parado durante un segundo. Luego cogió un poco de aire. Había aprendido la lección de no tocarle ni acercarse demasiado, pero al menos le podía hablar y saludar. Quizás con eso fuese suficiente.
- Yuuki - Le saludó con una mano acercándose a él. Le gustó ver que tenía una sudadera rosa puesta y le miró las bolsas - ¿Son para la fiesta? ¿Quieres que te ayude a llevarlo?
Se ofreció con una amplia sonrisa mientras echaba las manos adelante a una distancia prudente. No le apetecía llevarse otra bofetada después de todo. Yuuki sacudió la cabeza a los lados declinando el ofrecimiento.
- No - Terminó diciendo y mira hacia abajo. Una de las bolsas se la ofreció para entregarsela. Era de cartón y ponía el logo de "shibuya 69" una joyería del barrio de shibuya justo en el cruce - Esto es para ti. Espero que te guste - Miró hacia un lado presionando los labios.
Ryuu cogió la bolsa sorprendido. Sabía lo cara que era esa joyería, y no se esperaba que Yuuki le fuese a hacer un regalo tan caro.
- Gracias Yuuki, no tenías porque - Le sonrió algo incrédulo.
Abrió la bolsa y encontró el estuche de un reloj de alta gama, que estaba bañado en oro y con svaroski incrustados. No pudo evitar abrir la boca de par en par.
- Si no te gusta lo puedes devolver o cambiar por otra cosa - Le dijo Yuuki suspirando y mirando al suelo. Aun no se atrevía a mirarle a los ojos - Enhorabuena por el trabajo, me dijo Shunta-san que era importante, y como tenía que pedirte perdón por... - Se señaló a si mismo la mejilla y respiró hondo- Pensé que lo más apropiado era un buen regalo. Un empresario siempre necesita un buen reloj.
Respiró hondo y pasó a su lado esquivándole para ir a casa de Shunta, pensaba que cuanto antes entrara antes podría irse de la casa de él. Ryuu se había quedado inmóvil, no quería ser una molestia, pero el regalo realmente le había llegado al fondo de su corazón. Se había fijado en que no llevaba reloj, y había mostrado interés.
Shunta abrió la puerta con bastante energía. Sonrió con mucha energía al encontrarse allí a Yuuki, pues no podría negar el hecho de que había estado dudando sobre si finalmente aparecería o no.
- Bienvenido Juri-kun - Hizo una reverencia y se echó hacia un lado dejando paso al interior.
Ki le saludo con una mano al principio mientras sonreía. Luego se dio cuenta de que era Juri el actor y se acercó a el haciendo una reverencia algo entusiasmado.
- Eres Juri el Sumiso - Le dijo con la boca abierta y se arrodilló ante él- Soy un gran admirador de tu trabajo, compro todos tus posters, películas y marcas que promocionas.
Yuuki miró hacia un lado dando un paso hacia atrás. Ryuu ya se había puesto tras de él, y le hizo que se chocara con su pecho. Le miró con los ojos algo temblorosos. Pero fue Shunta el que reaccionó primero. Le dio una leve colleja a Ki y le tiró de la ropa hasta ponerlo en su sitio.
- Respeta la intimidad de la gente y no preguntes por su trabajo sin que te den permiso - Le regañó con suavidad y terminó riendo.
- Perdón perdón, me sorprendí - Hizo una pequeña reverencia con la cabeza y se pasa la mano por la nuca- Oye, me has dado muy fuerte.
- Más fuerte te tenía que haber dado - Le contesta Ryuu que se acerca saludando con una mano después de descalzarse - No le acoses o seré yo el que te golpee.
Todos se quedaron riendo como si nada fuera de lo normal hubiese pasado. Lo que en el fondo agrado a Yuuki que se había quedado en la puerta aun sin pasar. Se sentía incómodo con una persona a la que no conocía, algo que identifico como inseguridad. Hacía mucho que no se sentía así.
Shunta que estaba en la conversación con los otros dos, se quedó por un momento mirando a Yuuki. Que seguía inmóvil en la entrada con la bolsa de los pasteles y las cervezas en la mano, mirando hacia un lado.
- Juri-kun, puedes pasar - Le dijo al levantarse y acercarse a él - ¿Traes algo para la fiesta? ¿Qué te parece la decoración que ha montado Ryuu-kun?
Yuuki se quitó los zapatos ofreciendo las bolsas. Echó un pequeño vistazo por la habitación. Era preciosa, parecía un cuento de fantasía. Le dieron ganas de sentarse mientras lo miraba todo, el olor, los colores. Se sintió como si estuviese en un bosque.
- Es muy bonita - Susurró sin fuerza y terminó mirando abajo - Son solo unos pasteles y unas cervezas. No sabía que debía traer o si os gustaría.
- Seguro que está genial Juri - Le dijo Ryuu mientras señalaba un cojín a su lado. Ya tenía el reloj puesto en la muñeca. Yuuki se lo quedó mirando lo que le hizo suspirar aliviado. Ryuu entonces lo mostró a todos - Me ha regalado esto. Es un muy buen regalo - Mostró entonces la bolsa de la joyería llamando la atención de todos.
- Pero eso es carisimo Juri-kun - Le dijo Shutna que cogió la muñeca de Ryuu y dejó la bolsa sobre la mesa.
- Yo también quiero que Juri-kun me haga algún regalo - Se señaló Ki sentado en su sitio mientras cogía la bolsa - Son pasteles de Shibuya, la edición limitada de frambuesa - Exclamo con alegría y cogió uno dando un mordisco.
- Creo que tendremos que invitar a Juri-kun más a menudo - Terminó riendo Shunta y se sentó al lado de Ki.
Yuuki terminó sentándose después de hacer una reverencia en el sitio que había señalado Ryuu. Poco a poco y entre bromas, se dedicaron a empezar a comer. Shunta y Ki se estaban dando de comer mutuamente de vez en cuando. Yuuki los miraba con curiosidad cuando lo hacían y después se daban algún tipo de beso.
Ryuu también comía y cuando hacían eso les chinchaba con frases de "Iros a un hotel" o "hay niños delante" señalando a Yuuki en forma de broma. Aunque se estaba dando cuenta de que Yuuki no estaba bebiendo ni probando bocado. Solo estaba quieto sin apenas decir una frase completa y mirando abajo.
Shunta se estaba dando cuenta también de la situación y pensó, que como había dado el paso de ir a la fiesta, lo mejor, sería dejarles un rato a solas.
- Ki-chan, quiero zumo de melocotón - Dijo en un tono infantil mimado.
- ¿No hay? - Le preguntó el otro inocente. Obteniendo como respuesta un movimiento negativo de cabeza del contrario - ¿Quieres que vaya a comprar?
- Voy contigo - Le dijo poniendo morros y ojitos. Después de todo, era su novio y sabía cuales eran sus puntos débiles.
- Está bien.
Los dos se pusieron en pie y fueron a la entrada. Se calzaron y se despidieron de los otros dos que aun estaban dentro. Shunta le guiñó un ojo a Ryuu como despedida esperando que entendiera lo que estaba pasando.
- Pues me lo estoy pasando muy bien con vosotros. Gracias por venir - Le dijo Ryuu cuando los otros se fueron.
Yuuki se encogió de hombros a forma de respuesta y siguió mirando hacia un lado. Seguía sin muchas ganas de hablar con él o mirarle. Menos con lo que había hecho ese mismo día, así que terminó suspirando.
- Oye, ¿no trajimos nada que te gustase? - Le preguntó con curiosidad viendo que su plato y sus palillos estaban intactos y los señaló - Puedo llamarles y que traigan algo que te guste.
- No es eso - Le contestó y respiró mirando hacia la puerta- Creo que debería irme ya. Se está haciendo tarde.
- Pero ni si quiera has comido o bebido. - Se apresuró a contestarle tratando de retenerlo - Yuuki, lo siento por lo que pasó con el novio de Shunta, te prometo que es inofensivo y que no dejaré que te toque. Aunque sabes defenderte - Rió señalando su propia mejilla a forma de broma.
- Lo siento por eso - Dijo en un suspiro - Y todo tiene buena pinta, pero no tengo hambre - Toma aire sonoramente y pone las manos bajo sus propias rodillas en el cojín - Tampoco sé que hago aquí. Tengo que irme.
Se puso en pie suspirando. Eso era una reunión intima de amigos en la que no sabía porque, lo habían invitado. Bueno, si lo sabía. Ryuu se sentía responsable de su promesa y seguramente sentía lástima por él. Solo pensaba que tenía que irse de aquel lugar.
- Espera - Se puso en pie Ryuu mientras se ponía delante de él para que no saliese - Solo quedate hasta que vuelvan ellos. No me dejes solo.
Yuuki asintió despacio y volvió al cojín dónde se había sentado antes suspirando. Solo tendría que aguantar unos minutos allí después de todo. Aunque su estómago empezó a rugir. Era normal, apenas había comido nada en dos días.
- Parece que si tienes hambre - Cogió con sus palillos un gyoza y se lo acerco a la boca a Yuuki, que movió la cara a un lado - Vamos, come. No le diré a nadie que lo has comido.
Yuuki le miró por un segundo y asintió despacio. Le dio un voto de confianza aunque, seguramente si lo iba a decir. Sería el sumiso ladrón de comida para los vecinos. Pero el hambre y que fuese su comida favorita, le convenció para arriesgarse. Abrió la boca y la comió de un bocado mirando hacia el lado opuesto en el que estaba él.
- No quieres que piensen que te estás aprovechando de ellos y por eso no comes, ¿verdad? - Preguntó Ryuu de forma muy perspicaz. Obteniendo como respuesta una mirada perpleja de Yuuki seguida de un asentimiento - Vamos Yuuki. He pagado yo la comida, has traído cervezas, pasteles y este pedazo de reloj. No voy a pensar que te aprovechas de mi - Le sonrió tratando de animarle.
- No sé como funcionan las fiestas. No sé que debo hacer o si debo decir algo - Le dijo de forma cortante y luego se cruzó de brazos - No quiero quitaros comida o bebida. Después de todo soy un invitado nada más.
- Bueno... - Trató de restar importancia Ryuu a sus comentarios - Normalmente en las fiestas tienes que hablar y reír. Pasarlo bien con los amigos - Le mira cogiendo otro gyoza y acercándolo a la boca del contrario.
Yuuki lo comió otra vez. Le estaba recordando un poco a la escena que había vivido antes con los otros dos. Se preguntaba si estaría bien darle el beso a Ryuu después de la comida. Pero sabía que no debía.
- Yo no tengo amigos. - Terminó diciendo y le dio la espalda otra vez.
- Porque no quieres. - Le miró indeciso y le tocó con un dedo en el hombro aun arriesgandose a que le diese otra bofetada - Yo quiero ser tu amigo Yuuki.
Se apartó al notar el dedo en su espalda suspirando. Pero esta vez, no era porque le desagradase el tacto de él en su piel, era porque no quería que se ensuciara como él lo estaba. Suspiró y se pasó la mano por la nuca.
- No sé tener amigos Takada-san - Susurra y respira hondo - Si pretendes que sea como cuando traté a Riku-san. Te trataré como si estuviese en el trabajo si eso te agrada. Pero, yo no soy así.
- ¿Cómo es tu verdadero yo entonces Yuuki? - Le preguntó echandose hacia atrás - ¿Cuándo comes algo que realmente te gusta como respondes? ¿Cuándo ves algo que adoras o admiras? ¿Cuándo sientes felicidad como eres?
Yuuki presionó los labios con fuerza apartándose de él aun más. Sacudía la cabeza a un lado y otro. Comida, adorar, sentir felicidad. En verdad las Gyozas eran su comida favorita, y los cerezos y el rosa le gustaba mucho. ¿Qué era la felicidad para él?
- No lo sé - Le contestó mirándole - Mi comida favorita es esa. - Señalo hacia los gyozas.
Ryuu cogió otro acercandolo a la boca de Yuuki que se lo comió. Quería observar si cambiaba su gesto en algo, pero seguía con la mirada perdida en un punto lejos de él y con esa cara que no sonreía.
- ¿Qué pasó Yuuki? - Se echó un poco hacia adelante mirándole - Parece que tu alma está rota.
Abrió los ojos cuando dijo eso. Se le escapó una lágrima sin darse cuenta. Ryuu alargó la mano para retirarsela, pero Yuuki fue más rápido que el y la limpió. No quería llorar, no delante de nadie. Se puso en pie negando y fue hasta la entrada a ponerse los zapatos sin decir nada.
Ryuu se levantó también tras él. Quería abrazarle para consolarlo. Se lamentó en el mismo momento que había visto su lágrima caer de haber dicho eso. Solo quería saber más sobre él y, había acabado alejándolo otra vez de si mismo.
- Yuuki espera - Le dijo rápido cuando el contrario salió sin uno de los zapatos solo para que no le alcanzase.
Pero Ryuu le tomó de la muñeca unos segundos antes de que llegara a la puerta de su apartamento. Le sujetó sin fuerza, solo acariciando su mejilla con cariño. Yuuki se giró lentamente para mirarle, tenía los ojos empañados con lágrimas. Ryuu pasó su dedo pulgar por debajo de los ojos del contrario para limpiar las lágrimas que caían.
- Perdona que te haya hecho daño otra vez - Susurraba y le acarició en la mejilla. Era extraño para Yuuki, pero no le estaba apartando ni alejando de él- Venga, comamos un poco más juntos. Luego te traeré a casa y no te molestaré, lo prometo.
Yuuki asintió y los dos fueron de vuelta a la casa de Shunta. Yuuki se sentó al lado de Ryuu en los mismos sitios que habían ocupado antes.
- ¿Me dejarás conocer al nuevo Yuuki de ahora? - Le preguntó entonces Ryuu que cogía otra gyoza para acercarla a la boca del contrario.
Yuuki asintió despacio mientras se comía la comida que le ofrecía el contrario. Sería una buena forma también de conocerse a si mismo.
- Perdona que... saliese corriendo - Terminó diciendo mientras se terminaba la gyoza- Takada-san. No se me da bien hablar con gente o relacionarme, por favor, ten paciencia conmigo si quieres que seamos amigos.
Amigos, otra vez esa palabra que era tan rara para él. Pero terminó con una pequeña sonrisa. Ryuu vio esa sonrisa y la atesoró en sus recuerdos. Era un gran logro para si mismo el haber visto esa, pensó que sería un gran paso en su relación con Yuuki.
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