miércoles, 25 de diciembre de 2019

SIN NOMBRE - CAP 8

Ryuu terminó convenciendo a Yuuki para que cogiera una de las cervezas. Había conseguido que sonriese un par de veces mientras hablaban y Yuuki ahora estaba bebiendo de una de las cervezas.

- Me encanta tu sonrisa Yuuki - Le dijo entonces Ryuu que le puso un mechón de pelo tras una de sus orejas sonriendo.

Yuuki no pudo evitar una pequeña sonrisa. Le salió la sonrisa sin forzar y hasta un pequeño sonrojo salió en su mejilla que miraba ahora hacia abajo. Volvió a tomar otro trago de la cerveza y despues se sentó con las piernas cruzadas en el cojín.

- Shunta-san y su novio... ¿no están tardando mucho? - Preguntó de forma inocente Yuuki con una voz dulce que no sabía de dónde salía.

- Bueno yo creo que hasta se habrán ido a un love hotel - Ríe levemente negando- Hacía unos días que no se veían y seguro que tienen ganas - Se pasó una mano por el pelo. Al principio de conocerlos se daba cuenta de que los dos eran muy apasionados, y aunque no le gustaba la idea, seguro que por la reacción de Ki al ver a Yuuki habría tenido una urgencia con su pareja.

Yuuki se encogió de hombros sin saber del todo a que se refería. No entendía porque las parejas iban a los love hotel. Según su experiencia esos sitios eran para las películas y para ser infieles a sus relaciones. Pero bueno, supuso que algo guay habría en ir con tu pareja.

- ¿Tú no has ido nunca a un love hotel con algún novio Yuuki? - Le mira sonriendo levemente y así aprovechaba para saber un poco sobre el contrario.

- Con novios no - Niega despacio y presiona los labios. El beber alcohol le había relajado algo y estaba un poco más hablador - Solo por trabajo.

- ¿Has tenido novio?

Yuuki negó con la cabeza y luego se mordió el labio inferior durante u nsegundo. Asintió una sola vez y le miró.

- Tuve un novio, o algo así. No sé que era - Se encogió de hombros levemente- Era más joven, fue el que me convenció de este trabajo. Empezamos juntos - Asiente despacio y le termina soltando uan risa irónica - Pero, luego se terminó todo porque me ofrecían mucho trabajo. No le gustaba mi trabajo. Lo intenté dejar pero, es difícil.

- ¿Por qué es difícil? - Se acercó un poco más a el y le volvió a acariciar por la mejilla - Quizás te puedo ayudar a buscar otro trabajo.

- Lo intenté - Le mira y suspira. Echó la espalda hacia atrás, sus cabellos salían hacia atrás y miró hacia el techo - Pero, soy Juri el Sumiso. Mis películas se ven en todo Japón y extranjero, donde sea que trabaje siempre hay alguien que me conoce y entonces, empiezan a tocarme, o a insinuarse. No tengo estudios así que tampoco puedo hacer grandes trabajos.

Ryuu empezó a entender porque de pronto Yuuki no soportaba que lo tocaran. Se preguntaba cuantas veces le había pasado que compañeros o desconocidos se le habían acercado y le habían acosado. Su vida parecía más dura de lo que había imaginado. Tampoco sabía como podría ayudarle a salir a delante.

Yuuki terminó suspirando. Se dio cuenta a pesar del alcohol que Ryuu se había apartado un poco y que ya no sonreía, no le preguntaba y parecía decepcionado. Sintió una pequeña punzada en su pecho. Se puso en pie e hizo una pequeña reverencia a Ryuu. Había sido bonito el tener la fantasía de poder tener un amigo.

- Enhorabuena por el trabajo Takada-san - Le dijo incorporándose otra vez y fingió una sonrisa. Era fácil fingirla - Espero que te vaya muy bien.

- Gracias - Dijo Ryuu mirándole desconcertado. Después de lo que le había dicho tampoco sabía como reaccionar.

- Ya nos veremos - Se despidió Yuuki yendo a la entrada y empezando a ponerse los zapatos otra vez. En el fondo esperaba que Ryuu le siguiera o le sujetase otra vez. Que le impidiese irse.

Pero Ryuu estaba inmóvil en el salón mirando como se iba. Por su mente solo había imágenes de Yuuki llorando, siendo acosado, tratando de salir de esa vida sin poder, hasta que finalmente se había dado por vencido y terminado así.

Cuando abrió la puerta Shunta y Ki estaban a punto de entrar en la casa. Estaban los dos riendo pegados el uno el otro. Fue Shutna el que le miró con una sonrisa mientras sujetaba una bolsa de plástico blanco en la otra mano.

- ¿A dónde vas Juri-kun? - Le muestra la bolsa sonriendo - Traemos más bebidas.

- Vuelvo ya a casa - Sonrió levemente para sorpresa de Shunta. Hizo una reverencia - Un placer haberlos conocido a todos, y gracias por invitarme a la fiesta - Sonrió otra vez. Tenía que tratarlos solo como si fuese trabajo, así estaría bien.

Shutna se hizo a un lado mirando a Ryuu, que había agachado la mirada y presionado los labios. Ki miraba a Juri con una pequeña sonrisa e hizo una reverencia también.

- Ha sido un placer conocerle Juri-kun - Le sonrió Kei.

Yuuki les sonrió a ambos y se fue hasta su casa entrando en esta. Cerró con llave y se fue hacia la cama. Cogió su móvil y le escribió al equipo de producción, para avisar de que estaba algo enfermo y que al día siguiente no iría al trabajo.

Shunta pasó dentro de la casa y se puso al lado de Ryuu, que aun no había reaccionado. Le puso una mano en el hombro preisonando los labios.

- ¡Todo bien? - Le preguntó entonces Ki sentandose en el mismo sitio de antes.

- Parece que Juri-kun estaba más dulce - Trató de animarle Shunta sonriendo.

Ryuu alzó la vista y miró a Shunta suspirando. Luego se puso en píe yendo hacia la entrada. Pero Shutna le tomó del brazo para pararle.

- ¿Qué pasa Ryuu-kun?

- No he sabido reaccionar - Le mira presionando los labios - Empezó a contarme de su vida y no he sabido ni hablar.

Shunta le miro un poco triste. Le sujetó algo más fuerte del brazo mientras él intentaba alejarse para ir tras de Yuuki.

- Sueltame, no quiero dejarle solo ahora.

- Creo que no es el mejor momento Ryuu-kun - Le susurra tratando de tranquilizarle - Se ha marchado después de todo. Pero has dado un paso muy grande si ha empezado a confiar en tí.

Ryuu le miró sacudiendo la cabeza. La forma en la que se había despedido, pensó en lo doloroso que sería para alguien despedirse así. Ryuu se sentó otra vez y cogió la cerveza de Yuuki. Les contó a sus dos amigos con lujo de detalles lo que había pasado. Lo que Yuuki le había contado y las imágenes que se estaban pasando por su cabeza. El como no había podido reaccionar de la rabia que sentía por no haberle podido proteger ese tiempo, en el rencor que tendría que sentir hacia él por haberle abandonado cuando era pequeño y sobre todo, el como debería sentirse para haberse rendido.

- Cuando sale en las películas no muestra nada de eso - Comentó Ki mientras cogía una cerveza - Creo que ya no quiero pedirle un autógrafo - Dijo sintiéndose algo mal por como le había saludado.

- La verdad que entiendo como has reaccionado. - Le contesta Shunta y que se apoya en Ki con los ojos entrecerrados - Yo tampoco sé como ayudarle. Encima sus compañeros por lo que me contaste de Riku, no se dan cuenta de como lo está pasando él. Si pone esa actitud dulce y reservada, que se deja hacer de todo con la gente del trabajo. Tiene que estar destruido.

Ryuu agachó la vista. Se sentía mucho más culpable ahora que había escuchado eso por parte de Shunta. Solo quería volver en el tiempo y no haberle dejado solo, pero sabía que eso era imposible. Su mente solo pensaba en las posibilidades de ayudarle.

Shunta parecía estar adivinando sus pensamientos y también pensaba en que aconsejarle. Mientras Ki le besaba por la espalada suspirando.

- ¿Y si le contratas en tu restaurante Shunta? - Le acaricia por la cintura sonriendo- No de cara al público, en la cocina. A lo mejor le gusta ese trabajo y a tu familia le gustará alguien tan dulce - Le besa en la mejilla - Así tu tendrás más tiempo libre.

- ¿Crees que le gustaría a Juri-kun?  - Le mira sonriendo a Ryuu - Es una buena opción. Mi familia no le va a acosar y si no le ven, tampoco le dirán nada los clientes.

- No sé si deberíamos decirle. Juri ha confiado en mi. No quiero que se enfade por haberos dicho. - Respira hondo y suspira - Pero pensaré en ello y hablaré con él.


Por otro lado Yuuki estaba en la cama mirando a través de la ventana. Se había puesto los auriculares y estaba escuchando música. Riku había leído el mensaje sobre que se encontraba mal y le llamó por teléfono.

Yuuki estaba mirando el móvil porque le había cortado la música. Suspiraba, Riku había sido amable con él, pero seguramente sería como Ryuu y también sería solo una ilusión. Contestó la llamada pensando que no le haría mal aunque era algo tarde.

- Moshi moshi.

- ¿Juri-chan? - Le contestó Riku sonriendo levemente- Me alegra oírte. ¿Estás bien? Sé que el día de hoy ha sido un día de trabajo duro. Me había gustado verte al terminar pero saliste corriendo. Lo siento por mi parte. No fue un trabajo agradable.

- Hm - Sacudió la cabeza y solto una risa algo amable - No pasa nada, es nuestro trabajo, tampoco es cuestión de quejarse ¿ne?

- Juri... - Susurra flojo y se pasa una mano por la nuca - ¿Te encuentras bien? ¿Tienes a alguien que cuide de ti mientras estas malo?

Yuuki se quedó en silencio. No tenía a nadie que cuidase de él pero tampoco estaba malo realmente. No sabía muy bien que contestar.

- Si quieres puedo ir y llevarte algo de comer. - Le contesta mientras entraba en un konbini - También podríamos jugar a algún juego.

- Ri-kun - Dijo al teléfono suspirando - En verdad no estoy enfermo. Solo, que no me encuentro bien.

Era la primera vez que Riku le escuchaba suspirar, o admitir que algo no estaba bien. Era algo nuevo y parecía que hasta era vulnerable.

- ¿Quieres compañía? - Preguntó entonces dentro de la tienda - Ya sabes, quiero que seamos amigos. Y sabes que soy cariñoso contigo.

- Lo siento Ri-kun. Necesito estar solo - Sonríe levemente y mira al móvil - Después del trabajo, si quieres vayamos a cenar el próximo día.

- ¿Es una cita? - Sonrió Riku y se pasó una mano por la nuca algo sonrojado.

- Claro - Asintió una sola vez Yuuki y colgó el móvil.

Riku sonrió satisfecho. Hacía ya un tiempo que estaba encandilado con Juri. Trataba de trabajar con él y hacerle disfrutar en cada escena. Para él, cuando trabajaba con Juri no era un trabajo, era hacer el amor y por eso jamás le suponía un esfuerzo. Podía cumplir todas sus fantasías en el trabajo siempre que fuesen compañeros. Solo le faltaba el poder cuidar de él, y ahora tendría esa oportunidad.


Ryuu se levantó al día siguiente en su casa. Tenía algo de dolor de cabeza por la bebida de la noche anterior. Ni si quiera se había desvestido para meterse en la cama y quedarse dormido. Pasó una mano por su nuca suspirando.

Abrió los ojos mirando a la casa y de repente pensó en Yuuki. Se levantó y fue al baño a cambiarse de ropa y darse una ducha. Ni por un minuto se borraba la imagen de Yuuki yéndose con esa sonrisa triste. Sabía que debía hacer algo por Yuuki, aunque todavía no sabía que.

Se arregló y salio de la casa para ir a la casa de Yuuki. Había preparado un desayuno con bacón y huevos revueltos, también unas tortitas con mermelada de fresa, un desayuno completo americano. Estaba tratando de pedirle perdón a Yuuki con ese desayuno, y tratar de cuidar de él algo, aunque, su trabajo sabía que era un problema para los dos. Llamó a la puerta y esperó fuera.

Yuuki se despertó con los golpes en la puerta sacudiendo la cabeza. Se paso la mano por la nuca saliendo de la cama. Llevaba unos shorts rosas, una sudadera rosa también, que le venía algo grande, le cubría las manos y dejaba a la vista las claviculas de sus hombros, y unos calcetines blancos algo anchos, caídos. Fue hasta la puerta y la abrió aun con los ojos entrecerrados y el pelo alborotado.

Esa primera imagen de Yuuki hizo que el corazón de Ryuu se parase. Era realmente bello, recién despierto, con su cara de sueño y pasando el puño de la sudadera por los ojos. Tuvo unas ganas terribles de besarle en ese mismo momento. Aunque logró contenerse. Tragó algo de saliva y trató de controlar sus mejillas sonrojadas con la bandeja del desayuno.

- ¿Takada-san? -Susurró con un hilo de voz dulce ensoñiscado.

- Yuuki - Susurra y le muestra la comida algo tembloroso. Notó como la garganta se le había secado con esa imagen tan inocente y seductora al mismo tiempo - ¿Qu-quieres.... que desayunemos juntos?

- Um - Asintió despacio pasando el puño por la cara para despejarse- ¿Quieres pasar ? - Se hizo a un lado dejándole paso al contrario.

Ryuu pasó con una pequeña reverencia. Se quitó los zapatos en la entrada y miró por los rincones de la casa. No sabía como lo hacía pero estaba todo realmente limpio. Yuuki cerró la puerta tras de Ryuu y entró por la casa otra vez yendo hacia la parte de la cocina.

- ¿Qué te apetece desayunar Takada-san? - Se puso de puntillas apoyándose sobre la encimera, la sudadera se levantó un poco y dejaba a la vista parte de su espalda y los shorts ajustados a su trasero.

"¿Cómo es posible que sea tan seductor?". Se dijo a si mismo Ryuu mientras volvía a tragar saliva de forma algo sonora. Le había hecho una pregunta, pero apenas la había escuchado.

- ¿Takada-san? - Repitió cuando había cogido ya dos tazas de color rosa.

- Ah... - Ryuu sacudió la cabeza hacia los lados tratando de volver en si - Había traído un desayuno americano para los dos - Puso la bandeja en la mesa y colocó el desayuno en el centro para compartir los dos.

Después de haberlo colocado el desayuno se sentó en un cojín frente a la comida. Había traído hasta sus propios cubiertos para no darle trabajo a Yuuki, que se giró con un pequeño bostezo y se sentó frente a Ryuu a la mesa.

- Vaya, gracias por la comida Takada-san - Le sonríe de forma dulce como si fuese un compañero de trabajo más. Igualmente, para él, era más sencillo así. No le ahuyentaría, no tendría miedo y tampoco tendría que afrontar la realidad de que no era feliz. Se puso el pelo tras la oreja y miró hacia la comida.

- No tienes que dar las gracias Yuuki - Le miró sonriendo levemente, aunque se estaba dando cuenta de que estaba fingiendo esa dulzura y le trataba igual que a Riku, lo que le hizo fruncir el ceño - Oye, disculpa por lo que pasó anoche Yuuki. No supe reaccionar, pero, no quiero que cambies tu forma de ser conmigo. Buscaremos la forma de que se solucione todo.

Yuuki se encogió levemente de hombros dedicando una pequeña sonrisa. Cogió uno de los tenedores y se llevó a la boca un trozo de tortita con los ojos entrecerrados.

- Deliciosa - Sonrió otra vez mientras comía el resto de la tortita.

Ryuu se daba cuenta de que estaba fingiendo. Era un Yuuki completamente distinto, parecía dulce, amable y cariñoso. Pero la realidad, era que todo eso estaba vacío. Se daba cuenta de que, había sido él quién había provocado esa situación. Que había tratado de acercarse a él y que en el último momento había dado marcha atrás a toda velocidad.

- Gracias - Le contestó de forma seca mirando la comida - Yuuki, no tienes que portarte así conmigo. Me empezaba a gustar tu mal humor y tu contestaciones cortantes - Le contestó Ryuu sonriendo - Vamos, este no es el auténtico Yuuki.

- ¿Cuál es el auténtico Yuuki para ti Takada-san? - Le sonrió y luego bajó la mirada- Está el Yuuki de cuando eramos pequeños. Al que protegías, al que querías y que murió lentamente cuando te fuiste. El Yuuki que en verdad es Juri. Acepta todo lo que le hagan y nunca pierde su sonrisa, su inocencia y jamás se queja de nada. Está el Yuuki distante, frío, que no se acerca a nadie y que no tiene amigos, esperanzas o sueños, una cosa sin nombre que acepta su situación. ¿Qué Yuuki prefieres Takada-san? ¿Yuuki, Juri o Sin Nombre?

Ryuu se quedó mirando a los ojos del contrario durante un par de segundos sin pestañear. Se podía ver algo de tristeza y desesperación en sus ojos a pesar de la tranquilidad con la que había hablado. Yuuki miró otra vez abajo y siguió comiendo de su desayuno como si esa conversación no hubiese tenido lugar.

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