jueves, 19 de marzo de 2020

FANFIC BTS: LA LLAMA DE TU ALMA - CAP 3


Salí del baño y tú ya estabas acostado en la cama mirándo hacia la puerta, parecías estar esperando a que saliese del baño. Te vi muy serio, aunque no fuésemos tan amigos como antes, no solías estar tan serio. Pero tampoco tenía derecho a preguntarte que era lo que te pasaba.

-          ¿Luego podemos comer juntos? Hace mucho que no estamos a solas los dos – Me preguntaste sentándote en la cama.

Me quedé mirándote durante un par de segundos. La verdad es que en todo el tiempo yo no estaba seguro de si quería estar a solas contigo otra vez o no. Supongo que trataba de olvidar lo que sentía por ti.

-          No lo sé.
-          Vamos, tienes que comer y yo tengo que comer. – Me sonreíste levemente. – Podemos ser amigos como lo éramos antes.

Presioné los labios y cogí una toalla que usaba en el gimnasio y una cinta de pelo. Me encogí de hombros y abrí la puerta de la habitación.

-          Si cuando me de hambre te veo, podemos comer juntos.

Salí de la habitación bastante irritado. Bajé por las escaleras, pues ni si quiera estaba lo suficientemente tranquilo como para esperar al ascensor. No entendía porque siempre dejaba que fuese el quién decidiera lo que éramos. Amigos, mejores amigos, novios, nada, y ahora otra vez amigos. Me estaba dejando controlar por su sonrisa siempre, y por eso ahora estaba como estaba.

Me subí a la cinta de correr y marqué un ritmo algo rápido, me puse mis auriculares y mientras escuchaba música traté de quemar todos los nervios que ese encuentro me había generado.

Estuve unos 45 minutos corriendo, y con el cabreo que llevaba ni si quiera me había dado cuenta de lo agotado que estaba hasta que terminó el tiempo. Me sequé el sudor que caía por mi cuerpo, pensé que me había pasado un poco. Sentía como si todo mi cuerpo estuviese hecho de plomo, pero ahora ya no pensaba en ti otra vez de la misma forma.

Subí por el ascensor hasta nuestra habitación, apenas eran las 8 de la mañana. Tenía pensado darme una ducha y pasearme por las calles para evitarte y así no tener que comer contigo. Además, lo bueno de las giras es que visitas sitios nuevos y puedo descubrir sitios. Pensaba llevarme mi cuaderno de dibujo conmigo.

Al entrar a la habitación te vi en la cama dormido. Traté de no hacer ruido y me fui directamente a la ducha. Fue una ducha rápida, solo hice de ruido el que hacía el agua al caer al suelo y por mi cuerpo. Sentía alivio cuando el agua caliente golpeaba por mi cuerpo. Me puse un gorro, una camiseta ancha y unos vaqueros antes de salir del baño, solo me faltaban mis zapatos. En la habitación cogí una mochila con mi bloc de dibujo, los auriculares, mi móvil y la cartera. Me puse unas botas marrones y fui hacia la puerta.

No te despertaste en ningún momento. Me fui directamente a las calles con los auriculares puestos y llegué a un parque. Allí pasé un par de horas dibujando el paisaje de los árboles que veía. El móvil había sonado un par de veces, los otros miembros estaban enviándome mensajes para saber dónde estaba, pero no me apetecía contestarles en ese momento.

Eran las doce y media del mediodía cuándo pusiste una mano sobre mi hombro. Al notar esa mano giré mi cabeza, me sorprendió mucho verte en ese lugar. Me quité los auriculares y dejé mi lápiz de dibujo dentro de la mochila.

-          ¿Qué haces aquí Hyung? – Traté de ser amable, como cada vez que estábamos en público.
-          Pues he venido a buscarte porque íbamos a comer juntos.

Me pasé una mano por la cabeza. Me quité el gorro que cubría mi pelo, lo alboroté un poco y volví a ponérmelo.

-          ¿Cómo me has encontrado?
-          Bueno, supuse que tratarías de huir de mí como llevas haciendo estos dos meses, así que te metí mi móvil en la mochila con el gps y desde el hotel lo he rastrado. – Señaló mi mochila y yo metí la mano en esta y saqué su móvil – La verdad es que ha sido una suerte que no te hayas movido, sino, tendría que haber ido al hotel otra vez para volver a localizarte. – Soltó una pequeña risa.
-          No me hace ninguna gracia.

Le devolví su móvil y guardé los auriculares en la mochila otra vez. Tú te fijaste en el dibujo que estaba haciendo y cogiste mi cuaderno sin permiso. Yo me puse en pie y traté de quitarte el cuaderno de las manos, pero me esquivaste y me diste la espalda mientras mirabas mi último dibujo.

-          Es muy bonito Jimin – Se puso a pasar las hojas hacia atrás mientras veía mis dibujos – Hacía mucho que no veía tus dibujos. – Pasabas hoja tras hoja mientras miraba los dibujos.
-          ¡YOONGI TE HE DICHO QUE ME LO DEVUELVAS! – Grité algo malhumorado. Pero no pude quitártelo antes de que vieras el dibujo que tenía de nosotros dos.

Hacía un tiempo, cuando aún estábamos juntos había hecho un dibujo de nosotros dos sentados en un parque, escuchando música cada uno con un auricular mientras nos mirábamos. Tenía pensado regalártelo, pero no me dio tiempo a dártelo hasta que habías empezado a salir con esa Zira.

-          Es muy bonito Jiminsi – Me sonreíste de forma tierna.

Pero yo te quité el cuaderno de las manos mostrando los colmillos cabreado.

-          ¡No tenías ningún derecho a ver mis dibujos si te he dicho que no los veas! – Te terminé alzando la voz sin darme cuenta. Guardé la libreta en la mochila y terminé de recoger lo que tenía por el suelo hasta que habías llegado.

-          Lo siento – Dijiste mientras sonreías y me abrazaste por la espalda. – Perdoname.
-          Como quieras – Te gruñí de mal humor.
-          Deja que te invite a comer y así nos ponemos al día. Que vivimos juntos pero apenas sé nada de ti últimamente.
-          Pero me vas a invitar a algún sitio muy caro de comer – Me colgué mi mochila al hombro y te miré con una cara de pocos amigos.
-          Está bien.

Los dos nos pusimos a andar el uno al lado del otro. Yo no te dirigía la palabra a pesar de que tú insistías en sacar tema de conversación. Recuerdo que no te contesté a nada, me estaba limitando a ignorarte.

Finalmente llegamos a un restaurante de barbacoa. No parecía muy moderno o popular, pero te paraste ahí y la verdad, el olor de la comida hizo que mi estómago rugiese.

-          A tu estómago parece que le gusta este lugar.
-          Vas a pagar tú – Me encogí de hombros, fue la primera frase que te dije durante todo el camino. Entré al restaurante y esperé al lado de la puerta a que tú pasases. Fuiste tras de mi con un pequeño suspiro.

Nos atendió un hombre muy amable que aparentaba unos cuarenta y pico años. Los dos nos sentamos en un tatami, parecía un restaurante estilo japonés. Te pusiste frente a mí de rodillas en el suelo y entre los dos una mesa de madera. Apoyaste los codos sobre la mesa de madera y sonreías otra vez de esa forma que me gustaba, aunque había algo oscuro en ti. Se notaba que la estabas forzando.

-          ¿Qué es lo que quieres contarme? – Le miré alzando una ceja, a decir verdad, siempre he sido bastante intuitivo.
-          Te echo de menos – Me dijiste mientras sonreías.
-          No me lo creo – Sacudí la cabeza a los lados y me crucé de brazos – Ve al grano o me voy.
-          La cagué dejando que te alejaras de mí por Zira – Suspiraste mientras me mirabas – No quiero seguir con ella, no es como yo pensaba que era. No siento lo que yo pensaba que sentía.
-          Pues termina con ella – Me encogí de hombros mientras esperaba la comida. – No es tan difícil, empieza a salir con otra persona y bésala delante de ella. Verás que así termina todo.

Me miraste dolido. Guardaste silencio durante unos cuantos minutos, supongo que de verdad te había dolido que te restregase por a cara lo que me hiciste a mí. Pero si tengo que confesar algo, seguro que no fue ni la mitad de doloroso que vivir ese suceso, y tener que hacer como si no hubiese pasado nada durante los siguientes días. Por eso no me arrepentí ni un segundo de lo que te dije y me quedé mirándote a los ojos.

-          No estuvo bien lo que hice contigo – Volviste a suspirar y me apartaste la mirada. Esta vez agachaste la cabeza y te pusiste las dos manos en el cuello – Eres la persona a la que más quiero, pero, eres un hombre. No podemos estar juntos por mucho que nos queramos.
-          ¿Quién dice que yo te sigo queriendo o que quiero estar contigo? Con alguien tan cobarde como tú – Di un golpe en la mesa al mismo tiempo que estaba hablando. Sin darme cuenta se me saltó una lágrima mientras hablábamos.

Me miraste algo sobre saltado, hasta te echaste hacia atrás. Yo me llevé una mano hacia la mejilla donde estaba notando la lágrima. Gruñí y cogí mi mochila saliendo otra vez del restaurante. Oí como me llamabas para que volviese.

Creo que jamás entendiste lo que tú eras para mí. Lo que yo quería que fuésemos y lo utilizado que me sentí cuando me dejaste. Volví al hotel y me crucé con Namjoon en la puerta.

-          ¿Dónde has estado todo el día? – Me dijo con un tono algo preocupado – Te he estado llamando y escribiendo durante horas. – Parecía que estaba regañándome, pero entonces me miró a la cara. Yo en ese momento era incapaz de fingir mi sonrisa de siempre. – Eh eh, no pasa nada, ¿sí? – Me abrazó contra su pecho y yo me abracé a él.

Comencé a llorar pegado a él, que me guio hasta el ascensor sin soltarme y luego me llevó hasta mi habitación. Una vez dentro me llevó hasta que me senté en la cama. Estaba algo nervioso, era la primera vez que me veía en esa situación y justo antes de un concierto. Creo que no sabía que decir para consolarme, aunque tampoco le dije que era lo que me pasaba. Así que solo se quedó abrazándome durante unos minutos hasta que yo me tranquilicé.

-          ¿Estás mejor?
Yo solo asentí a modo de respuesta y me quité el gorro de la cabeza. Dejé por fin la mochila en el suelo y me estiré recostándome sobre la cama.
-          ¿Has desayunado? ¿Has comido? – Me preguntó algo preocupado.
Yo me quedé mirándole durante un segundo. No sabía que tenía que contestar ante eso, la verdad que Yoongi había hecho que perdiese otra vez todo el apetito.
-          Sí, estoy bien – Asentí una sola vez y le sonreí levemente.
-          No parece que estés bien, llevas ya unos meses algo ausente en el grupo. ¿Estás pensando en dejarlo?
-          No, no – Sacudí la cabeza a los lados y después pasé la mano por el pelo algo frustrado – Es algo que no te puedo contar, es sobre alguien a quién no me puedo acercar, pero quiero hacerlo.
-          Por mucho que quieras, si no puedes – Me puso una mano en la espalda y terminó sonriendo con algo de cautela – Tienes que aceptar tu destino.
Era cierto. Tenía que aceptar que no podía volver a estar contigo de una vez, que lo que pasó entre tú y yo fue solo eso, algo de unos meses, aunque yo seguía amándote.
-          Tenemos que ir al ensayo antes del concierto.
-          Sí, me cambio y voy. Tengo que cargar también mis maletas ¿verdad? Esta noche vamos a otro hotel.
-          ¿Quieres que te ayude?
-          No te preocupes, ya lo hago yo y así voy directo al ensayo. ¿Yoongi ya se llevó las suyas?
-          Que bah, me pidió que me las llevara yo.
-          Que vago es – Reí levemente. Pero gracias a dios ya no me iba a cruzar contigo hasta que tuviéramos que subirnos al escenario. En esos momentos creo que si te hubiese visto otra vez, no hubiese sido capaz de subirme al escenario.

Después de despedirme de Namjoon fui hasta las maletas y empecé a recoger las mías. Llevaba dos maletas y una mochila, creo que iba algo cargado cuando iba de gira, pero no me importaba. Salí de la habitación y fui hasta el autobús del grupo. Metí las dos maletas en él y luego me monté en él, dentro ya estaban todos los miembros, incluido tú.

Me senté en el sitio de siempre y tú te pusiste a mi lado. Realmente no me apetecía nada hablar contigo, pero por desgracia yo soy leal y no iba a dejar que se notara que había algo diferente entre tú y yo.

-          Te he traído algo de comida Jiminsi – Me besaste en la mejilla.

En ese momento, juro que te hubiese pegado un bofetón. Me quedé callado durante un segundo y cogí la comida con una pequeña sonrisa.

-          Gracias Hyung, pero tengo el estómago cerrado. Me crucé con un hijo de puta que me ha hecho daño y ando algo distraído.
-          ¿Estás bien Jimin? – Interrumpió entonces Hoseok entrando en escena.
-          Sí estoy bien. No te preocupes que lo voy a dar todo en el escenario como siempre – Levanté el dedo pulgar sonriéndole.
-          Últimamente es que no lo estás dando todo. Si tienes algún problema deberías solucionarlo antes del concierto – Interrumpe entonces Jungkook entrando en escena – O eso es lo que yo haría.
-          Vamos Kookie, tienes que descansar antes de seguir hablando – Jin le cogió de la oreja y lo llevo hasta su asiento en el autobús.
-          Gracias Jin – Solté una pequeña risa y después miré a Hoseok- Gracias a todos por preocuparos por mí, pero está todo bien.

Llegamos al escenario. Estuvimos con el ensayo general y con la repartición de los backstage. Después del ensayo sí fui a la parte del buffet y comí algo. No gran cosa, pero había cerdo a la barbacoa del que no había traído Yoongi y me apetecía comerlo. Podía ver mientras comía como Hoseok estaba dando saltos de un lado a otro, siempre se ponía nervioso antes de subir a un escenario.

Tae estaba sentado a un lado mientras miraba a Hoseok sonriendo emocionado. Jin estaba haciéndose algunas selfies con el móvil, que más que nada eran para comprobar que su peinado y maquillaje estaban como él quería. Jungkook se acercó a mí y me pasó una mano por los hombros.

-          Jiminsi ¿estás mejor?
-          Si, te dije antes que estaba bien no te preocupes – Comí de mi plato mientras él me miraba.
-          No comas mucho que luego coges peso.

El mejor comentario que me podía soltar en el mejor momento. Suspiré y dejé el plato después de haber dado solo un par de bocados.

-          Eres un super héroe jungkook. Te tendríamos que poner un bozal y que solo hablases cuando no fueses a cagarla – Apareciste por detrás de nosotros y apartaste a Jungkook de mí. – Jin, llévate a Kooki y tengo vigilado un rato.
-          Oye que no soy un perro, además lo digo por…

No pudo decir nada más porque le tapaste la boca. Creo que ese día yo estaba preocupándoos a todos, pero en verdad era culpa tuya. Bueno también culpa mía por no saber bien gestionar lo que sentía.
Jin llegó a su lado y cogió al maknae de la oreja tirándole hacia los asientos.

-          Vamos Kookie.

Tú te quedaste mirando el plato y lo cogiste de la mesa de dónde lo había dejado. Cogiste también uno de los cubiertos, cogiste algo de comida y me lo acercaste a la boca.

-          Venga no hagas que te tape la nariz y te obligue a comer – Gruñó y entonces abrí la boca para comer lo que estaba dándome.
Hoseok se nos quedó mirando algo extrañado, pero no le di importancia. Mi mente estaba a punto de colapsar por culpa tuya, pero tú no parecías darte cuenta. Te acercaste a mi oído susurrando.
-          He dejado a Zira. Me gustaría que lo intentásemos otra vez, te prometo que poco a poco se lo iremos diciendo a todos que estamos juntos.

Te separaste y te miré nervioso. Me puse en pie y empecé a andar de un lado a otro. Parecía que te hubieses propuesto que yo no pudiese salir al escenario.

-          ¿Jimin? – Dijiste cuando me estaba moviendo de un lado a otro - ¿Te encuentras bien?
-          Estoy nervioso, creo que voy a vomitar – Respiraba hondo cerrando los ojos.

Hoseok fue el primero en acercarse para abrazarme, el estadio estaba casi lleno por completo, y yo me aferraba a Hoseok nervioso. Jin también se acercó a mí, también me abracé a él. Pero al poco me aparté, tenía que hacerme a la idea de que tenía que salir al escenario.

-          Tio, si es por lo que te he dicho de la comida no te rayes, que tú estás precioso siempre.
-          Jungkook no intentes arreglarlo que no lo haces bien – Contestó entonces Hoseok mientras se reía – Venga Jimin, vamos a salir y vamos a hacerlo genial, como siempre, porque somos los mejores. Porque soy genial.

No sé cómo lo hice pero finalmente salí al escenario. Conseguí controlar los nervios a pesar de que hubo un par de fallos en las posiciones. Pero no podía hacer nada al respecto, después de todo, era nuestro concierto.

El concierto se me hizo más largo de lo normal. No hubo ningún momento en el que se me notasen las dudas o en el que yo me achantase, pero no lo disfruté tanto como debería. Sentí que estaba traicionando la confianza que todos mis fans habían estado depositando en mí.

Cuándo terminó el concierto me volví al Backstage sin decir ni una sola palabra al resto de los miembros. Empecé a recoger mis cosas en silencio y me fui directamente al autobús. Tendríamos que hacer un pequeño viaje hasta el siguiente emplazamiento. Me puse los auriculares, me senté en el sitio de siempre y me quedé mirando por la ventana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario