domingo, 20 de octubre de 2013

Susurro del Viento.

Gritos y gritos desde un frente tormentoso que parece traer a un mar cada vez más picado. Me encuentro en casa desde que tengo uso de razón, pero día a día esto parece ser más un zoológico donde no puede haber la más mínima chispa de silencio. El mótivo, esta vez un ordenador, pero la cosa parece que no va a coger tanta importancia como las películas.
Yo estoy cansado de siempre estar aguantando gritos y más gritos, así que pongo mi música de ordenador a tope por los cascos y cojo un pincel para ponerme a pintar el cuadro  "Los sacrificios humanos de Alicia" con la canción de "Boss Death" que me transporta a un mundo de tranquilidad y placer, mientras mi pincel se desliza por el papel mojado dejando rastros de pintura negra.
Al rato paro la música y me doy cuenta de que los gritos de terror ya han desaparecido, es entonces cuando me traspaso a la cama para descansar tranquilo, pero en el momento en que se cierran mis ojos me teletransporto a un mundo mágico, todo está lleno de nubes y todo adquiere un dulce color rosa. Miro a todos los lados pensando en como sin moverme de la cama derrepente estaba allí y sin poder volver, entonces comienzo a andar hasta encontrarme con una figura alta y esbelta que parecía estar esperandome.
-Hola pequeño...-Me dijo con una suave y tranquila voz incitandome a acercarme.
Yo sigo acercandome sin mutar palabra atraido por ese sueño en el que me encontraba inmerso, observando su cabello rubío y odulado, sus perfectos ojos marrones a juego con una piel tostada y sus carnosos labios que parecían moldearse con el viento que salía de su boca.
-No tengas miedo, estoy aquí para cuidarte...-Siguio diciendo incitandome nuevamente.
-N...no tengo miedo- declaré por fin.
-Eso es bueno...-Sonrie y me tiende la mano, pero ¿por qué me tiende la mano? -Te tiendo la mano para que la tomes pequeño...
-¿Cómo sabías lo que pensaba?...
-Es tu sueño... estoy dentro de tu mente... lo sé todo ahora mismo...-sonrie y se acerca él hasta mi.
Me quedo paralizado  mientras me coge la mano y la pone en su pecho.
-Yo también estoy vivo... y soy real, o almenos tanto como tu -se acerca hasta susurrarlo en mi oído
Ambos comenzamos a andar por mi genial sueño y a mantener una seria conversación sobre mi, sobre a que instituto voy, mis amigos, que clases tenía y un poco de todo.
Al día siguiente desperté en mi cama sin poderme despedir de él y maldiciéndo al despertador por arrancarme de golpe de mi sueño. Me puse en pie y lo que primero escuche, además de la alarma de mi despertador, fueron los gritos de mi padre diciendome que apagara ese despertador, mientras, yo para mis adentros pensaba que no tenía que haberlo puesto y así aun seguiría con ... Todavía no sabía su nombre... pero daba igual.
Fuí al instituto tras prepararme para aceptar un día monotono y a la vez deprimente. Cuando llegué estaba solo en un rincon sin nadie que se acercara y aquien poder contarle mi maravilloso sueño. Derrepente pensé y llame a mi novio con mi móvil, él estaba en el metro para irse al instituto y lo contestó de mala manera, asique no tardé mucho en colgar el telefono y irme hacia clase. Una vez dentro de clase, y aun a pesar de haber llegado un poco tarde, tenía un sitio marcado y apartado, donde siempre me sentaba a "estudiar".
Pasé toda la mañana de forma solitaria apartado de todo el mundo y esperando poder volver a casa para hablar con alguién. Pero cuando regresé no había todavía nadie salvo mi familia gritando, asique puse mis cascos y me eché en la cama.
Derrepente vi ante mi como se abrián unas grandes puertas que llevaban a la ciudad donde estaba mi instituto, pero en sus calles no había nadie, parecían las calles de una ciudad tras una gran catastrofe nuclear. Empecé a caminar en busca de él, si, de él, me refiero al chico de mis sueños, porque era la primera vez que estaba soñando y sabía perfectamente lo que quería que pasara, y como deseo de palabras no dichas apareció ante mi aquel extraño de ojos marrones.
-Hola...
-Hola pequeño...
-Te he estado esperando todo él día...
-Ya lo sé, al igual que yo a tí... Pero no te preocupes, nos queda poco para conocernos tú y yo nos conoceremos dentro de poco...
-¿Cómo de poco?... necesito conocerte ya... Dime tu nombre...
-No puedo, eso iría contra las normas, además, te tienes que despertar...
En ese momento lo único que recuerdo es ver mis parpados cerrados y sentir algo punzante en mi cara. Abrí los ojos y vi a mi madre después de haberme despertado con una bofetada diciendome que no era quién para estar dormido y que me pusiese hacer algo de probecho. Me levanté y me puse a estudiar mientras que seguía pensando en ese chico...¿Cómo sabría que me iba a despertar?...¿Existirá de verdad?¿Nos conoceremos pronto? Mi cabeza estaba llena de preguntas que estaba deseando poderle hacer, preguntas que para hacerle tendría que dormir, pero es algo que no podría hacer ahora hasta la noche.
Veía como pasaban las horas en el reloj y como cada minuto se hacia eterno entre gritos y más gritos. Derrepente sonaron las 10 en el reloj y decidí irme a dormir por lo pronto, cuando derrepente sonó mi móvil, era mi novio pidiendome perdón por lo de esta mañana, yo le dí las gracias y pronto decidí que aun así queria irme a dormir. Colgué el telefono y me tape con las mantas para dormir sin poner el despertador.
Otra vez vi acercarse a ese maravilloso chico. Nos encontrabamos otra vez en las calles de mi ciudad paseando cogidos de la mano y riendo juntos. Él me acariciaba y yo le acariciaba, ambos nos abrazabamos y derrepente nos besamos en un instante que no fue lo suficiente largo.
-Lo siento pequeño... ahora vas a despertar...
-Un momento... dime, ¿existes en verdad?...
-Claro que sí... queda poco para conocernos... adios...
Volví a despertar, eran las 10 de la mañana y yo no había ido al instituto, aunque tampoco me apetecía. Asique decidí quedarme y estudiar. Cuando se hizo por la tarde, una tarde sonora y llena de gritos, me encaminé a la biblioteca con algo de dinero. Cuando llegué aun no estaba abierta y me puse regret message mientras dejaba que mi imaginación volase al lado de la playa. Derrepente oí su voz, su voz que provenía de ningún lugar y que sonaba dulce como si se tratara de un susurro del viento.
-...¿Esta tarde no duermes?...
-No....
-... Hablaremos esta noche...
-¡Espera! - de la emoción no me di cuenta y me había puesto de pie.
-¿Qué quieres?...
-¿Cómo estamos hablando?
-Pronto lo sabrás... 
En ese momento me giré y observe como había un circulo de gente a mi alrededor riendose de mi. Ellos no lo podrían oir, fue lo que pensé, al poco tiempo abrió la biblioteca y me fui a estudiar a su interior.
Había estado estudiando toda la tarde y hasta las 2 de la madrugada en mi casa, asique me fuí a dormir. El cambio de esa noche fue que él no apareció en mis sueños.
Cuando desperté no quise ir al instituto asique cogí un somnifero de mis padres y me volví a acostar. Esta vez el si apareció en mis sueños, estaba en pie delante mia con una sonrisa.
-Hola otra vez.... ¿tú no tenías un examen?
-Me da igual el examen...¿Por qué antes no estubiste para estar conmigo?
-Porque estabas ocupado repasando ...
-Pe...pero....
-Pero nada...
-¿Cómo sabes lo qué hago?¿Cómo pudimos hablar ayer por la tarde?
-Bueno... digamos que puedo entrar y salir de tu mente cuando quiera...
-¿Quéda mucho para que nos conozcamos...?
-No mucho...
-¿Puedo saber tu nombre?
-Aun no, es más, ahora vas a despertar...
Sonó  él móvil y me desperté. Era mi padre, mi profesor de química había llamado preguntando porqué había faltado al examen.Yo le dije que no me encontraba bien y que me había quedado descansando, a lo que respondió con más y más gritos... Esta situación empezaba a poder conmigo.
Otra vez pasé el día mirando a la pantalla del televisor viendo los dibujos, pero a las dos horas no pude aguantar más y me tomé otro somnifero para verle.
-Tús sueños últimamente son muy irregulares ¿no?
-Esque me gusta estar contigo ... es el único momento en que soy féliz...
-Podrías hacer que eso fuera perpetuo...
-¿Cómo?...
-Mañana será él día en que noz conozcamos...
Me desperté con otra bofetada, mi madre ahora me regañaba por dormir tanto. Ella no entendía que era él único momento en el que se dibujaba una sonrisa en mi boca, desde hacía ya 2 años, desde la muerte de Eduardo,si, Eduardo, después de tanto tiempo sin nombrarlo ahora aparecía en mi mente. Eduardo era el primer chico que entró en mi corazón, el que pasará lo que pasara estaba ahí a pesar de la distacia. Sin embargo, después de dos meses dejé de saber nada de él... y al mes siguiente decidí ir a verlo a su dirección. 
Durante el viaje pensaba en odiarlo porque no se había atreviso a dejarme, sin nisiquiera una explicación, pero desupes todo se terminó e una simple frase. Cuando llegué a la puerta de su casa me enteré que llevaba tres meses muerto.
No, desde entonces no tuve valor para sonreir y ahora quiero conocer a ese chico que está en mi mente y del que no puedo olvidarme. 
Así pasé la noche entera sin dormir, nervioso por ocnocerlo por la mañana, pero al salir el sol él no estaba en ningún rincon. Decidí faltar al instituto aunque sirviera de poco, él no se mostróp en ningún sitio hasta que llegadas las 12 de la madrugada, con lágrimas cristalinas pasando por mis pálidas mejillas cogí el bote de somniferos y comencé a tomarlos, deseando alcanzar una felicidad inexistente en el mundo.
Ahora si, estaba dormido. Notaba a mi alrededor un rosado paraiso, notaba que giraba sobre mi mismo, y aun sin abrir los ojos, sabía que él estaba ahí.
-Hola pequeño...
Es entonces cuando abro los ojos y comienzo a sonreir y llorar al mismo tiempo.
-Iiota... ya... ya no me cerás nunca.
-Pequeño... nunca te tuve tan cerca...
-No... eso no es cierto, mi cuerpo muere... y a mi no me importa quedarme en la nada si puedo verte a cada segundo.
-Pequeño... yo soy la nada... dame tu mano...
-Quiero saber tu nombre...
-¿Aun no lo sabes? - me tomó de la cabeza y besó mi frente- Soy tu Edu...
-Eduardo...
-Me tengo que marchar...
-.E...Eduardo... quiero irme contigo...
-Vamos....
Los dos nos cogimos de la mano y comenzamos a andar hasta la puesta de sol mientras nuestros cuerpos se fundían con una luz anaranjada que parecía transportarnos.

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