Por la mañana temprano, a las siete de la mañana, sonó la alarma del despertador que tenía puesta Lucas en la habitación haciendo que Leo se despertara. Con el pelo algo alborotado, los ojos entrecerrados, algo rojos, mostrando signos de lo mala que había sido la noche para él.
Se incorporó en la cama y se sentó en esta. Con una mano cansada describió un movimiento circular sobre el lado de Lucas. No había vuelto en toda la noche. Leo terminó con un sonoro suspiro y se fue hacia el armario, dónde sacó una sudadera y unos pantalones deportivos que le venían algo grandes. Colgó la ropa de su brazo y se coló en el baño de la habitación.
Supuso, que una buena ducha le ayudaría a sacar todos esos pensamientos confusos que le estaban taladrando la cabeza.
<<¿Qué habrá hecho Lucas durante toda la noche? ¿Se habrá acostado con él? Él es muy atractivo... Él es más atractivo que yo>>.
Ahora se sentía muchísimo más insignificante que antes. Lucas aun no había aparecido. Se quitó toda la ropa y se metió en la ducha. Abrió el agua caliente y trató de dejar que el agua se llevara esos pensamientos negativos.
Después de una corta, pero necesitada ducha, se puso sus pantalones de deporte, su sudadera y se fue hacia la cocina. Sus pasos eran pesados, aunque el agua caliente le había relajado bastante, aun se se sentía pesado, dolorido.
En la cocina, miró por la nevera y cogió un par de naranjas para hacerse un zumo. Supuso que si se mantenía ocupado, no estaría pensando todo el tiempo en Lucas, y en lo que sentía por él, pues ya había aceptado que estaba enamorado de él.
Cuando estaba exprimiendo las naranjas, recordó, que aun no había revisado el móvil. Quizás eso era algo importante ahora mismo, a lo mejor Lucas le decía porque no había podido ir a casa por la noche.
Dejó el zumo simplemente a mitad, y se fue corriendo a la habitación riendo algo nervioso. Vió como la luz de su móvil parpadeaba informando de que había recibido un mensaje. Dió un salto contento y se tiró sobre la cama cogiendo el móvil. Su sonrisa se había vuelto más amplia.
<<Seguro que es de Lucas>>.
Sonrió aún más cuando vió que así era, que el mensaje era de su novio. Le gustaba pensar que eran novios, aunque era lo primero que le iba a preguntar cuando lo viera ese día. Abrió el mensaje, y entonces, todo cambió.
Su sonrisa desapareció. Los pensamientos negativos habían vuelto a su mente. Todo era ahora cierto, Lucas había pasado la noche con Yusuke, y, no contento con eso, le había enviado una foto para hacérselo saber.
- Es más atractivo que yo, después de todo.
Lucas se levantó con una leve molestia en la cabeza. Se pasó una mano por la frente mientras Yusuke estaba aun abrazado a él dormido.
- ¿Qué pasó anoche? - Dijó en voz algo alta mientras movía un poco a Yusuke por el hombro tratando de despertarlo.
- ¿Qué dices? - Susurró Yusuke mientras se movía hacia su perfil dándole la espalda aun acostado en la cama.
- ¿Qué pasó anoche Yusuke? ¿No haríamos nada no?- Se miró a si mismo comprobando que tenía toda la ropa puesta y suspiró aliviado.
- Solo nos besamos - Señala el móvil y cierra los ojos tratando de dormirse- Creo que tienes un montón de mensajes de Leo. ¿No lo has hecho sufrir bastante?
Lucas miró el móvil y suspiró al ver la foto y ver que se la había enviado a Leo. Hasta el mismo se daba cuenta de que eso iba a hacerle daño a Leo.
- Joder. -Lucas cogió el móvil para llamar a Leo a la vez que se arreglaba la ropa algo nervioso. - Mierda Leo, contesta el teléfono.
Yusuke se incorporó para mirarle sonriendo y apoyó los codos en las rodillas. Estaba contento al ver a Lucas tan nervioso, la apuesta iba a durar menos de lo esperado, y lo mejor iba a ser seguir poniendo a Lucas más nervioso, eso aumentaría sus posibilidades de ganar.
- Por cierto, no pusimos límite de tiempo para la apuesta. Así que, ¿te parece bien una semana? ¿O no te crees capaz de conseguirlo? - Yusuke puso su tono de burla, previamente meditado, para dañar en el orgullo de Lucas que se había arreglado lo más rápido que había podido para salir de la habitación del hotel.
- La apuesta ahora no me importa - Le miró de reojo abriendo ya la puerta de la habitación - Así que una semana estaría bien.
Lucas cerró la puerta de la habitación sin despedirse de su compañero, dejando solo a un Yusuke, que se había vuelto a acostar tranquilamente con gesto de vencedor en su cara.
- Leo, vas a ser mio.
Lucas fue al ascensor, intranquilo. Incluso cuando este ya estaba bajando hacia el sótano, no paraba de cambiar el peso de un pie a otro, rezando para que este fuera más rápido.
Casi salió corriendo del ascensor cuando las puertas se abrieron. Entró en el coche y empezó a conducir algo más rápido de lo habitual.
Leo había vuelto a la cocina y había terminado de hacer el zumo. Había puesto este solo en una bandeja y se había acercado a uno de los sofás para desayunar.
Había dado un pequeño trago, los ojos los tenía hinchados y estaba apunto de llorar. No lograba entender como, justo en el momento en el que había aceptado sus sentimientos por Lucas, había pasado esto. Lo había perdido y ni si quiera lo había tenido.
Lucas llegó al apartamento justo cuando Leo se terminaba el zumo. Abrió la puerta y la cerró de un portazo sobresaltando a Leo que se giró para mirarle.
- Lucas... yo - Comenzó a decir Leo.
Lucas no le dejó terminar la frase. Lo besó intensamente y lo abrazó a si mismo con los ojos entrecerrados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario