Veía como Rei y Ai golpeaban en el cristal. El escudo que había puesto contra ese demonio de viento y fuego, estaba desquebrajándose del todo.
Mi cuerpo estaba brillando, siluetas blancas se dibujaban a mi alrededor y parecían sostenerme en el aire. Pude ver la cara de Mitsu en una de esas siluetas sonriéndome. Algo en ese momento me decía que era el final.
La energía de ese demonio estaba desapareciendo. Si, yo caería pero la casa iba a resistir.
"Lo has hecho bien". Sonó la voz de mi hermano en la cabeza. Dejé de intentar reforzar el escudo y miré a la puerta de cristal. Sonreí a Rei, y sonreí a Ai.
Estaba notando como ese demonio me estaba atravesando el estómago con su energía. Noté como la sangre empezó a salir de mi interior y manchaba mi ropa. Las siluetas doradas me dejaron recostado en el suelo con delicadeza, a la vez, el demonio se desvanecía.
La puerta de cristal se abrió y los dos salieron corriendo hasta mi. Ai se puso a mi lado y posó mi cabeza en sus rodillas. Rei fue directo a ver mi herida en el abdomen.
- Tiene mala pinta - Dijo mientras retiraba mi ropa y con su carboncillo dibujaba alrededor de la herida.
- No digas eso, Ritsu te vas a a poner bien. Rei te va a curar, es el más listo - Decía Ai mientras acariciaba mi pelo. Se le habían aguado los ojos y ahora lloraba.
Yo no tenía muchas fuerzas, pero volví a sonreír de esa forma que recordaban los dos. Llevé una mano a la cara de Ai y le quité las lágrimas. En ese momento me estaba sintiendo valiente por primera vez en mucho tiempo.
- Ai, he estado pensando en que no podía alejarme de ti - La voz se me quebraba y no podía hablar muy seguido. Necesitaba aire.
- Ritsu no hables, tienes que guardar fuerzas ahora mismo - Cortó Ai mientras me cogía la mano y me besaba en esta.
Pero no era lo que yo quería. Quizás esta es mi última oportunidad para decir todo lo que estaba pensando esos días.
-Calla Ai - Tosí mientras sonreía y algo de sangre salía de mi boca. Ai trató de limpiarla con una mano mientras me miraba.
Rei estaba centrado en curar mi herida. Lo más rápido que podía, y mi abdomen brillaba de forma tenue mientras Rei, repetía las mismas palabras una y otra vez. Parecía que se estaba rindiendo, y yo no me curaba.
- Siempre he pensado que tú vida sería mejor sin mi. Sin estar en tensión, siempre entrenándote o cuidando de mi - Le miraba a los ojos. En verdad no sentía nada de dolor. Podía sonreír - Pero nunca he sido lo suficiente valiente para dejarte ir. Ahora sé que si soy valiente para dejarte ir. Quiero decirte, que estoy feliz de que puedas ser feliz.
- No podría ser feliz si mueres ahora Ritsu. Tienes que estar vivo.
- Besame.
- No pienso besarte hasta que estés curado, así que ahorra fuerzas - Decía Ai tratando de sonreír. Acariciaba mi mejilla con la mano negando- Te tienes que poner bien.
Miré a Rei de reojo sonriendo y lleve una mano hasta la suya que estaba sobre mi abdomen. Rei negaba despacio mientras me miraba. Creo que hasta llegué a ver como le caía una lágrima por la mejilla.
- ¡REI TIENES QUE CURARLO! - Gritó entonces Ai.
- ¡LO ESTOY INTENTANDO! - Contestaba Rei mientras miraba mi herida.
- Gracias por estar a mi lado - Dije yo mientras mis ojos se iban cerrando
- No.. no Ritsu - Decía Ai mientras sujetaba mis mejillas - Ritsu no cierres los ojos. Mira estoy aquí y tienes que ser fuerte. Sé que eres la persona más fuerte que conozco, y Rei el segundo, Rei te va a salvar.
Caí al final sonriendo. Mis ojos se cerraron y aunque esperaba oscuridad, eso no sucedió. Estaba en píe en un pasillo. Era un pasillo de losas blancas y paredes con dibujos dorados. Había dibujos de círculos de invocación puestos por todas las paredes. Lejos de asustarme, tenía una sensación cálida en mi interior.
Anduve por el pasillo hacía adelante. Cada vez notaba menos a Ai y cada vez oía más lejana su voz, pero sentía que tenía que seguir adelante.
- Lo siento Ai. Cuida de él Rei - Dije en voz alta en aquel pasillo, aunque algo me decía que no iba a oírme.
Seguí andando despacio hasta que dejé por completo de oír las súplicas y llantos de Ai. Cuándo se hizo el silencio me apoyé en una de las paredes.
- Parece que no estás listo aún para decir adiós pequeño.
Alcé la vista y delante mía estaba Mitsu. Era como si para él no hubiese pasado el tiempo, aunque yo ahora tuviese más edad, los dos aparentábamos la misma.
Me acerqué a él y le abracé cerrando los ojos. Esta vez si podía disfrutar del hermano mayor que me cuidaba antes, y quizás ahora podría seguir haciéndolo.
- ¿Estás bien hermanito? - Me correspondió el abrazo y acarició mi cintura. Mi hermano hacía los mismos gestos que hacía Ai cuando me tenía a su lado, era siempre igual de cálido.
- Los voy a echar de menos Mitsu - Le dije mientras asentía - Seguramente estarán mejor sin mi, pero, por fin iba a salir con Ai. Quería hacer eso.
Mi hermano me sonrió y pasó la mano por mi pelo alborotando este. Era gracioso ver lo parecido de como me trataba mi hermano y como lo hacia Ai. Quizás Ai se acordaba de como me trataba Mitsu, y siempre hacía lo mismo, para relajarme aunque yo no me diese cuenta.
- No tienes porque alejarte de ellos aún Ritsu - Me confesó mientras señalaba mi pierna - Tu hilo del destino te retiene en el mundo de los vivos. Aún puedes estar con Ai y con Rei.
Miré en mi tobillo. Había una cadena azul que empezaba a tensarse y tirar de mi hacia atrás por el camino que había recorrido.
- ¿Cómo es posible Mitsu? Noté como me moría.
- Ritsu, eres el último Tsuki, y nosotros no dejaremos que nuestra familia termine tan fácilmente. Eres el más fuerte entre todos, el único capaz de cerrar las puertas del infierno y que evite que el mal se desate. Ritsu, si no lo consigues nadie será feliz.
- ¿Las puertas del infierno? - Pregunté dubitativo.
- Están invocando demonios muy poderosos. A los demonios no se les puede controlar, pero tú eres el único que podrá encararlos. No va a ser un destino fácil, pero eres el único que puede vencer. Encuentra al consejo, se él nuevo líder de los cinco elementos.
- Mitsu, no puedo hacer eso.
- Si alguien puede hacerlo eres tú.
Le tomé de las manos mientras se las acariciaba y la cadena empezó a tirar de mi con fuerza. Me arrastraba ya por el pasillo de vuelta a dónde había comenzado mi viaje.
Abrí los ojos y no se oía nada más que un bip electrónico de un aparato a mi derecha. Parpadee un par de veces. Traté de formular alguna palabra pero tenía la boca seca. Me incorporé como pude en la cama y miré a mi al rededor. Estaba en una especie de habitación, las paredes eran blancas y entraba luz desde una ventana.
En un sillón al lado de la camilla dónde estaba yo, estaba Ai. Había caído dormido, seguramente estaría agotado. Yo tenía las manos y los brazos doloridos, con una simple mirada me dí cuenta de que tenía una vía puesta en uno, en el otro unos cables que iban a unos aparatos. Llevé una mano a mi cara para frotar mis ojos y me dí cuenta entonces que también tenía puesta una mascarilla de oxígeno. Me aparté la mascarilla, y traté de llamar a Ai pero de mi boca solo salían unos susurros que apenas se oían.
- A...ai - Repetí sin éxito y una máquina empezó a pitar un poco más fuerte cuando traté de moverme.
En poco tiempo entro Rei en la habitación corriendo al oír los pitidos. Abrió los ojos de par en par al verme y se le escapó una lágrima de los ojos.
- Ritsu - Dijo en un tono suave y se acercó hasta mi abrazandome mientras ponía las manos enmi espalda. aba besos por mi mejilla y elevaba algo más la voz- Ritsu estás bien. Ritsu... Pensábamos que nunca ibas a despertar.
Yo movía la boca intentando de hablar sin mucho éxito. La voz de Rei hizo que Ai se despertara. Al ver que me abrazaba el se levantó asustado por los pitidos de la maquinaría de hospital.
-¿Qué ha pasado Rei? - Dijo algo preocupado. Al verme con los ojos abiertos, apartó a Rei y me miró a los ojos- ¿No es un sueño verdad?
- No lo es, está despierto - Dijo Rei algo molesto porque le apartara, pero entendía que era normal.
- Ritsu estás despierto -Me cogió por las mejillas y apoyó la frente en la mía- ¿Estás bien?
Yo solo asentí cerrando los ojos. Le tome de las manos mirándole a los ojos sonriendo. Ai bajó hasta poder besar mis labios con suavidad y después se apartó.
- No vuelvas a darme un susto así.
Después de ese beso los dos me contaron lo que había pasado. Mi cuerpo empezó a desvanecerse, pero justo entonces la curación de Rei empezó a hacer efecto. Había pasado unos tres días en coma. Ai no se había ido de la habitación del hospital en todo ese tiempo.
Rei había estado tratando de localizar al consejo en ese tiempo, pero siempre venía a visitarme y traerle comida a Ai.
- Es un cabezón. No ha querido separarse de tí más de cinco minutos por vuestro trato - Dijo Rei con algo de recelo, aunque ahora entre los dos volvía a haber un pequeño lazo de amistad - Pero he sido yo el primero en verte despertar a pesar de todo.
- Calla - Gruño entonces Ai que se había sentado en la cama y me dejaba apoyarme en su pecho. Yo aún no podía hablar pero estaba bien pudiendo apoyarme en Ai.
Rei nos había estado viendo así un tiempo. Se sentó también en la camilla y me acarició por el abdomen.
- Tardarás un poco en recuperarte del todo, pero estás vivo Ritsu - Sonrió mirándome.
En ese sitio era dónde el espíritu había herido mi cuerpo. Pensaba que había sido mortal, pero Rei era un invocador de gran talento.
- Chicos os dejaré un rato a solas - Nos dijo Rei que miró a Ai- Pero luego me tocará a mi, ¿Vale?
- Mientras me tomo una ducha, serán como mucho 5 minutos - Le advirtió Ai mientras mostraba cinco dedos - Luego no te quejes y digas que nos has dejado tú más tiempo.
Rei rió levemente, aun a pesar que sabía que no iba a broma. Se levantó de la cama y salió fuera. Yo no entendía como todavía no había ido ningún médico a revisar como estaba aun que estaba en un hospital.
Ai me miró y me besó en la frente. Yo me apoyé en su cuerpo. Notaba su calidez y entrecerraba los ojos. No sentía una gran comodidad, pues los músculos se me habían entumecido por no moverme en esos días, pero a su lado, no importaba.
- No vuelvas a hacer esa tontería de enfrentarte tú solo a algo tan peligroso Ritsu - Dijo Ai mientras me acariciaba por el pelo.
Le miré presionando los labios y asentí despacio. Señalé una botella de la mesilla con un dedo mientras le miraba. Ai la cogió y me la acercó para que pudiera beber. Me aclaré un poco la garganta, asintiendo.
- Ai - Sonreí y llame'su atención. Mi voz sonaba algo ronca pero a él no le importaba.
- Dime Ritsu.
- ¿Quieres, ser mi novio? - Me mordí el labio inferior mientras esperaba la respuesta. Le miraba a los ojos mientras me relamía los labios. Me incorporé un poco y le miré a los ojos - Al otro lado, me di cuenta de que era tu voz lo que me mantenía vivo. Era una tortura oir tus gritos y súplicas mientras estaba dormido.
- Ritsu - Susurró sonriendo y le beso en los labios lentamente- Me encantaría ser tu novio, pero creo que, que aún no puedo.
Presioné los labios, era increíble como de rápido se desvanecían sus esperanzas y se rompía todo en un solo momento. Respiré hondo y me aparté un poco.
- Ritsu, quiero ser tu novio pero...
- No te preocupes Ai - Le mire y me senté sobre la cama - No pasa nada, de verdad.
Ai me acarició la espalda con una mano y me dejé hacer. Pero estaba claro que ya no podría tener nada con él. Quería patalear, llorar y gritar, pero sabía que no debía hacer nada de eso. Solo pensaba que debería haberme quedado con Mitsu.
- Ritsu... anda acuestate otra vez, necesitas descansar.
Trató de recostarme tirando con suavidad con su mano desde mi hombro. Pero me puse en píe. Sentía una presión en el pecho y no quería que me tocara. Era verdad que lo que más quería siempre acababa abandonándome. Pero la culpa era mía, porque no tenía que haberle dicho nada, era mi mejor amigo y ya está. Nos iba muy bien siendo solo amigos.
- He descansado mucho ya - Le contesté algo seco y me puse en pie quitándome la vía y algunos cables que tenía pegados en los brazos.
- Ritsu, no seas tonto - Se puso en pie y fue frente a mi- Tienes que recuperarte ¿sabes? - Me puso las manos en los hombros e hizo que me sentara en la cama de nuevo - Nos estamos preocupando todos por ti, al menos, recuperate.
Le miré a los ojos presionando los labios. Tenía otra vez ese sentimiento de abandono. El mismo sentimiento que tuve el día que me despedí de Rei y dejé la escuela. Pero ese día tenía a Ai.
- Vete - Le dije miré a otro lado- Me apetece estar solo.
- Ritsu, nuestro trato...
- No tienes que cumplirlo - Negué sentandome n la cama y mirándo a un lado.
- Ritsu. ¿Puedes tratar de entenderme y darme un voto de confianza? - Dijo Ai mientras se quedaba quieto delante de mi - Quiero ser tu novio, pero ahora no podemos. Me ha hecho realmente feliz que me lo pidieras tú. Pero Rei te salvó la vida, el mismo Rei que ahora no encuentra a su hermana. ¿Cómo se sentirá si de pronto ve qué estamos juntos y que no tiene oportunidades contigo?
Alcé la vista y le miré. Se notaba que se estaba preocupando por Rei. También, sabía lo leal que era Ai, y que me hubiese salvado la vida, tenía que ser para él una deuda muy gorda.
- Ritsu, solo te pido un poco de tiempo - Puso la mano en mi nuca e hizo que apoyara la frente en su pecho. Me acariciaba por la espalda suspirando - No voy a dejar de besarte, acariciarte o amarte. Pero vamos a tratar de ser buenos con Rei. Después de todo, el se preocupa por ti y te cuida de formas que para mi son imposibles. Necesito que el te cuide porque, no puedo perderte. Me moriría si te viera desvanecerte otra vez como ese día.
Asentí despacio, Ai se mordía el labio inferior y me cogió de la barbilla. Me besó lentamente en los labios mientras yo le abrazaba.
- Pero, es que me he dado cuenta de que estoy enamorado de tí.
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