jueves, 24 de octubre de 2013

Miedo Congelado. Capítulo 1.

Nos encontramos en el año 1999 el 31 de diciembre, cuando el mundo teóricamente va a llegar a su fin, pero, eso es solo a los ojos de unos pocos supersticiosos  para mi, es solo el principio de un nuevo fin.

La noche se presentaba oscura y brillante, iluminada estaba la calle solo por farolas y luces de los coches de algunos fiesteros que salen en busca de un lugar donde poder coger un buen "pedo", como se le dice argot.

De pronto observamos como en una casa se reúnen cuatro familias que tienen cada una un niño de unos tres anitos  los cuales jugaban con peluches sin tener la más mínima idea de las supersticiones que normalmente se acumulaban y anunciaban en la televisión con el objetivo de "entretener".

Estos niños son Cristal Edwars, Perco Ray, Alma Caro y Vent Xan. Todos ellos jugaban y cantaban, mientras que sus padres, mantenían una conversación vacía y sin sentido  cada uno intentando mantener su mascara de "normalidad", presumiendo de su forma de vida, nivel social y supuesta felicidad.

De repente se oye como todo tiembla, después de tomarse las uvas, pero ninguno hace caso; "No puede ser el fin del mundo, además nosotros no somos como esos locos supersticiosos". Sus pensamientos parecían resonar en todo el cuarto mientras los temblores se hacen cada vez más fuertes, las luces tiemblan y todos deciden salir a la calle para observar que sucede. En esa manzana todo quedaba tembloroso, en el cielo una rafaga de luz parece atravesarlo iluminando la noche, se trataba un pequeño meteorito, digo pequeño porque empezó a desintegrarse en su contacto con la atmósfera hasta quedar igual de grande que una pelota de golf, que acabó colándose por el techo en la misma casa donde se encontraban los niños.

Los padres ahora  preocupados, alarmados por primera vez por sus hijos, que empiezan a correr, pero una honda expansiva los empuja hacia atrás, lanzandolos sobre sus carisimos trajes de etiqueta que llevaban. Se levantaron lo más rápido que pudieron, tenían que asegurarse de que sus hijos estaban bien, después de todo, eran de su propiedad y tenían que cuidar los de alguna forma, como habían hecho estos tres años atrás.

Llegaron a la casa, pero solo se oyó el grito de una de las madres, un chillido agudo capaz de taladrar la mente de cualquiera, en su cara se reflejaba el miedo, y uno por uno todos pusieron un gesto parecido, reflejo de terror, cuando al entrar no los encontraron.

Buscaban por todos sitios, pero, no cambió el resultado de la búsqueda. Las mujeres daban el paso de comenzar a dejar caer las lágrimas por sus maquilladas mejillas cuando, un nuevo fogonazo de luz inundo la casa. 

Se comenzaron a oir las pequeñas e inocentes risitas de los niños otra vez en la casa, ninguno sabía lo que había pasado, se miraban aun incrédulos, pero no cruzaban ninguna palabra. 
Se acercaron a sus hijos y los cogieron comprobando para si mismos que estaban ahí, que en verdad, no eran proyecto de su imaginación... y así era, ellos estaban ahí, eran de carne y hueso, pero, en verdad... Algo había cambiado.

Pasaron los años, y cada familia, no se había vuelto a cruzar con la anterior, cada familia... pasaba por su propia desdicha, unas más marcadas que otras, una más triste que la anterior... Vamos a conocerlas.

Después de diez años encontramos a la familia Edwars, cuyos progenitores Emma y Ted tenían un alto nivel social, invitados siempre a las fiestas y eventos sociales más importantes a los que, por mantener su fachada les era imposible faltar. 
Su hija desde que tenía cinco años era cuidada por su primo Samuel quien tenía nueve años más.

Samuel era un chico de apariencia noble, siempre serio, bastante maduro para su edad, de cabellos largos y rizados rubio ceniza, y unos ojos azules en los que podrías perderte, educado y responsable, el chico perfecto, de suficiente confianza para cuidar de Cristal, o al menos eso parecía.

La primera vez que cuidó de Cristal fue, como hemos visto antes, a los cinco años. Ella era una niña inocente, rubia como su madre, de pelo largo y ondulado, ojos color miel y siempre abrazada a su osito de peluche azul. 

La noche del incidente transcurría con normalidad, Cristal jugaba con las piezas lego que le habían regalado esas navidades mientras, Samuel veía la televisión cuando de pronto salió una escena de sexo, ¿raro no?, como había pocos anuncios de intensión sexual en la tele... Ese anunció llamó demasiado la atención de este chico, quien, en medio de su adolescencia hormonada, logró excitarlo.

En un principio el no tenía problemas con el sexo, ya había empezado a masturbarse con regularidad, ya había tenido algunos roces con compañeras de clase, pero... en esta ocasión le apetecía algo más, probar algo nuevo.

Miró a su primita en el suelo, inocente, y agena a todo lo que pasaba por la mente de su primo mayor, se negó a si mismo, no estaba tan enfermo. Pero, entre que pensaba eso, se acercaba a su primita poniendole la mano por el hombro, le acariciaba el cuello con la yema de los dedos y humeaba por su cabeza notando un olor dulce... nuevo. 

Desde aquél entonces Cristal no podía tener ningún tipo de relación, pasó a estar en un estado de shock en el que apenas pronunciaba palabra y por lo que los padres no parecían mostrar ningún tipo de interés ya que era educado y todo el mundo les elogiaba por ello.

En su cara solo se dibujaba una expresión de seriedad y ausencia, internamente tampoco tenía inocencia, no tenía virtud... Comenzaba a estar vacía, fría. 

En las navidades de 2009, los padres de Cristal tenían un nuevo evento al que ir, otra vez el canguro, ella esperaba sin separarse de su osito azul, a que llegara él, tenía miedo, pero su expresión no cambiaba, permanecía inmóvil sentada en un sillón mientras miraba la televisión y vigilaba la puerta por el rabillo del ojo.

De pronto, sonó el timbre y Cristal mostrando parte de su temor se agarro con más fuerza al brazo de su peluche, giró la cabeza y miró hacia la puerta cuando esta se abría y dejaba paso a un Samuel, más alto, más fuerte, más terrorifico.

Aquel chico cuya presencia sola hacia estremecerse internamente todo el cuerpo de la joven Cristal, intentaba hablar, intentaba pedir que no le dejaran con él, pero su boca no acompañaba sus pensamientos, ni si quiera para despedirse de sus padres cuando estos salieron y dejaron dentro a aquel joven que tanto desagradaba a su hija.

Desde aquel incidente, había visto muchas veces a su primo, y siempre acababa de la misma forma, pero, no se podía acostumbrar a esa sensación, de líquido, viscosidad, y calor que tanto le asqueaba, y esa misma, seguramente tampoco sería distinta.

-Va siendo hora de nuestro pequeño ritual secreto -comentaba con su tono socarrón mientras que se acercaba a Cristal y ella solo se dejaba hacer cerrando con cuidado sus ojos. Él comenzó a desnudarla, mientras ella simplemente se ausentaba de si misma.

Esa noche Samuel estaba algo morboso, cogió la mano de Cristal que sujetaba al osito y se lo quitó de esta, no sabía por qué, pero la sensación le excitaba más, mordió en la cabeza mientras la pequeña fijaba la vista en el y rompió el oso. 

Cristal abrió los ojos como platos, estaba incrédula, ese osito había sido suyo desde aquella noche de 1999, era su amigo, era quien tenía todos sus sentimientos. De pronto abrió los labios, sonó un fuerte grito mientras clavaba las uñas en el pecho de su primo, tenía mucha ira, estaba completamente segura de que no quería más, los ojos miel se tornaban blancos, no tenía apenas pupilas, estaban entrecerrados y comenzaban a emitir luz propia.

En la calle sonaban truenos y la lluvia empezó a caer. Sonó otro grito, más masculino y más atronador, Samuel gritaba sin parar en el interior de la casa, se alejaba de su prima que ahora estaba de pie en la cama y este se tiraba a un lado huyendo de ella, la cara se le desfiguraba, comenzaba a sentir demasiado frío, su cuerpo se congelaba por momentos, se estaba quedando inmóvil... todo desaparecía y se volvía negro a su vista, cuando, en la casa solo quedaba una estatua de hielo que se parecía a él.

Cristal se acercó a esa nueva estatua, puso la mano en la cabeza y la separó de su cuerpo entrecerrando los ojos, notando como todo el hielo se hacía en pequeñas esquirlas hasta desaparecer, sin dejar nada ahí, solo una pequeña, sin osito y con una sonrisa maliciosa y cruel.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Aire y deseo.

Es solo el dulce olor de tus labios, rojos, rosas... no importa de que color estén pintados, porque... me hacen desearte.
Recuerdo los pinchazos en mi corazón, rojo, como tus labios. 
Deseo el aroma de tu pelo, liso, castaño... Tu cuerpo acomodándose al aire al caminar, la gracilidad con la que pones esos gestos en tu cara, todo me hace desearte.
Trato de contenerme, trato de mirar a otro lado, pero todo tú, me llamas, tus pensamientos hacen que mis pensamientos viajen por el aire, atraviesen el mundo y se enreden a los tuyos.
Me encanta pensar que, aun estando separados, estamos juntos.

domingo, 20 de octubre de 2013

Trágico Futuro (Reflexión).

Nombro tu nombre en silencio, sueño y eres tu quien aparece, veo tu sombra en cada esquina y noto que eres mi futuro y mi única vida.
A veces hablan del amor como único método de alcanzar la felicidad, y otras veces lo nombran como algo incompleto.
Noto que en esta vida hay mucho amor, mucho odio y mucha tristeza. Amantes que se odian y que provocan tristeza, amantes que se aman y que provocan tristeza, además amantes que se aman y se separan... provocando más tristeza.
Yo he llegado a mi propia conclusión; sin amor no hay odio y sin amor no hay tristeza, el mundo perfecto no existe porque al ser felices, somos tristes.

¿Recuerdas cuando había sentimientos? (Reflexión).

Una rosa me lleva a un lugar sombrío, al lugar donde descansan los sueños de toda persona.
Llego a sus puertas, cierro los ojos por el olor a acero mojado, un relámpago.
Abrí esas puertas de frío acero y me adentro arrastrando mi alma rota, otro relámpago, otro grito de la nada, llego al lugar donde marca la “x”.
Dejo caer la rosa sobre una superficie fría, construida de un mineral grisáceo, entonces leo amargamente la inscripción en la placa de oro.
“Aquí yace el amor”
Giro, me marcho derramando una lagrima congelada, olvido.

Amor y Dolor Etílico (Reflexión).

Noche tras noche y botella tras botella, un amargo sabor ácido que recorre mi garganta antes de tirar ese pedazo de cristal refinado y impermeable con un solo orificio por el cual sale esa sustancia que aplana mi amargura en la sed de más y más vodka.
No entiendo esa risita que suele salir de mi cuando me termino la primera media botella, cómo si mis sueños, mis esperanzas aun siguieran activas. Pero no, ahora me doy cuenta de que toda la risa que sale de entre mis labios en ese momento es una risa irónica producto involuntario de mi dolor.
Penas más grandes se han visto en el mundo y sueños más grandes derrumbados, pero no hay mayor dolor que el ver que tu único sueño, un sueño humilde sin maldad se ve aplastado por las frías garras del destino.
Entiendo, si, entiendo que cada acto tiene su consecuencia y por eso no te culpo, solo culpo a mi cruel y fría mente por no haberme mantenido alerta al ver, en efecto, que mi sueño, mi único sueño humilde y nada egoísta, era verte sonreír.
Por eso, ahora que no tengo tu sonrisa bebo, para sacar la mia. Pero eso es un error, porque solo sale esa risita irónica que tras un par de tragos más se convierte en un llanto inconsolable, con la sed de coma etílico.

Ansias de ti (Reflexión).

Solo eres una droga, que más quiero y deseo poder probar. Solo eres como un deseo que no puedo poderte dejar de pensar, y te anhelo y respiro con cada fibra de mi ser. Mi sueño humedo, mi pesadilla cuando estoy despierto, solo deseo tenerte cerca, tenerte entre mis labios, mis manos. Cuantas personas debería tener que quitar de frente de mi solo para rozarte con la punta de mi dedo anular, y ahí estas, inalcanzable, mi deseo, mi sueño, mi droga.

My Letter For Juliet (Reflexión).

Querida Julieta Capuleto.

Como todos he oido la leyenda de tus consejos, tus triunfos, tus virtudes... el poder del amor hasta la muerte que nos inspiras... la preferencia de morir antes que no estar con la persona correspondida, esto me hace tener unas dudas que no se como solucionar, ¿sería capaz alguien de amarme? ¿seré yo capaz de enamorarme?

A lo largo del tiempo he ido conociendo a muchos chicos y muchas chicas, y es verdad que ahora me doy cuenta de lo bobo que eres creyendo en el amor adolescente. Pero, viendo como es el amor, esa idea de principe azul y viendo mis espectativas en la vida se me hace muy difícil decir, esta va a ser mi persona predestinada, se me hace muy difícil escribir sobre la persona a la que puedo querer, y aun más difícil imaginarmelo, por eso acabo escribiendo cosas vacías y me cabrea leer cosas que escribía antes llenas de sentimiento.

Yo quiero ir a vivir a Japón cuando termine mi carrera, quiero sacarla en 4 años a partir de ahora a lo mucho, y sobre todo, quiero ahorrar para no tener que volver a España, no me preguntes el porque ... pero quiero hacerlo... y lucharé para conseguirlo por lo que me estoy esforzando cada día más.

¿Crees que lo podré conseguir? ¿Es normal tener esta inseguridad y miedo de que pasará mañana? ¿De no estar a las alturas de las espectativas? 

By: Pi Emi

Noche Dolorida (Reflexión).

No hay nada más bonito que una noche oscura y estrellada, pero, la belleza de ese cielo se oscurece con fuegos artificiales sonoros, dañinos.
Sobre ese templo estrellado yacen nubes etílicas de color rosa, mezcla de sangre y semen, truenos de dolor y rayos de sufrimiento durante otra noche.

Carta de un Despertar (Reflexión).

Cuando el sol mañanero entra por nuestras ventanas y choca con nuestra piel haciendo un pequeño manchurron de calor en nuestro cuerpo, nos hace sentir bien. 
La mancha se desplaza por nuestro cuerpo hasta que el placer que nos causa es mejor que el placer de estar durmiendo, es entonces cuando nos despertamos.
Miramos a un lado y a otro sin mucha gana y rezamos para que el sol no nos diese esa sensación de calor, cariño y placer para meternos en el mundo de nubes y sueños.

Una Canción Nunca Escrita.

Un día nublado, un día de tormenta, o simplemente un día de tristeza para el mundo, en una carretera muy lejana y muy transitada. Un chico hacia una viaje de bastantes horas para encontrar algo que hacer con su vida, algo que no se esperaba encontrar hasta dentro de mucho tiempo, algo que encontró sin darse cuenta.
Este chico venia de visitar a la persona que más quería de todas, de pasar largas tardes tocando el piano junto a su amor, de cantar para él. Ahora, tras una tristemente despedida iba de regreso a su casa, mientras en su iPod sonaba la canción que tantas veces había cantado ya... junto a ese viejo piano. Como dije... un rayo, una vida menos y una llamada silenciosa a un móvil desde otro móvil ya fantasma.
-¿Hola?
-No he llegado... amor... ahora no podré llegar nunca...
-¿Quién es?
-Soy yo... soy tu novio...
-¿Y qué tonterías dices?
-Un accidente... he muerto...
-No digas eso ni en broma... por favor... no quiero que pase de verdad...
-Ya pasó... gira te...
El amado viviente se giro y vio el fantasma de su novio flotando por los aires de una casa ya antigua. Un móvil que no volverá a sonar y un camino sin recuperar. Sollozos, llantos, sufrimiento, gritos mudos y una figura de transparente tez que flotaba sobre él.
Aquel fantasma no se separaba de su amado, y el amado no se separaba del fantasma, lo tratara como si fuera un humano, a pesar de no poder tocarlo, no poder besarle, no poder siquiera notar su calor...
Llegaron a la nueva casa donde se hallaba el viejo piano de tantas canciones, así mientras el amado se recostaba sobre una cama, el fantasma flotaba y volvía sobre el piano a cantar su triste canción...
Si me voy 
mis alas llegarán hasta ti,
si me voy
mis manos no se separarán de ti.
Quiero estar por siempre junto a ti.
Quiero ver que solo me amas a mi...
En mi vida...
Una y otra vez, recitaba la canción como si de un conjuro se tratara... sin despegarse de su amado, sin dejar de cantar y tocar sus pesadas teclas. Un rayo y un móvil fantasma, un rayo y un móvil fantasma.
El amado permanecía sin creer en lo sucedido, tapando sus oídos, imaginando a su amor en el autobús como él lo había dejado antes, sin querer creer que ahora solo tenía un espíritu que tocaba y recitaba las palabras más bellas que había oído salir de la boca de su amado.
Así, el tiempo se paró solo para ellos, años, meses, segundos, cielo y tierra se fundieron a la eternidad y los amantes atormentados por la melodía siguieron allí, por siempre.

APERTURA.

¡¡Hola Bloggeros!!

Bueno, en esto no me voy a explayar mucho, doy la inauguración oficial a este blog y por eso hago esta entrada aunque no sea la primera, es que se me ha ocurrido ahora.

Voy a hacerla para hacer el esquema general del blog, espero que os guste y tener muchos seguidores, ¿Vale? ~

Chuss.

Susurro del Viento.

Gritos y gritos desde un frente tormentoso que parece traer a un mar cada vez más picado. Me encuentro en casa desde que tengo uso de razón, pero día a día esto parece ser más un zoológico donde no puede haber la más mínima chispa de silencio. El mótivo, esta vez un ordenador, pero la cosa parece que no va a coger tanta importancia como las películas.
Yo estoy cansado de siempre estar aguantando gritos y más gritos, así que pongo mi música de ordenador a tope por los cascos y cojo un pincel para ponerme a pintar el cuadro  "Los sacrificios humanos de Alicia" con la canción de "Boss Death" que me transporta a un mundo de tranquilidad y placer, mientras mi pincel se desliza por el papel mojado dejando rastros de pintura negra.
Al rato paro la música y me doy cuenta de que los gritos de terror ya han desaparecido, es entonces cuando me traspaso a la cama para descansar tranquilo, pero en el momento en que se cierran mis ojos me teletransporto a un mundo mágico, todo está lleno de nubes y todo adquiere un dulce color rosa. Miro a todos los lados pensando en como sin moverme de la cama derrepente estaba allí y sin poder volver, entonces comienzo a andar hasta encontrarme con una figura alta y esbelta que parecía estar esperandome.
-Hola pequeño...-Me dijo con una suave y tranquila voz incitandome a acercarme.
Yo sigo acercandome sin mutar palabra atraido por ese sueño en el que me encontraba inmerso, observando su cabello rubío y odulado, sus perfectos ojos marrones a juego con una piel tostada y sus carnosos labios que parecían moldearse con el viento que salía de su boca.
-No tengas miedo, estoy aquí para cuidarte...-Siguio diciendo incitandome nuevamente.
-N...no tengo miedo- declaré por fin.
-Eso es bueno...-Sonrie y me tiende la mano, pero ¿por qué me tiende la mano? -Te tiendo la mano para que la tomes pequeño...
-¿Cómo sabías lo que pensaba?...
-Es tu sueño... estoy dentro de tu mente... lo sé todo ahora mismo...-sonrie y se acerca él hasta mi.
Me quedo paralizado  mientras me coge la mano y la pone en su pecho.
-Yo también estoy vivo... y soy real, o almenos tanto como tu -se acerca hasta susurrarlo en mi oído
Ambos comenzamos a andar por mi genial sueño y a mantener una seria conversación sobre mi, sobre a que instituto voy, mis amigos, que clases tenía y un poco de todo.
Al día siguiente desperté en mi cama sin poderme despedir de él y maldiciéndo al despertador por arrancarme de golpe de mi sueño. Me puse en pie y lo que primero escuche, además de la alarma de mi despertador, fueron los gritos de mi padre diciendome que apagara ese despertador, mientras, yo para mis adentros pensaba que no tenía que haberlo puesto y así aun seguiría con ... Todavía no sabía su nombre... pero daba igual.
Fuí al instituto tras prepararme para aceptar un día monotono y a la vez deprimente. Cuando llegué estaba solo en un rincon sin nadie que se acercara y aquien poder contarle mi maravilloso sueño. Derrepente pensé y llame a mi novio con mi móvil, él estaba en el metro para irse al instituto y lo contestó de mala manera, asique no tardé mucho en colgar el telefono y irme hacia clase. Una vez dentro de clase, y aun a pesar de haber llegado un poco tarde, tenía un sitio marcado y apartado, donde siempre me sentaba a "estudiar".
Pasé toda la mañana de forma solitaria apartado de todo el mundo y esperando poder volver a casa para hablar con alguién. Pero cuando regresé no había todavía nadie salvo mi familia gritando, asique puse mis cascos y me eché en la cama.
Derrepente vi ante mi como se abrián unas grandes puertas que llevaban a la ciudad donde estaba mi instituto, pero en sus calles no había nadie, parecían las calles de una ciudad tras una gran catastrofe nuclear. Empecé a caminar en busca de él, si, de él, me refiero al chico de mis sueños, porque era la primera vez que estaba soñando y sabía perfectamente lo que quería que pasara, y como deseo de palabras no dichas apareció ante mi aquel extraño de ojos marrones.
-Hola...
-Hola pequeño...
-Te he estado esperando todo él día...
-Ya lo sé, al igual que yo a tí... Pero no te preocupes, nos queda poco para conocernos tú y yo nos conoceremos dentro de poco...
-¿Cómo de poco?... necesito conocerte ya... Dime tu nombre...
-No puedo, eso iría contra las normas, además, te tienes que despertar...
En ese momento lo único que recuerdo es ver mis parpados cerrados y sentir algo punzante en mi cara. Abrí los ojos y vi a mi madre después de haberme despertado con una bofetada diciendome que no era quién para estar dormido y que me pusiese hacer algo de probecho. Me levanté y me puse a estudiar mientras que seguía pensando en ese chico...¿Cómo sabría que me iba a despertar?...¿Existirá de verdad?¿Nos conoceremos pronto? Mi cabeza estaba llena de preguntas que estaba deseando poderle hacer, preguntas que para hacerle tendría que dormir, pero es algo que no podría hacer ahora hasta la noche.
Veía como pasaban las horas en el reloj y como cada minuto se hacia eterno entre gritos y más gritos. Derrepente sonaron las 10 en el reloj y decidí irme a dormir por lo pronto, cuando derrepente sonó mi móvil, era mi novio pidiendome perdón por lo de esta mañana, yo le dí las gracias y pronto decidí que aun así queria irme a dormir. Colgué el telefono y me tape con las mantas para dormir sin poner el despertador.
Otra vez vi acercarse a ese maravilloso chico. Nos encontrabamos otra vez en las calles de mi ciudad paseando cogidos de la mano y riendo juntos. Él me acariciaba y yo le acariciaba, ambos nos abrazabamos y derrepente nos besamos en un instante que no fue lo suficiente largo.
-Lo siento pequeño... ahora vas a despertar...
-Un momento... dime, ¿existes en verdad?...
-Claro que sí... queda poco para conocernos... adios...
Volví a despertar, eran las 10 de la mañana y yo no había ido al instituto, aunque tampoco me apetecía. Asique decidí quedarme y estudiar. Cuando se hizo por la tarde, una tarde sonora y llena de gritos, me encaminé a la biblioteca con algo de dinero. Cuando llegué aun no estaba abierta y me puse regret message mientras dejaba que mi imaginación volase al lado de la playa. Derrepente oí su voz, su voz que provenía de ningún lugar y que sonaba dulce como si se tratara de un susurro del viento.
-...¿Esta tarde no duermes?...
-No....
-... Hablaremos esta noche...
-¡Espera! - de la emoción no me di cuenta y me había puesto de pie.
-¿Qué quieres?...
-¿Cómo estamos hablando?
-Pronto lo sabrás... 
En ese momento me giré y observe como había un circulo de gente a mi alrededor riendose de mi. Ellos no lo podrían oir, fue lo que pensé, al poco tiempo abrió la biblioteca y me fui a estudiar a su interior.
Había estado estudiando toda la tarde y hasta las 2 de la madrugada en mi casa, asique me fuí a dormir. El cambio de esa noche fue que él no apareció en mis sueños.
Cuando desperté no quise ir al instituto asique cogí un somnifero de mis padres y me volví a acostar. Esta vez el si apareció en mis sueños, estaba en pie delante mia con una sonrisa.
-Hola otra vez.... ¿tú no tenías un examen?
-Me da igual el examen...¿Por qué antes no estubiste para estar conmigo?
-Porque estabas ocupado repasando ...
-Pe...pero....
-Pero nada...
-¿Cómo sabes lo qué hago?¿Cómo pudimos hablar ayer por la tarde?
-Bueno... digamos que puedo entrar y salir de tu mente cuando quiera...
-¿Quéda mucho para que nos conozcamos...?
-No mucho...
-¿Puedo saber tu nombre?
-Aun no, es más, ahora vas a despertar...
Sonó  él móvil y me desperté. Era mi padre, mi profesor de química había llamado preguntando porqué había faltado al examen.Yo le dije que no me encontraba bien y que me había quedado descansando, a lo que respondió con más y más gritos... Esta situación empezaba a poder conmigo.
Otra vez pasé el día mirando a la pantalla del televisor viendo los dibujos, pero a las dos horas no pude aguantar más y me tomé otro somnifero para verle.
-Tús sueños últimamente son muy irregulares ¿no?
-Esque me gusta estar contigo ... es el único momento en que soy féliz...
-Podrías hacer que eso fuera perpetuo...
-¿Cómo?...
-Mañana será él día en que noz conozcamos...
Me desperté con otra bofetada, mi madre ahora me regañaba por dormir tanto. Ella no entendía que era él único momento en el que se dibujaba una sonrisa en mi boca, desde hacía ya 2 años, desde la muerte de Eduardo,si, Eduardo, después de tanto tiempo sin nombrarlo ahora aparecía en mi mente. Eduardo era el primer chico que entró en mi corazón, el que pasará lo que pasara estaba ahí a pesar de la distacia. Sin embargo, después de dos meses dejé de saber nada de él... y al mes siguiente decidí ir a verlo a su dirección. 
Durante el viaje pensaba en odiarlo porque no se había atreviso a dejarme, sin nisiquiera una explicación, pero desupes todo se terminó e una simple frase. Cuando llegué a la puerta de su casa me enteré que llevaba tres meses muerto.
No, desde entonces no tuve valor para sonreir y ahora quiero conocer a ese chico que está en mi mente y del que no puedo olvidarme. 
Así pasé la noche entera sin dormir, nervioso por ocnocerlo por la mañana, pero al salir el sol él no estaba en ningún rincon. Decidí faltar al instituto aunque sirviera de poco, él no se mostróp en ningún sitio hasta que llegadas las 12 de la madrugada, con lágrimas cristalinas pasando por mis pálidas mejillas cogí el bote de somniferos y comencé a tomarlos, deseando alcanzar una felicidad inexistente en el mundo.
Ahora si, estaba dormido. Notaba a mi alrededor un rosado paraiso, notaba que giraba sobre mi mismo, y aun sin abrir los ojos, sabía que él estaba ahí.
-Hola pequeño...
Es entonces cuando abro los ojos y comienzo a sonreir y llorar al mismo tiempo.
-Iiota... ya... ya no me cerás nunca.
-Pequeño... nunca te tuve tan cerca...
-No... eso no es cierto, mi cuerpo muere... y a mi no me importa quedarme en la nada si puedo verte a cada segundo.
-Pequeño... yo soy la nada... dame tu mano...
-Quiero saber tu nombre...
-¿Aun no lo sabes? - me tomó de la cabeza y besó mi frente- Soy tu Edu...
-Eduardo...
-Me tengo que marchar...
-.E...Eduardo... quiero irme contigo...
-Vamos....
Los dos nos cogimos de la mano y comenzamos a andar hasta la puesta de sol mientras nuestros cuerpos se fundían con una luz anaranjada que parecía transportarnos.